“El Manuscrito” es obra de Macelo Pulido al guion y José Massaroli en dibujos. Fue coeditado por Doedytores e Historieteca Editorial en 2016...

“El Manuscrito”

“El Manuscrito” es obra de Macelo Pulido al guion y José Massaroli en dibujos. Fue coeditado por Doedytores e Historieteca Editorial en 2016.

Esta historieta comienza en el exacto momento en que termina la versión original de El Eternauta, cuando Germán queda solo en la puerta de la casa de Juan Salvo preguntándose “¿Será posible?”. A partir de ahí empezamos a seguir a Germán en el regreso a su casa, donde encuentra dos Manos que vinieron tras Juan Salvo para eliminarlo. Siguiendo la pista del Eternauta, llegan a la casa de Germán y encuentran los apuntes que este hizo del relato que escuchara durante toda la noche anterior. El guionista alcanza a huir sin que lo reconozcan e intenta volver a hablar con Juan, pero como este no recuerda nada tras la fusión con su yo del presente (1959), lo hecha de su casa. Los manos notan esa alteración en el Eternauta y deciden que, en ese estado, Juan Salvo no representa ninguna amenaza para la futura invasión, por lo que comienzan a perseguir a Oesterheld.
Germán llega a la casa de un amigo, le cuenta lo sucedido y le dice que su misión es narrar la historia de “El Eternauta” para prevenir a la gente de la nevada mortal que se dará en unos años, pero teme que lo tomen por loco. Deciden que lo mejor es publicarla como historieta, cuando irrumpen los Manos. Nuevamente consigue escapar y llega a la casa de su editor, le pide dinero y que le preste la casa de fin de semana que tenía en el Tigre para poder esconderse. Recluido allí, Germán comenzará a escribir la historia de Juan Salvo. Vuelve a la Capital a entregar los primeros capítulos en la editorial con la promesa de que pronto entregará el resto. Pero, en el Tigre es alcanzado por los Manos, que se lo llevan para que nunca más sea visto. Con la obra inconclusa y sin haber podido dar aviso a la población, en 1963 llega la nevada mortal que da comienzo a la historia…



Si con respecto a “El Eternauta Tercera parte” decíamos que resultaba medio morboso seguir utilizando el personaje de Germán, aquí vemos la misma situación elevada a la décima potencia. Hay una fuerte mezcla entre la ficción que propone la obra original (Y también “El Eternauta: El regreso”, de Solano López y Pablo Maiztegui, donde se habla del manuscrito por primera vez) con la biografía del propio Oesterheld, convirtiendo la historia en un relato de metaficción tercerizado (ponele…). Por ejemplo, Oesterheld se había recluido en Tigre y desde allí trabajaba en la época en que estaba en la clandestinidad. Hacía viajes a Capital para, entre otras actividades, entregar sus guiones y dejaba marcas de barro seco al caminar por los pasillos de la editorial (Según relató alguna vez Miguel “Rep” Repiso), cosa que también sucede en esta historieta. Y lo peor, es que los Manos lo torturan y secuestran… Y para que la analogía no se le escape a nadie, aquí el personaje de Germán no tiene el rostro que le diera Solano López, si no que es la viva imagen de HGO. Ya lo dije antes, pero lo repito. El propio Oesterheld abrió la puerta a este juego al incluirse como personaje en la historieta, pero me da un poco de rechazo que se lo haya seguido utilizando… pero eso es algo estrictamente personal y se nota claramente en la obra que el morbo no es la intención de los autores. Por el contrario, la obra no es otra cosa que una muestra de respeto y admiración hacia él. Además, propone un interesante epílogo a la obra original, contando el devenir de Germán con toda la data que le había dado Juan Salvo y su lucha por intentar sacarla a la luz para salvar a la gente (Lo que, a mi criterio, también es una analogía con su biografía). Lo poco que leí de Pulido me ha gustado y esta historieta no es la excepción. Desde su simpleza, esta obra logra entrelazarse con elegancia a la leyenda del Eternauta redondeando una entretenida historia.



Por su parte, el experimentado José Massaroli hace un gran trabajo en la parte gráfica. Buena recreación de época cuando es necesario, sólida narrativa, mucho juego con el claro oscuro y respeto (más alguna referencia) al trabajo de Solano López, pero sin perder nunca su impronta.
El libro se complementa con una galería de ilustraciones de diferentes artistas, bocetos de Massaroli y una nota de Fernando García como cierre.




- “Tenés que publicarlo. Tiene que llegar a la gente. No puedo explicártelo, pero esto va a pasar.”

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R etrocedemos en el tiempo hasta el año 1999, cuando la editorial Comics Press comienza a publicar en estridente formato comicbook y a todo ...

“El Eternauta: odio cósmico”

Retrocedemos en el tiempo hasta el año 1999, cuando la editorial Comics Press comienza a publicar en estridente formato comicbook y a todo color “El Eternauta: odio cósmico”. La obra tiene guiones de Ricardo Barreiro y Pablo Muñoz, mientras que los dibujos estuvieron a cargo de Walter Taborda. Se intentó publicar con regularidad mensual, cosa que no lograron y, finalmente, quedó inconclusa tras salir la tercera entrega.

La obra transcurre en 1999 y arranca cuando el psicólogo Carlos Kratz comienza a trabajar en el psiquiátrico “Dr. José Borda”. En sus primeras recorridas por el hospital, ve un paciente aislado en una celda acolchada que le recuera a alguien, pero no puede precisar a quien. Con el tiempo, descubre que es la cara que tenía Juan Salvo, el protagonista de “El Eternauta”, una historieta que había leído de pequeño. Entabla relación con él, le confirma que es Salvo y le dice que una nueva invasión está por llegar a este continuum (Que vendría a ser el nuestro), por lo que deben comenzar a formar la resistencia.
Kratz empieza a buscar ayuda por internet, va a hablar con el guionista Ricardo Baxter (Guiño, guiño) a una conferencia que da en “Fantabaires”, mientras que Salvo empieza a juntar elementos que los ayuden a sobrevivir cuando los extraterrestres ataquen. Apenas logran que se sume a su cruzada un muchacho que responde a los mensajes de la red. De pronto, una nave aparece sobre el cielo porteño y todos los medios de comunicación se hacen eco de la noticia. Al poco tiempo vuelve a caer la nevada mortal. Juan Salvo se calza nuevamente el traje del Eternauta y se prepara para combatir ("Ahora y siempre" diría algún galo) al invasor…



Que sucede después??? No se sabe, jamás salió la cuarta entrega y la obra quedó inconclusa mucho tiempo. La verdad es que no hay nada que valga la pena ser destacado de esta historieta, que se propone ser la cuarta entrega de la saga, ya que hace alguna breve referencia a las tres partes precedentes. Siempre creí que Ricardo Barreiro sería la persona indicada para escribir una continuación del Eternauta, incluso lo había hecho aparecer en “Ciudad”, dentro de uno de los mejores capítulos de la historieta. Barreiro fue un extraordinario guionista de ciencia ficción, influenciado por Oesterheld y muy admirador de su obra, pero cuando le llega la propuesta de escribir esta historieta ya estaba enfermo, y fallecía después de escribir la primera entrega. Lo que sigue después es un desconcierto que no tiene ni pies, ni cabeza sobre lo que no vale la pena ahondar demasiado. Basta decir que todo, absolutamente todo lo que destilan estas tres revistas, está en la vereda opuesta a lo que se espera del Eternauta (O al menos, a lo que un servidor espera). El formato, el dibujo, el color y la historia en sí se parecen más a los cómics de Mortal Kombat que se editaban en los 90´s que al Eternauta de Oesterheld y Solano (O de Breccia, llegado el caso).



Lo único que rescato de estas revistas, son unas historias breves que incluyeron como complemento los números 2 y 3. El primero hablaba de Laskaria, el mundo de los Gurbos y estaba ilustrado por el recordado Rubén Meriggi. El otro seguía el viaje de Elena y Martita por los Continuum, escrito por Armando Fernández e ilustrado por Castro Rodríguez.
Algunos años después, cuando Solano lanzó el “Universo Eternauta”, convocó a los autores para que rehagan o completen la obra y la publicó en libro blanco y negro. La leí hace mucho tiempo, pero no recuerdo casi nada (mala señal), por lo que no puedo agregar demasiado. Pero en cualquier momento la releemos y retomamos el universo expandido de Juan Salvo y compañía.




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Últimamente estuvimos leyendo mucho de Oesterheld con motivo de los Podcasts que sobre él grabamos con “Archivo de Cómics” (Y cuya primera p...

La tercera es la fallida: “El Eternauta Tercera Parte”

Últimamente estuvimos leyendo mucho de Oesterheld con motivo de los Podcasts que sobre él grabamos con “Archivo de Cómics” (Y cuya primera parte compartimos aquí: https://www.facebook.com/Historiasenvinetas/posts/790289644925239). En un momento de esa charla, hablamos brevemente sobre la vida de El Eternauta sin Oesterheld, es decir, aquellas obras que se llevaron a cabo sin contar con sus guiones. Entre ellas, surgió la primera continuación que tuvo la obra tras la desaparición de HGO, conocida como “El Eternauta Tercera Parte”. Tenía muy lejano el recuerdo de esta Historieta, por lo que la releí recientemente y vamos a comentarla como apéndice de los podcasts mencionados.

Corría el año 1983, la democracia había retornado a estos pagos y, de un modo un tanto turbio, Alfredo Scutti y Ediciones Record tenían los derechos de la marca “El Eternauta”. Se proponen entonces realizar la tercera parte de la historieta más famosa de la historia argentina (Con permiso de Mafalda), la cual se publicaría por entregas dentro de la célebre revista antológica Skorpio (Si no recuerdo mal, se publica tanto en la Skorpio argentina como en la italiana). Para ello se ponen en contacto con Solano López (Quien en ese momento vivía en el exterior) y le ofrecen el trabajo. Solano no estaba interesado, tenía la cabeza en otra cosa y tampoco estaba seguro de que fuera una buena idea… Pero vaya uno a saber cómo, logran convencerlo para que realice algunas cabezas y manos de los personajes en distintas posiciones para que sean insertos en las páginas y sirvan a su vez de guía para el resto de los dibujantes involucrados en el proyecto.
Entonces se empezó a armar un verdadero dream team para llevar a cabo la tarea con nombres de primer nivel. El guion estuvo a cargo del legendario Alberto Ongaro, quien ya se encontraba de vuelta en Italia para esa época. Ongaro fue quien, cuando trabajaba en Editorial Abril, alentó a Oesterheld a escribir guiones de Historieta, por lo que le estaremos eternamente agradecidos. Los dibujos son de Oswal que tenía como asistente a Carlos Meglia, quien se encargó de los fondos de la obra, mientras que el entintado lo realizó Claudio Morhain (Esto es así en líneas generales, pero cuentan que fue tan atropellada la realización de esta obra, que tal vez en algunas páginas se hayan modificado los roles).



La historia comienza inmediatamente después del final de “El Eternauta II”. Juan Salvo y Germán Oesterheld vuelven al presente de 1976 (En la segunda parte se habían trasladado al futuro para ayudar al pueblo de las cuevas en la guerra contra el Ello y sus secuaces. Una guerra que, entre otras cosas, se llevó las vidas de Elena y Martita) y junto con todos los sobrevivientes de la invasión comienzan a reconstruir la ciudad.
Juan le revela a un escéptico Germán que su familia sigue viva, que él puede verlas. Gracias a los poderes que los viajes por los continuum le otorgaron, Juan puede abrir brechas por las cuales ve a su mujer y su hija sanas y salvas en su casa, llevando una vida tranquila. Solo hay una diferencia en la imagen, todo está espejado. En lugar de escribir con la diestra, Martita escribe con la izquierda, si aquí es de día del otro lado de la brecha es de noche y así con todo. Rápidamente descubren que esas brechas son portales y atraviesan uno de ellos. De a poco notan que se encuentran en otra dimensión, en una Tierra paralela similar a la que dejaron, pero no igual. Antes de que puedan tomar contacto con Elena y Martita, ven que esta realidad cuenta con sus propias versiones de Juan Salvo y Germán Oesterheld, con quienes las mujeres se están preparando para abandonar el chalet de Vicente López y huir del invasor, pero antes de conseguirlo son apresados…
Esta realidad está atravesando una invasión realizada por unos seres llamados “Mefistos” que responden a una autoridad superior conocida como “Los Cóndores”, liderados por el “Príncipe Cóndor” que es quien dirige la operación desde una enorme nave. En lugar de la nevada mortal de los Ellos, los Mefistos utilizaron un rayo que petrificó a cuanto ser humano alcanzó. Además, con un rayo transportador magnético, están tirando todos los medios de transporte al rio, como para evitar que los sobrevivientes puedan trasladarse a grandes distancias.



Juan y Germán comienzan a investigar y se enfrentan con un Mefsito. Al derrotarlo, descubren que son robots al tiempo que toman contacto con la resistencia que se había formado en esta Tierra. La resistencia desarrolló un plan mediante el cual pensaban llevar una bomba atómica al interior de la nave, ya que era inexpugnable desde el exterior. Juan y Germán se ofrecen como voluntarios y logran llegar al interior de la nave. Allí toman contacto con el Príncipe Condor y descubren que esta invasión no proviene desde el espacio exterior, si no del futuro. Tanto el Príncipe Condor como su hermana “Alma” son humanos gigantes que fueron alterados genéticamente en el fututo, mientras que el resto de los Cóndores son criminales fugados de su época. Todos ellos llegaron al presente tras atravesar accidentalmente los portales creadas por el Eternauta… Juan les ofrece llevarlos a la brecha, vía por la que podrían volver a su tiempo y así, dejar en paz a esta realidad. Los invasores aceptan. Descubren, sin embargo, que la verdadera intención de los villanos era la de dominar la brecha para saltar por el tiempo a su antojo y poder cometer fechorías en ambos lados del portal.
Juan y Germán logran escapar y son ellos los que viajan al futuro en busca de ayuda para derrotar a los Cóndores. Se topan con una sociedad avanzada y toman contacto con un descendiente de Germán que es también parte del consejo gobernante y es conocido como el Profesor O. Él les cuenta que años atrás tomaron contacto con un Mano que ayudó a su sociedad, pero que poco a poco se fue alienando, se encerraba en un laboratorio donde realizaba experimentos genéticos. Este Mano es el responsable de la modificación corporal del Príncipe Cóndor y Alma, a quienes considera sus hijos. El Mano intenta dominar el mundo utilizando a sus hijos como bastiones de batalla. Le ofreció al consejo la posibilidad de entregar el poder pacíficamente, pero ante la negativa de estos estalla la guerra. Cuando el Príncipe y Alma cruzan la brecha por accidente, el Mano responsabiliza al Consejo de la desaparición de sus hijos y empieza a manipular el clima para lanzar sobre la población todo tipo de desastres naturales… Ahora, Germán y Juan deben buscar la manera de vencer al Mano, volver al presente para detener la invasión y, una vez que todo haya terminado, tomar la decisión de volver a su realidad, dejando a Elena y Martita con la versión de Juan Salvo de esta Tierra, si es que consiguen sobrevivir…



Esta historieta carga con la fama de ser una verdadera basura, pero a mí no me pareció tan así. Es cierto que, en la comparación con cualquiera de las versiones precedentes, pierde por goleada cósmica, pero como historia de ciencia ficción auto conclusiva, funciona, cumple y entretiene. Lejos está de contener en sí misma todos los valores, las cargas ideológicas (Partidarias o no, según de cual se hable) que tienen El Eternauta y El Eternauta II, que es lo que uno espera al leer a Oesterheld, de la mano de la reflexión que le imprimió a buena parte de su obra, pero tampoco es una historieta completamente vacía o carente de significados. Lo que más le jugó en contra a esta historieta es llamarse “El Eternauta”, porque de haber tenido otro nombre y otros protagonistas, pudiera haber corrido mejor suerte entre los lectores como historia de sci-fi independiente (Claro que también pudo haber caído en el olvido como tantas otras historias similares…). Ongaro hace un trabajo correcto, tratando de ser respetuoso del legado de Oesterheld y de El Eternauta, pero lográndolo a medias. No solo porque es la secuela de la secuela y porque no está Oesterheld y porque no está Solano y porque es menor en comparación con las otras, sino también por lo intocable que se vuelve la franquicia para los lectores quienes, con justa razón, la consideran una obra maestra a la que nada hace sombra. Por otra parte, lo que me hace ruido y me resulta morboso, es que se haya utilizado el personaje de Germán tras la desaparición de HGO que estaba tan cercana todavía… Si bien es verdad que el propio Oesterheld abrió la puerta a ese juego al introducirse a sí mismo en la obra, me parece que hubiese sido más acertado dejar solo a Juan Salvo como protagonista (O con un nuevo ladero si hiciera falta…). Finalmente, es innegable que la obra tiene algunas incongruencias (En la otra realidad la versión original de “El Eternauta” es una obra de ficción, pero cuando aparece el Mano en el futuro nadie lo reconoce, por ejemplo) y exagera la trama de la mitad hacia adelante, probablemente fruto del caos en que fue creada…
Ahora bien, de solo pensar en una obra cuyo apartado gráfico esté en manos de Solano López, Oswal y Meglia, hace que uno sueñe con imágenes gloriosas y la baba se nos caiga por las comisuras de los labios fantaseando con el resultado que manos tan hábiles y talentosas pudieran lograr al unir esfuerzos… Nada de esto ocurre aquí, porque la indicación con la que trabajaron Oswal y Meglia, fue la de imitar el trazo de Solano para que la obra pareciera estar íntegramente realizada por él. Algo que, a pesar de haber tantas manos y trazos involucrados, logran con bastante decoro, al punto que si un desprevenido ve estas páginas puede llegar a creer que fueron hechas por Solano… Ya desde 1976 cuando dibujara la segunda parte de la obra, el nivel de Solano López había levantado mucho con respecto a la original, y lo seguiría haciendo en los años venideros por lo que, si comparamos páginas realizadas por Solano en estos años con las de esta obra, notaríamos una diferencia mayúscula en desmedro de esta tercera parte. Sin embargo, Meglia, Oswal y Morhain logran un resultado homogéneo que remite al arte de Solano López. Los diseños que realizan están bastante bien y son respetuosos de las versiones anteriores, con la excepción de los Mefistos y los Cóndores, que parecen villanos extraídos de cómics de superhéroes de la silver age…



Todo esto redondea una obra que, si bien puede disfrutarse, nos lleva a preguntarnos ¿Por qué? y sobre todo ¿Para qué?... la respuesta supongo, habrá sido netamente económica y desconozco si los resultados obtenidos fueron los deseados…
En cuanto a la edición que yo tengo, tiene toda la pinta de ser más pirata que Corsario, porque no figura editorial, ni acredita autores, ni nada… Evidentemente alguien aprovechó el litigio por los derechos de El Eternauta para hacerse unos pesos a costa del trabajo de los artistas involucrados… Mal por ellos (Y por mí también, que la compré!).



- “Tus intereses y los nuestros coinciden. Nosotros queremos que el Príncipe se vaya de nuestro mundo. Tú lo quieres aquí. Cuando quieras te llevo con él.”

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Recientemente se reeditó esa obra maestra y fundacional de la historieta que es “El Eternauta”. Esta edición de la que hablamos, salió divid...

Resistencia porteña: “El Eternauta”

Recientemente se reeditó esa obra maestra y fundacional de la historieta que es “El Eternauta”. Esta edición de la que hablamos, salió dividida en seis fascículos que se distribuyeron en los puestos de revistas de todo el país (O casi…) y tenía un formato y diseño que recordaba y homenajeaba a la célebre “Hora Cero Semanal”, donde se publicó originalmente. Si bien ya habíamos leído varias veces esta historieta, nunca lo hicimos por entregas, tal como fue pensada y editada originalmente y, aunque esta versión no se separó en tantas partes como la primera edición, es un acercamiento a aquella experiencia originaria. Por suerte, pasó bastante tiempo desde la última lectura que hicimos por lo que, si bien sabíamos lo que iba a suceder, algunos giros y detalles no los teníamos frescos en la memoria y nos volvieron a sorprender.

A pesar de que es una obra tan conocida, siempre queda algún desprevenido al que le viene bien la data. Esta primera versión de “El Eternauta” tiene guiones de Héctor German Oesterheld y dibujos de Francisco Solano López. A no confundirse porque hay una segunda versión que tuvo dibujos de Alberto Breccia, la que se publicó originalmente en la revista “Gente” (Lugar poco apropiado para una historia de estas características, si los hay…) y tuvo un final abrupto por que fue rechazada por los lectores de ese semanario tan cheto (Si se reemplaza la letra "e" por una "o", el adjetivo funciona igual). También se hicieron también varias secuelas con resultados dispares, en las que no siempre participó la dupla creadora completa y que nunca consiguieron el impacto y la relevancia de esta primera versión.



Esta historia se comenzó a publicar el 4 de Septiembre de 1957 (Por eso se celebra el día de la Historieta Argentina ese día) y cuenta la historia de un grupo de amigos, encabezados por Juan Salvo, que son testigos de una extraña nevada que comienza a caer sobre Buenos Aires. Rápidamente notan el carácter mortal que tiene estos copos de nieve y como comienzan a aniquilar a cualquier ser vivo que se exponga a ellos.




Dentro de la casa de Juan y con la frialdad de su amigo Favalli como organizador, comienzan a aislar todas las aberturas de la morada y fabricar un traje que les permita salir a la intemperie en busca de provisiones, información, medios de transporte y demás, mientras Elena y Martita (Esposa e hija de Juan respectivamente) quedan resguardadas en el hogar… Tras la desolación que produce la nevada, se instala una suerte de “ley de la selva” donde algunos sobrevivientes se matan entre sí en pos de salvaguardar la vida y las poseciones… Se pierde el suministro eléctrico, las transmisiones radiales, las líneas telefónicas y quedan totalmente aislados.
En una de sus incursiones a la calle observan el descenso a tierra de algunas esferas voladoras, lo que confirma que se trata de una invasión alienígena.


Toman contacto con fuerzas militares que están entablando una resistencia para enfrentar al invasor y suman toda la ayuda civil que encuentran. Juan, Favalli y Pablo se suman a las filas donde conocen a Mosca, historiador que lleva registro de los hechos, y a Franco, un tornero que es quien se muestra más resuelto a la hora del combate y la acción.
Emprenden el camino desde Vicente López hacia el centro porteño donde suponen está ubicada la base de la fuerza invasora. A medida que avanzan, van conociendo las distintas herramientas con que cuenta el enemigo. Así conocen a los cascarudos (Una especia de insectos gigantes teledirigidos por los aliens y bastante fáciles de matar), los Gurbos (Parecidos a elefantes gigantes de fuerza descomunal) y finalmente a “Los Manos”, unos alienígenas con muchos dedos en cada mano que son los que dirigen las acciones de los cascarudos y los Gurbos. A su vez, los Manos son dominados por los verdaderos invasores, conocidos solo como “Los Ellos” quienes, mediante una glándula del terror insertada dentro del cuerpo de los Manos, logran dominarlos a su voluntad consiguiendo una total y completa obediencia.



También conocen las increíbles armas con que cuentan además de la nevada mortal, como los terribles cañones lanza rayos, máquinas que producen ilusiones y la posibilidad de tomar prisioneros y transformarlos en hombres-robot por medio del mismo dispositivo de control empleado en Cascarudos y Gurbos…
Juan Salvo y sus colegas darán todo de sí para intentar formar una resistencia competente, repeler al invasor, proteger a los suyos y tratar de sobrevivir…
Mi amor por esta historieta es absolutamente incondicional, por lo que mi objetividad (Dudosa siempre, en cualquier caso) aquí brillará por su ausencia. El primer acierto de Oesterheld (Al menos lo fue en los 50´s) es el de trasladar la invasión alienígena a un escenario conocido y familiar para los lectores. Lo que siempre sucedía en Estados Unidos o en lejanos planetas (Como en Flash Gordon por ejemplo), de repente se desarrolla por Vicente López, la General Paz, la cancha de River (Donde dicen que los personajes sintieron mucho frio…), la Avenida Las Heras o el centro porteño… Por otra parte, todo aquello de lo que se ha hablado tanto ya, sigue siendo, en una lectura actual, tan importante como en el primer momento. Personajes humanos, falibles, cambiantes, con temor, dudas y arranques de coraje. El concepto de héroe grupal, donde ningún hombre puede hacerlo todo solo y sus flaquezas son sostenidas por sus pares… Cuando uno no puede hay otro dispuesto a tomar la iniciativa y seguir adelante. El grupo humano termina formando un engranaje gracias al cual, el todo es mucho más fuerte que la suma de las partes (O las partes por separado…).



Y la enorme habilidad de crear una historia universal, sensible a tantas analogías como lectores esta tenga… Una historia con personajes cercanos, creíbles, perfectamente delineados donde todo lo fantástico está narrado con una gravedad que hace que el lector se sumerja sin concesiones. Y, obviamente, una historia que ha sabido vencer tanto las fronteras geográficas como las temporales, con una edición reciente en USA de mano de Fantagraphics, constantes ediciones europeas y esta que nos convoca en pleno 2020 (Y transitando nuestra propia nevada mortal con el covid), son la prueba más fehaciente de este hecho.
Por su parte, Francisco Solano López hace un trabajo formidable. Aun estando muy lejos del nivel superlativo al que llegaría años más tarde, completa una obra que se quedó grabada en el imaginario de miles y miles de lectores, creando escenas y personajes que resultaron icónicos y se volvieron parte del patrimonio cultural de un pueblo que los tomó como propios para luego resignificarlos a voluntad (El Nestornauta por ejemplo).



La recreación de los escenarios es tan fiel a los originales que parecen fotografías (Y, según sus propias palabras, lo hizo de memoria, sin uso de referencias). La narrativa es sólida, dinámica, expresiva, eficiente. A pesar del formato y de tener que dividir las páginas en muchas viñetas donde, generalmente, los dibujos tenían que convivir con generosas raciones de textos, se las arregla para que todo funcione, comunique y genere empatía en el lector. Por último, el manejo del blanco y negro que hace aquí Solano también es muy notable, con grandes cargas de tinta en algunas expresiones y rostros que generan un impacto único e inolvidable.



Esta edición nacional y popular de seis fascículos que tuvo amplia distribución (Creo que con la revista “Noticias”, tan lejana ideológicamente de la obra como la revista “Gente”) con valor y calidad razonable, incluye algunos complementos como las publicidades originales y anuncios relacionados con “El Eternauta” publicados en “Hora Cero Semanal”, una introducción a cargo de Fernando García y un epílogo analizando (muy livianamente) el impacto de la obra en la sociedad. Ojalá haya recogido buenos resultados para que repitan pronto con otras obras
Sé que esta frase suelo decirla a menudo, pero si me van a creer una sola vez, que sea ahora: Esta debería ser una lectura obligada para todo el mundo, una obra maestra de pies a cabeza que es lo mejor en materia de ciencia ficción que se ha producido sobre este suelo! He dicho…



- “El Eternauta me llamó él… Para explicar en una sola palabra mi condición de navegante del tiempo, de viajero de la eternidad.”

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E l año pasado, cuando todos estábamos encerrados por la maldita pandemia y los pronósticos auguraban futuros oscuros para las editoriales, ...

Sí el presente: “Hoy: Historieta Argentina Independiente”

El año pasado, cuando todos estábamos encerrados por la maldita pandemia y los pronósticos auguraban futuros oscuros para las editoriales, la gente de Zinerama decidió ir contra la corriente y publicar su primer libro en formato físico. Zinerama es un sitio web especializado en fanzines de historieta Argentina, donde un grupo de periodistas y entusiastas del medio ponen luz sobre un espacio generalmente relegado por y para el lector promedio, el de las autoediciones y los autores under. En el sitio se pueden encontrar reseñas, suplementos semanales de historietas, entrevistas a los autores y notas varias, entre otras cosas. Todo realizado con nivel profesional, bien presentado y destilando amor por las viñetas a los cuatro vientos, lo que termina siendo el componente más importante siempre. (Para quien le interese visitar el sitio, la dirección es: https://zineramania.wordpress.com/ )

Sin embargo, no satisfechos con la tarea realizada en su página y como decíamos anteriormente, en Mayo del año pasado editaron su primer libro llamado “HOY: Historieta Argentina Independiente”. Con la idea de armar un muestrario de lo que acontece en la escena under actual, comenzaron a ponerse en contacto con autores que quieran participar de la movida, obteniendo tan buena repercusión que se vieron obligados a extender la cantidad de páginas que originalmente tenían pensadas para el libro. Finalmente, son más de 90 los artistas involucrados, algunos participan con solo una ilustración (O varias), mientras que el resto aporta historietas cuya extensión varía entre las 4 y 8 páginas, redondeando un enorme tomo que supera las 400 páginas.



Con tanta variedad de artistas involucrados, el libro tiene obras para todos los gustos, desde costumbristas o “slice of life”, pasando por la fantasía, el terror, la espada y brujería, los superhéroes, la ciencia ficción, el drama o el relato histórico, hasta llegar al humor y la comedia (Además de muchas historietas en las que se mezclan dos o más de estas vertientes). Todos los géneros son tocados por uno u otro de los autores y, del mismo modo, se presenta una enorme variedad de estilos gráficos y narrativos de la mano de la gran cantidad de dibujantes y guionistas presentes en estas páginas. Claro que, del mismo modo que hay variedad en los géneros y estilos, también la hay en la calidad de las obras presentadas. Muchas de ellas están realizadas por autores sobradamente probados y/o talentosos, mientras que otras son tal vez las primeras incursiones de autores jóvenes o, para que no falte nada en el muestrario, de autores de dudosa calidad (Desde la propia subjetividad de quien está leyendo, como siempre…).



La lista de historietistas presentes es muy larga para incluirla por completo acá (Dejamos, entre las imágenes, el escaneo de una de las solapas del libro donde se enlistan todos), pero entre ellos figuran algunos idolos como J.J. Rovella, Nicolás Brondo, Teora Bravo, Rubén Gauna, Sergio Ibáñez, Jok, Kundo Krunch, Lubrio, Manuel Loza, Pedro Mancini, Paula Andrade o Salvador Sanz por nombrar algunos de los que me gustan mucho y suelo estar atento a lo que publican.



El libro tiene una hermosa portada ilustrada por Franco Viglino y, a modo de introducción, unos breves escritos de los editores, más un texto que intenta definir qué se entiende por fanzine y cuenta la historia de estas publicaciones en nuestro país a cargo de Julián Oubiña Castro. Por último, cierra con una breve biografía y bibliografía de todos y cada uno de los artistas involucrados con la presente edición.



Conseguí este libro al poco tiempo de ser editado y la relación precio-calidad-cantidad me pareció de lo más acertada en su momento… Se que ya tuvo alguna reimpresión, pero desconozco que valor tendrá en este momento con las variaciones constante que padece nuestra economía… Como sea, ojalá sigan editando en el futuro y sirvan como inspiración para animar a otros a la misma aventura.



- “Lo único cierto a fin de cuentas es que escribimos y dibujamos historietas, y luego las editamos porque nos gusta.”

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 "Vlad the Impaler" Mediaban los años 90´s cuando la compañía Topps, famosa por sus trading cards, decide sumar a un ya saturado m...

Universal Monsters 2X1

 "Vlad the Impaler"

Mediaban los años 90´s cuando la compañía Topps, famosa por sus trading cards, decide sumar a un ya saturado mercado yanqui, lleno de sellos editoriales que duraban un suspiro, una nueva línea de historietas. Para tal fin crea el sello Topps Comics y se lanza al mercado. Con el objetivo de llegar al gran público se forjó de dos armas: nombres de guionistas y artistas reconocidos y personajes más conocidos aún. Así, aprovechando el rotundo éxito que estaban teniendo en cine las nuevas pelis de Drácula (Bram Stoker´s Dracula, Francis Ford Coppola, 1992) y de Frankenstein (Mary Shelley´s Frankenstein, Kenneth Branagh, 1994) consiguieron los derechos para realizar las adaptaciones a historieta. En los dos casos, el guion estuvo en manos del versado Roy Thomas; la adaptación de Drácula contó con dibujos del genial Mike Mignola mientras que Frankie cayó en manos del modesto Rafael Kayanan. (Ambas miniseries pueden conseguirse en español recopiladas en tomo por Editorial Vid de México o por Ediciones B de España) El resultado comercial evidentemente fue satisfactorio, por lo que le pidieron a Thomas que siga explotando los personajes, y de aquí salen las dos miniseries que vamos a comentar.
Resultaba obvio que no se podía avanzar con la historia de Drácula, ya que muere al final de la película (Y en su adaptación a historieta, y en la novela original…), por lo tanto Thomas resolvió contar el origen del hombre antes del vampiro. En la miniserie de tres partes “Dracula: Vlad the Impaler” (1993) el propio Nosferatu nos relata su vida desde niño hasta su muerte como hombre ordinario. Nace como el segundo de los tres hijos (Mircea el mayor y Radu el menor) de Vlad Dracul, gobernador de Transilvania y príncipe de Valaquia (Wallachia). Vlad padre regía su pueblo con mano de hierro y tolerancia cero hacia los traidores. Había conseguido establecer una tensa paz con los turcos a pesar de las diferencias religiosas que tantas guerras habían ocasionado en el pasado. Pero los rumores de un posible ataque cristiano habían llegado a oídos de Murad II, Sultán de todo el Islam. Para evitar la posible invasión, el Sultán le tiende una emboscada a Vlad en la cual rapta a dos de sus hijos. Si Vlad mantiene a su pueblo en paz, sin agresiones hacia los turcos y dejando de lado el cristianismo, Murad a cambio dejaría que sus herederos moren comodamente en su palacio, caso contrario les daría una terrible muerte.

Vlad hijo y Radu, vivieron años bajo los cuidados del Sultán y en compañía del hijo de este, Mehmed Celebi. Pero la noticia de la muerte del Príncipe y su primogénito Mircea a manos de su propio pueblo, llega a los oídos de Vlad quien jura vengarse. Murad acepta que Vlad luche para llegar al trono de Valaquia, siempre y cuando lo haga en su nombre. Con el correr de los años y las guerras, Vlad llegará a ser príncipe, vengar la muerte de su padre y hermano, emplear las terribles técnicas de empalamiento que aprendiera del mundo turco, y finalmente llevar la guerra hacia Murad en primer lugar, y tras la muerte de este, al nuevo Sultán, su hijo Mehmed. Es esta guerra la que ocasionará el final de Vlad el empalador, como se lo conocerá en los siglos por venir, y su posterior resurrección como no muerto.
El guion de Thomas mezcla historia, leyenda y ficción logrando un excelente balance y está muy bien llevado adelante. Lo único que no tiene la importancia que merece, es ese amor que Vlad encuentra en su vida humana y que siglos más adelante será recordado en el rostro de Mina Murray. Está narrado, pero muy brevemente. Es comprensible de todos modos, porque en solo tres número de 36 páginas, Thomas mete una cantidad de información tremenda, fiel a su estilo.
El español Esteban Maroto (Las crónicas de Atlántis, Creepy, Vampirella, etc) está a cargo del dibujo, tinta y color y su trabajo es realmente soberbio. El punto álgido de la obra sin ninguna duda. Usa para la composición de las páginas muchas variantes y en todas resulta acertado. Su dibujo es muy expresivo, las escenas de guerra son crudas y las de empalamiento producen verdadero horror. Tanto el diseño de los personajes como el vestuario y armaduras utilizadas nos sitúan en la época en que la historia transcurre (Siglo XV). Un trabajo evidentemente bien documentado y con mucho talento desplegado.

"The Frankenstein - Dracula War"

Esta historia encuentra su continuación en la miniserie de tres partes “The Dracula – Frankenstein War” (1995). La trama comienza en el siglo XVIII cuando un pequeño regimiento de las tropas de Napoleón Bonaparte invade una aldea de los Alpes Transilvanos buscando mujeres para satisfacer sus ansias. Mientras se desarrolla la masacre, Irena, una mujer paria en su comunidad por ser considerada bruja, corre hacia su hogar en busca de ayuda. Resulta que hospedaba allí al mounstro de Frankenstein (Se explica en la historia cómo fue a dar allí). Le ruega por su ayuda y a regañadientes la criatura accede. Le cuesta poco doblegar a los soldados franceses, pero cuando parece que está todo por resolverse, interviene el Conde de Saint Germain (Uno de los misterios de la historia, un aventurero europeo interesado en el arte y la alquimia, cuya leyenda cuenta que nunca envejecía). El Conde había raptado a Irene y manteniéndola cautiva, obliga al mounstro a ir tras el corazón de Drácula. Con el corazón en su poder, el Conde podría consumar el elixir que le garantizara la inmortalidad.
Frankenstein se enfrenta a Drácula, pero logran congeniar y juntos detienen al Conde y al regimiento francés rescatando en el proceso a la mujer. Establecen una relación cordial entre ellos, pero esta paz entre mounstros durará poco, el traicionero vampiro intentará aprovecharse de la ingenuidad de la criatura y la guerra entre ellos se desatará ferozmente…
En esta oportunidad, Roy Thomas es asistido en el guion por Jean Marc Lofficier (Blue Beetle, Dr. Strange, etc.) quien aporta datos y fechas de la historia francesa y del Conde de Saint Germain. El guion es sólido y entretenido, aunque está unos escalones por debajo de la miniserie anterior. Pero en esta época los crossovers garpaban y uno con mounstros tan famosos era una apuesta segura.
El arte corre por cuenta de Claude St. Aubin (Green Lantern, Cadillacs & Dinosaurs, etc.) y el resultado es propio de su tiempo (Los 90´s). Dibujos grandes e impactantes en las páginas, poses heroicas, piernas largas y senos grandes para las damas, cuerpos desproporcionados, varias splash pages y colores brillantes y planos. Un dibujo limitado, pero correcto y que acompaña decentemente al guion. Como incentivo, las portadas están a cargo de Mike Mignola.
No conozco ninguna edición en español, ni recopilación de estas miniseries por lo que inevitablemente hay que buscar las revistas originales…


Y con esto me despido que está por salir el sol…

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La editorial Océano, dentro de su sello “Historias gráficas” está publicando la famosa obra del semi retirado Bill Watterson en diferentes l...

Un niño y su peluche. “Calvin & Hobbes”

La editorial Océano, dentro de su sello “Historias gráficas” está publicando la famosa obra del semi retirado Bill Watterson en diferentes libros. La colección principal ya lleva 9 tomos editados (Que no todos tiene el mismo tamaño, lo que es un verdadero pelotazo en contra) y fuera de colección aparecieron dos libros especiales, uno llamado “Diez años” que trae una selección de las mejores tiras, y un segundo tomo con algunas de las tiras dominicales en edición bilingüe, las que fueron elegidas por el autor para una muestra que se llevó a cabo en la Universidad Estatal de Ohio y luego se recopilaron en libro. Estos últimos dos volúmenes traen comentarios de Watterson sobre su obra. Nos dimos una sobredosis de Calvin & Hobbes y de un saque nos leímos los dos libros especiales más el primer tomo de la colección y vamos a comentarlos aquí.




Cuando me anoticié de la consigna básica de esta historieta en lo primero que pensé fue en Winnie the Pooh. Es la historia de un niño, Calvin o Christopher Robin, que entabla una amistad con su peluche, Hobbes para el primero y Winnie con muchos más para el segundo y todos los peluches cobran vida gracias a la imaginación de los niños en cuestión. Por otra parte, el diseño de Hobbes es bastante similar al de Tigger (Uno de los tantos peluches de Christopher), ambos son tigres naranjas con rayas negras. Para mi fortuna y la del resto de los lectores, ahí se terminan las similitudes. La factoría Disney se encargó de edulcorar hasta lo vomitivo a Winnie the Pooh y de volver lelos a sus personajes…. Winnie es estúpido, el burro es estúpido, el tigre es estúpido y así con casi todos, mientras que Calvin y Hobbes siguen otros derroteros mucho más interesantes.
En la introducción del primer libro Garry Trudeau, creador de la tira “Doonesbury”, dice que Calvin & Hobbes (C&B de ahora en más) es una de las pocas tiras que representan adecuadamente la infancia sin perderse por caminos ajenos a la niñez (No textualmente, pero la idea es esa) … Tras leer los tres libros, discrepo con esta opinión. Al igual que ocurre con Peanuts o con Mafalda y sus autores, C&B es el vehículo que Watterson encuentra para dar voz a sus ideas y opiniones. Por este motivo en algunas tiras vemos bien representada a la niñez mientras que, en otras asistimos a declaraciones y reflexiones muy alejadas de las posibilidades intelectuales de un niño. Sin embargo, con cualquiera de estas opciones el autor consigue excelentes resultados y, sumado a su calidad gráfica, es lo que llevó a C&B a ser una tira de gran éxito al poco tiempo de debutar en 1985.



Calvin tiene 6 años, es hiperactivo, vive con sus padres en una ciudad tranquila y va regularmente a la escuela. No tiene amigos reales así que suple esa ausencia mediante su imaginación con la que dota de vida a su tigre de peluche, Hobbes. Nadie entra en la fantasía del niño, ni adultos ni otros pequeños de su edad. Es un mundo privado al que solo ellos dos pueden acceder y la magia se rompe cuando entra un tercero, que es cuando vemos a Hobbes como un simple peluche.
El elenco de la obra es muy reducido, con solo un puñado de personajes Watterson llevó adelante 10 años de tiras diarias. Están los padres de Calvin, que son del todo grises. Educan a su hijo lo mejor que pueden, pero siempre se ven sobrepasados por las situaciones que este genera y cuando los invita a participar de sus juegos con Hobbes, lo hacen de mala gana (El padre arropa en su cama a Calvin, le da un beso de buenas noches y sale del cuarto. El niño grita “¿No saludas a Hobbes?”, el padre vuelve con fastidio y desde la puerta espeta un desabrido “Buenas noches Hobbes”). Hasta dejan entrever, cada tanto, que se arrepienten de haber tenido un hijo (“Recuerdo que yo ofrecí comprarnos un perro salchicha” dice el padre) y gozan de los pequeños momentos donde Calvin se comporta educadamente o cuando logran salir solos, dejándolo al cuidado de su niñera.



Sin embargo, hay dos mujeres que encuentran algunas opciones para lograr controlarlo. Quien lo consigue con mayor eficacia es la niñera Rosalyn, que a base de amenazas, encierros y gritos mantiene a Calvin en calma. La segunda es su maestra, la Señorita Wormwood, que si bien no puede sojuzgar la imaginación del niño, al menos consigue que permanezca en clase la mayoría de las veces.
Por último, vemos regularmente dos niños compañeros de escuela. Moe, bravucón de la clase que solo aparece esporádicamente para amenazarlo y robarle su dinero y Susie Derkins, que es también su vecina y por quien Calvin se siente atraído, pero como no sabe canalizar ese sentimiento, constantemente se pelea con ella.
El director de la escuela y un tío de Calvin son personajes que aparecen extremadamente poco y a los que el autor decide no explorar más allá de un par de tiras aisladas.
La frondosa imaginación de Calvin crea otros personajes recurrentes en la serie en los que se transforma, como el Comandante Spiff, protagonista de sus aventuras espaciales; Bala Certera, detective privado generalmente centrado en resolver los desastres que C&B originan; y Estupendo-Man, alter ego super heroico de Calvin encargado de solucionar con sus asombrosos poderes los problemas que no pueda Calvin, mientras escapa de la constante admiración de las niñas…
De todos modos, las mejores tiras de la serie surgen cuando C&B están solos en el bosque que se extiende por detrás de su casa en el cual, con su carrito rojo o corriendo o trepados a un árbol o simplemente caminando, dan rienda suelta a su imaginación y estrechan los lazos de una amistad que conmueve por su profundidad y amor sincero.



En los dos libros especiales conocemos un poco más a Bill Watterson, ya que no solo escribe la introducción a ambos tomos, sino que además comenta varias de las tiras que estos incluyen. Lo que más resalta en su prosa es el enorme conocimiento que tiene del medio en que se mueve, es decir las tiras de prensa, y como busca caminos para aprovechar al máximo las posibilidades que el acotado formato le propone, a la vez que intenta constantemente defenderlo y expandirlo cuando en realidad, ya desde esa época, era un ámbito que venía en franco retroceso… Las tiras de prensa estaban perdiendo espacio en los diarios, a la vez que perdían lectores frente a la televisión y otros entretenimientos. En Estados Unidos los historietistas no negocian directamente con los periódicos, sino que ese trabajo queda en manos de sindicatos que tienen en cartera diversos autores, y ofrecen su trabajo (Y los derechos de explotación de los personajes) internacionalmente a cuanto matutino se muestre interesado. En el caso de C&H, esta tarea era realizada por Universal Press Syndicate con quien Watterson tuvo varios enfrentamientos. El primero de ellos a causa de que jamás quiso ceder los derechos de sus personajes para que fueran explotados en mercancías varias (Al igual que hizo Quino con Mafalda), lo que produjo el enojo de los jefes del sindicato por los muchos dólares que se perdían de ganar. En este aspecto el autor se mostró inflexible y logró salirse con la suya a pesar de que proliferaban los productos piratas con imágenes de C&B.
Otro enfrentamiento vino a raíz de que Watterson exigió mayor libertad para las tiras dominicales. El formato y distribución de viñetas estaba preestablecido por los diarios, y las primeras dos viñetas no debían ser vitales para la historia ya que no todos los periódicos las incluían… El autor se sentía muy limitado y quería utilizar el mismo espacio con la configuración que mejor se adecuase a sus necesidades creativas, y esto podría variar de Domingo a Domingo… La enorme popularidad de la tira sumada a su inflexibilidad, le permitió conseguir su objetivo y las tiras dominicales más hermosas surgen a partir de la libertad conseguida en este aspecto.
Al cabo de 10 años de publicación prácticamente ininterrumpida, Watterson comenzó a sentir la fatiga y el peso de la tarea. Constantemente se exigía a sí mismo y rara vez se mostraba conforme con los resultados, lo que desembocó en la despedida de C&B en la última tira dominical publicada el 31 de Diciembre de 1995… Nunca más volvimos a saber de Calvin y su fiel amigo quienes probablemente seguirán con sus travesuras en los bosques donde el tiempo no pasa, los niños no crecen y la felicidad está junto a un peluche, un carrito rojo y eternas tardes de verano…



La edición es bastante buena sobre todo por los tamaños en que se editó gracias al cual se aprecia y disfruta mejor el dibujo pero, tiene algunas contras importantes... Ya mencionamos la diferencia de dimensiones entre tomos, además son tapa blanda en formato apaisado las cuales se terminan doblando bajo el peso de las hojas, hubiese preferido tapa dura… Las hojas no son de la mejor calidad tampoco, excepto en el libro de “Tiras Dominicales”, en el resto llegan a traslucirse los dibujos del reverso. Por último, la traducción… En la edición bilingüe se nota como el traductor reduce los textos originales y en esa reducción pierden mucho de su impacto e intención original…
Calvin & Hobbes es un divertido paseo por lo mejor que las tiras de prensa han ofrecido en los últimos años...



“El potencial de las tiras cómicas -como vendedoras de periódicos y como una forma de arte- sería enorme si los dibujantes se retaran a sí mismos para crear un trabajo extraordinario, y si el medio trabajara para crear un ambiente que lo sustentara.” Bill Watterson

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