LA REVANCHA DE ROBIN.
Si existe un personaje que aprecio mucho porque básicamente lo vi nacer es Tim Drake, el tercer Robin. La primer historieta de Batman que compré fue el segundo episodio de la miniserie “Una muerte en la Familia”, publicada en el número 6 de la colección Batman de Editorial Perfil. Sí, por acá siempre estamos volviendo a esas editoriales que fueron fundacionales para nosotros.
En dicho episodio el Guasón le reventaba la cabeza con un fierro al segundo joven maravilla, razón más que suficiente para comprar y atesorar esa historieta. Ahí empezó todo, luego fue conseguir lo que se podía y, entre ediciones Zinco y Perfil, ir leyendo la tortuosa vida de Batman después de ese catastrófico evento. Así llegue a “Año 3”, “Un lugar solitario para morir”, “Ritos de transición” y la primer miniserie de “Robin” en solitario, donde Tim Drake entrena con el rey serpiente.
En un “DC News” de Zinco veo que en USA había sacado una segunda miniserie de Robin y esta vez se enfrentaba solo al regreso del Guasón. Imaginen que en esa época cualquier noticia nos ponían “pum para arriba”, así que el hype generado por ese párrafo, leído en un interior de contratapa, me había dejado re loco con la ilusión de poder leer ese significativo enfrentamiento y, de alguna forma, esa revancha de Robin.
Ya promediando los 90´s llega Vid cosechando los lectores huérfanos de Ed Perfil y Zinco, editoriales que habían dejado de publicar DC comics y, aunque al comienzo las diferencias entre las ediciones eran notorias, Vid editó esta miniserie dentro de la colección de Batman, entre los números 204 y 207, que recién empezaba a llegar a los kioscos junto a otros cómics. Creo que por este aluvión de títulos disponibles (Cómics de X-Men, Superman, revista de Top Kids, cómics de Mortal Kombat y un enorme etc) dejé escapar esta ansiada miniserie, o bien ni me di cuenta que la editaron los amigos de México.
Así que como estoy “viejo choto” y dándole a lecturas pendientes, al fin pude leer la segunda miniserie de Tim Drake que hoy voy a comentar (Que introducción al mismísimo pedo que me mandé).
La historia arranca con que, como si fuera Laura, “Batman no está… Batman se fue…” y Robin está solo, patrullando inseguro una nevada ciudad Gótica en víspera de las fiestas, con la mala suerte de que el Guasón (Que en esta edición nombran con la más acertada traducción de “El Comodín”) escapa de prisión y, reuniendo a su vieja pandilla, vuelve a delinquir y hacer locuras en la ciudad. Pero esta vez, (y como estamos en los 90´s) el payaso pasó sus días de aislamiento leyendo “PC Users” o la “Muy interesante” y descubrió el maravilloso mundo de la computación. Así secuestra y dopa a un nerd onda Bill Gates y lo pone a Hackear y alterar todo sistema posible para llenar de caos la ciudad de Batman.
Hablando de Batman, este no aparece y Tim ya se pone nervioso junto a Alfred, tratando de demostrar a la ciudad que el señor de la noche todavía está por ahí, proyectando formas holográficas en los tejados, vistiendo maniquíes y cosas así. Porque parece que nadie toma enserio al Joven Maravilla que teme enfrentar al Guason, por que este había asesinado a su predecesor. Cosa que el payaso sabe y de la que alardea todo el tiempo, sospechando que Batman no está en la ciudad.
Finalmente Tim Drake tendrá que combinar sus habilidades intelectuales y físicas en combate con los secuaces del Joker, tendiéndole una trampa para atraparlo, mientras con Alfred trata de salvar la ciudad del bolonqui informático.
En solo cuatro numeritos Chuck Dixon nos da un enfrentamiento diferente y un bautismo de fuego para el nuevo Robin, un Robin que tiene que manejar la situación como puede y con el temor de enfrentar solo al Guasón, con la pesada carga de saber lo que le paso a Jason Todd. Dixon a esta altura era un guionista aceitadisimo en el universo de Batman, así que maneja los personajes con fluidez y variados matices. Me quede esperando a un Guasón más sádico y oscuro, pero ya saben cómo es este personaje que varía dependiendo del guionista de turno (por algo mucho después inventaron que eran tres).
El dibujo de Tom Lyle cumple al contar la historia (es como mezclar a Rom Lin con Norm Breyfogle), típico dibujo de la época antes de que estos se deformen demasiado. Al principio mucho no me lo bancaba, pero en el cap final le puso más ganas y me terminó gustando.
En definitiva es una linda y entretenida miniserie, una historia más que se destaca por el lastre que tienen estos personajes y las sagas nombradas en un comienzo.
Me queda una miniserie más de Tim antes de la serie regular, ahí me dijeron que vuelve a KGBestia, así que espérenla por acá que seguro ya la comentaré cuando disponga del tiempo.
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