“El Manuscrito” es obra de Macelo Pulido al guion y José Massaroli en dibujos. Fue coeditado por Doedytores e Historieteca Editorial en 2016...

“El Manuscrito”

“El Manuscrito” es obra de Macelo Pulido al guion y José Massaroli en dibujos. Fue coeditado por Doedytores e Historieteca Editorial en 2016.

Esta historieta comienza en el exacto momento en que termina la versión original de El Eternauta, cuando Germán queda solo en la puerta de la casa de Juan Salvo preguntándose “¿Será posible?”. A partir de ahí empezamos a seguir a Germán en el regreso a su casa, donde encuentra dos Manos que vinieron tras Juan Salvo para eliminarlo. Siguiendo la pista del Eternauta, llegan a la casa de Germán y encuentran los apuntes que este hizo del relato que escuchara durante toda la noche anterior. El guionista alcanza a huir sin que lo reconozcan e intenta volver a hablar con Juan, pero como este no recuerda nada tras la fusión con su yo del presente (1959), lo hecha de su casa. Los manos notan esa alteración en el Eternauta y deciden que, en ese estado, Juan Salvo no representa ninguna amenaza para la futura invasión, por lo que comienzan a perseguir a Oesterheld.
Germán llega a la casa de un amigo, le cuenta lo sucedido y le dice que su misión es narrar la historia de “El Eternauta” para prevenir a la gente de la nevada mortal que se dará en unos años, pero teme que lo tomen por loco. Deciden que lo mejor es publicarla como historieta, cuando irrumpen los Manos. Nuevamente consigue escapar y llega a la casa de su editor, le pide dinero y que le preste la casa de fin de semana que tenía en el Tigre para poder esconderse. Recluido allí, Germán comenzará a escribir la historia de Juan Salvo. Vuelve a la Capital a entregar los primeros capítulos en la editorial con la promesa de que pronto entregará el resto. Pero, en el Tigre es alcanzado por los Manos, que se lo llevan para que nunca más sea visto. Con la obra inconclusa y sin haber podido dar aviso a la población, en 1963 llega la nevada mortal que da comienzo a la historia…



Si con respecto a “El Eternauta Tercera parte” decíamos que resultaba medio morboso seguir utilizando el personaje de Germán, aquí vemos la misma situación elevada a la décima potencia. Hay una fuerte mezcla entre la ficción que propone la obra original (Y también “El Eternauta: El regreso”, de Solano López y Pablo Maiztegui, donde se habla del manuscrito por primera vez) con la biografía del propio Oesterheld, convirtiendo la historia en un relato de metaficción tercerizado (ponele…). Por ejemplo, Oesterheld se había recluido en Tigre y desde allí trabajaba en la época en que estaba en la clandestinidad. Hacía viajes a Capital para, entre otras actividades, entregar sus guiones y dejaba marcas de barro seco al caminar por los pasillos de la editorial (Según relató alguna vez Miguel “Rep” Repiso), cosa que también sucede en esta historieta. Y lo peor, es que los Manos lo torturan y secuestran… Y para que la analogía no se le escape a nadie, aquí el personaje de Germán no tiene el rostro que le diera Solano López, si no que es la viva imagen de HGO. Ya lo dije antes, pero lo repito. El propio Oesterheld abrió la puerta a este juego al incluirse como personaje en la historieta, pero me da un poco de rechazo que se lo haya seguido utilizando… pero eso es algo estrictamente personal y se nota claramente en la obra que el morbo no es la intención de los autores. Por el contrario, la obra no es otra cosa que una muestra de respeto y admiración hacia él. Además, propone un interesante epílogo a la obra original, contando el devenir de Germán con toda la data que le había dado Juan Salvo y su lucha por intentar sacarla a la luz para salvar a la gente (Lo que, a mi criterio, también es una analogía con su biografía). Lo poco que leí de Pulido me ha gustado y esta historieta no es la excepción. Desde su simpleza, esta obra logra entrelazarse con elegancia a la leyenda del Eternauta redondeando una entretenida historia.



Por su parte, el experimentado José Massaroli hace un gran trabajo en la parte gráfica. Buena recreación de época cuando es necesario, sólida narrativa, mucho juego con el claro oscuro y respeto (más alguna referencia) al trabajo de Solano López, pero sin perder nunca su impronta.
El libro se complementa con una galería de ilustraciones de diferentes artistas, bocetos de Massaroli y una nota de Fernando García como cierre.




- “Tenés que publicarlo. Tiene que llegar a la gente. No puedo explicártelo, pero esto va a pasar.”

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