El Rey se había ido de Marvel en malos términos y recaló en DC a principios de los 70´s, donde creó un montón de series y conceptos de lo más originales, pero que ninguno caló hondo en el favor del público en su momento… Tras varias cancelaciones y después de pulular por diferentes títulos para cumplir con la cantidad de páginas que debía entregar mensualmente por contrato, dejó también esta editorial y tampoco se fue muy contento. Se había sentido maltratado en varias oportunidades y el notar que le daban sus páginas a otros artistas para que redibujen algunos rostros fue la gota que colmó el vaso. Para 1975 vuelve a la Casa de las Ideas y, como todo hombre de bien, no quiso hacerse cargo de ninguno de los títulos que ya tenían dibujantes a cargo, por lo que nuevamente empieza a crear conceptos propios (Tuvo su paso con personajes ya establecidos como Capitán América o Black Panther, pero cuando no tenían gente a cargo). En esta época salen títulos como “Devil Dinosaur”, “Machine Man” o el que hoy nos convoca, “The Eternals”.
Después del caso Roswell y el área 51, y con el avistaje de platillos voladores a la orden del día, el tema OVNI estaba muy en boga entre la población norteamericana. En el año 1968 el escritor Erich Von Däniken publica el libro “Chariot of the Gods?” (Que se traduce como “¿Carruajes de los Dioses?”, aunque por aquí se lo conoció con el título “Recuerdos del Futuro” que es una traducción mucho más fiel del título original en alemán). Däniken postulaba en su libro que los alienígenas habían visitado la Tierra y establecido contacto con las civilizaciones Maya, Inca, Azteca y Egipcia entre otras, y que fueron los responsables de las fastuosas construcciones que estas habían erigido. Defendía su teoría con varios argumentos como la necesidad de herramientas o artefactos avanzados para las construcciones, el hallazgo de varias ciudades perdidas, zonas que parecían dispuestas para el aterrizaje de artefactos aéreos (Las líneas de Nazca), etc. Años más tarde todas las teorías de Däniken fueron desmentidas y se demostraron fraudulentas. Y es que alegar que aquellas construcciones fueron obra de aliens solo busca restar mérito a las civilizaciones que las construyeron, civilizaciones que no se encuentran ni en Europa ni en Estados Unidos, dicho sea de paso…
Pero bueno, toda esta perorata viene a cuento de que Kirby, que en toda su vida creativa había estado interesado en desarrollar mundos, seres y civilizaciones extraterrestres, se siente particularmente inspirado por la obra de Däniken, la cual es el germen de “Los Eternos” (Y para deducir esto no hay que ser muy despierto, ya que el propio Kirby mete en la portada del segundo número de la colección una leyenda que dice “Mejor que ¿Carruaje de los Dioses?”).
En esta historieta Kirby reescribe el origen de la Tierra. Los Celestiales son Dioses que, a diferencia del Dios bíblico y muchos otros, no basan su omnipotencia en poderes mágicos, sino en la tecnología a la que dominan en todas sus ramas y formas. En tiempos primordiales cuando la cadena evolutiva del hombre estaba en su etapa simiesca, los Celestiales se sintieron atraídos por un planeta tan pujante de vida. En lo que se conoce como “la primera hueste”, los dioses tomaron varios de esos proto hombres y experimentaron en ellos sembrando la semilla de la evolución y los devolvieron al planeta para que puedan florecer. De este experimento surgieron tres razas distintas, los Desviantes de aspecto monstruoso y con ansias de dominación; el humano, destinado a heredar la Tierra; y los Eternos, seres de escaso número pero inmenso poder, que decidieron vivir apartados de sus hermanos en lo alto de las montañas.
Los Desviantes evolucionaron rápidamente creando enormes ciudades, fuertes armamentos y doblegando y esclavizando al humano. Con el regreso de los Celestiales en la segunda hueste, los Desviantes decidieron enfrentarlos y destruirlos, pero los Dioses los castigaron hundiendo sus ciudades en el fondo del océano e inundando todo el planeta (El famoso diluvio universal). A partir de aquí, los Desviantes vivieron en ciudades ocultas en el lecho marino, siendo Lemuria la más importante de ellas, la que está ubicada en el triángulo de las Bermudas y es la responsable de los misterios que rodean la zona.
En la tercera hueste, los Celestiales tomaron contacto con la civilización Inca y es donde hace mella la influencia de la obra de Däniken. El Eterno conocido como Ajak se une a Celestiales e Incas y queda en letargo tras la partida de los Dioses.
Así llegamos al presente y al comienzo de esta obra en la que el Eterno Ikaris ocultando su identidad, acompaña una expedición arqueológica a las ruinas Incas de la cordillera de los Andes, donde encuentran evidencia del contacto con los Dioses que tuvo esta cultura y de un faro que, al ser activado, propiciará la llegada de la Cuarta Hueste. Los Desviantes saben del inminente regreso de los Dioses y se sienten preparados para enfrentarlos nuevamente.
Efectivamente se produce el regreso de los Celestiales y del juicio de los 50 años, que decidirá si las vidas que ayudaron a desarrollar en la Tierra merecen seguir existiendo o, por el contrario, son un experimento que ha llegado a un callejón sin salida y debe ser terminado.
La enemistad entre los Desviantes y los Eternos llega a su punto más alto en toda la historia, al tiempo que la humanidad se desconcierta con la presencia de los Celestiales. Kirby empieza a abrir puertas y a desenredar de a poco varios misterios. Los Desviantes aparecen ante los hombres disfrazados de demonios, para hacerlos creer que son las huestes de los Celestiales y conseguir así que los gobiernos dirijan su furia hacia los Dioses. Se van presentando más Eternos entre los que aparecen el velocista Makarri, a quien la humanidad le dio un lugar en las leyendas bajo el nombre de Mercurio, la bella Sersi, Duende, Zuras, el mejor de todos los Eternos y su guía, Thena, su hija y amante en secreto del Desviante Kro, entre muchos otros. A raíz de la historia de amor entre Thena y Kro, el Rey mete matices entre los conceptos de buenos y malos, haciendo que cada uno de ellos comparta secuencias con los pueblos del otro y llegue a comprenderlos mejor. Los Eternos se presentan ante la humanidad como aliados y se prestan a ser interrogados y estudiados. Como siempre, Kirby es generoso en conceptos y en ideas, como la de la Unimente, que es la unificación de todos los Eternos en un único ser en el cual convergen para la toma de decisiones importantes como el proceder que tomaran ante la llegada de la cuarta hueste, etc….
En todo momento Kirby deja en claro que esta obra es independiente y alejada del universo Marvel y se mantiene en esta interesante tónica en sus primero doce números, pero… Evidentemente las ventas no acompañaban y la editorial le pedía mayor simpleza, historias más directas y breves, con más batallas y corssovers con otros personajes de la editorial… A partir del número trece el estilo de las historias cambia, aparecen agentes de Shield, Ikaris se enfrenta a un Hulk robot que por accidente se colmó de energía espacial con el que lucha a lo largo de dos números. Luego, junto a Zuras, Makarri y Sersi enfrentan a un demonio dormido en las profundidades de New York al tiempo que Thena se alía a dos Desviantes rechazados por su pueblo con los que vive algunas aventuras… Finalmente, la colección se cancela imprevistamente en el número 19 dejando un montón de tramas inconclusas…
Kirby se repite un poco a sí mismo y se pueden trazar varios paralelismos entre los Eternos y el Cuarto Mundo, Zuras es exactamente igual a Highfather y Sersi recuerda mucho a Big Barda… Por otra parte, es como si hubiese trasladado Apokolips y New Genesis a la Tierra en forma de Eternos y Desviantes… Como si le hubiese quedado tela por cortar con esos conceptos, pero al no haberlos podido desarrollar en DC se los trajo a Marvel, por supuesto con sus variaciones e innovaciones para que no sea exactamente igual a lo hecho anteriormente. A mi juicio, los primeros números son uno de los mejores trabajos de Kirby como autor integral, introduciendo personajes y situaciones de a poco, con buen desarrollo y mucha intriga. Hábil para mezclar la presencia de los Eternos entre las creencias y leyendas de los humanos, como así también relacionarlos con hechos bíblicos, mitológicos o históricos muy famosos y reconocibles. Sin embargo, a pesar de que había transcurrido poco más de 15 años desde que junto a Stan Lee revolucionaran la industria con el Fantastic Four #1 y todo lo que vino después, Kirby había perdido contacto con los lectores. Una nueva generación se acercaba a los cómics y lo que buscaban no lo encontraban en el trabajo del Rey. Todavía no se había puesto en valor el inmenso aporte que realizó al medio con su arte, ni se tenía verdadera dimensión de la enorme influencia que tendría en las futuras camadas de artistas. En ese momento estaba desfasado de la actualidad que introdujeron los nuevos dibujantes y hasta para muchos de sus pares era en fósil andante… Al igual que en su paso en DC, su segunda etapa en Marvel se caracterizó por colecciones interrumpidas y breves etapas en varios títulos… Una lástima porque se notaba en “Los Eternos” el genuino entusiasmo que tenía, y estoy seguro que la obra habría llegado a mejor puerto si la editorial lo hubiese librado de sus exigencias… Pero los números mandan.
Como siempre con Kirby, el apartado gráfico es de alto impacto, con una enorme generosidad en conceptos, diseños e ideas que parecían provenir de un caudal inagotable. En la mayoría de los números se manda unas dobles splash pages que son verdaderamente increíbles y todas sus viñetas rebosan de información. En esta época el Rey ya trabajaba de manera intuitiva, dejando en página todo lo que salía del lápiz sin realizar correcciones, por lo que en algunas viñetas se notan ciertas imperfecciones, pero que quedan opacadas con la majestuosidad circundante en el resto de la página. Naves espaciales, seres fantásticos, batallas épicas, Dioses, ciudades ocultas, civilizaciones perdidas, armas futurísticas, monstruos gigantes y un largo etc, todo tiene su lugar en esta obra que es una de las tantas que nos legó el Maestro Jack!
El tercer tomo de la biblioteca Marvel “Los Eternos” se complementa con una historia que se publicó originalmente como back up entre los números 23 y 30 de la colección What if…?, y que es el intento oficial de Marvel por recontar la historia de su universo ficcional, metiendo en ella la presencia de los Eternos (A quienes, como ya dijimos, Kirby mantuvo al margen de Universo Marvel). Obra de Mark Gruenwald, Peter Gillis & Ralph Maccio en guion, con Ron Wilson y Rich Buckler en dibujos. Además. Cada tomo incluye galería de portadas y varios pin-up´s realizado por Kirby… La Biblioteca Marvel era una maravilla!!!!
- “¡El Eterno! Era más un hijo de los Dioses que de la Tierra… ¡Aspiraba al universo!”
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