Vamos con otra lectura comentada breve y concisa, a la que también llegamos por recomendación de un amigo. Porque estábamos en una casa de canje en Rosario, con los bandidos de Archivo de Cómics, cuando Y-Wingo dio con un tomo que recopilaba los dos números por los que se extendió la miniserie “Aliens: Caos” (“Aliens: Havok”, 1997). Y ahí nomás me comentó del experimento realizado por Dark Horse en estos números, captando rápidamente mi muy vulnerable atención. No me quedó más remedio que adquirir el tomito de Norma Editorial, el que leímos recientemente y pasamos a comentar escuetamente.
El Lunar Maru es una suerte de Titanic cósmico, un lujoso
crucero espacial que fue atraído por el campo gravitacional de un importante
grupo de asteroides y quedó varado. Emitió un S.O.S., pero el sistema de
soporte vital de la nave falla y, en consecuencia, toda la tripulación y
pasajeros del crucero perece.
Tres meses más tarde llega un grupo de salvamento que aborda
el Lunar, pero al entrar en la nave uno de sus integrantes empieza a decir
frases inconexas durante unos minutos. Cuando se le pasa y recupera la conciencia, es otro
el que empieza a hablar casi sin sentido… Esta situación va pasando de uno en
otro hasta que empiezan a entender qué es lo que dicen. Se revela que la
conciencia de un integrante de la tripulación original es la que se apodera de
sus mentes. Esta conciencia pertenece a Gropius Lysenko, un investigador
bioquímico empleado por la empresa Wayland-Yutani que, por haber experimentado
sobre sí mismo, accidentalmente logró que su mente sobreviva a la muerte de su
cuerpo.
Puede apoderarse de la mente y el cuerpo de otra persona por
un corto período de tiempo, y lo que intenta advertirles, saltando de uno en
otro, es que no reactiven el sistema de soporte vital porque el crucero está
infestado de Aliens, los que permanecen en un estado de hibernación debido a la
ausencia de oxígeno. Tarde llega la advertencia porque otra facción del equipo
de salvataje reinicia con éxito el sistema y los aliens se despiertan…
Guiados por Lysenko, el grupo intenta sobrevivr al tiempo que
descubren que el crucero era en realidad una tapadera de la Wayland-Yutani para
experimentar, transportar y comerciar con los alienígenas, que la empresa
Trispast para la que trabajan no es más que una subsidiaria de la Wayland y que
ellos fueron enviados para informar que pasó con el crucero, pero habiendo
enviado los primeros informes, jamás serán rescatados para mantener todas las
maniobras ilegales de la empresa ocultas…
Es el propio Lysenko el que les revela todo esto y quien los
impulsa a intentar poner nuevamente en marcha la Lunar Maru para poder volver a
puerto seguro… Si es que los Aliens dejan a alguno con vida…
Si bien la historia no es la octava maravilla (ni el octavo
pasajero), es entretenida y atrapante. Lo particular de esta Historieta, es que
fue el medio que encontró Dark Horse para probar el desempeño de artistas
noveles o de corta trayectoria. Es por eso que cada página está dibujada por un
historietista diferente. Los encargados de que todo funcionara de forma
coherente y coordinada fueron Mark Schultz, quien desarrolló el guion planteando
una puesta en escena clara e inequívoca para que todos los dibujantes la pudieran
llevar adelante (Todas las escenas son observadas desde los ojos de Gropius
Lysenko), y Leif Jones quien, junto a John Stokes, dibuja las tres primeras y
la última página, además de ser el encargado de diseñar a los personajes y el
aspecto de la Lunar Maru, como guía para que el resto de los involucrados sepan
qué dibujar. Pero como solo involucrar a autores noveles no iba a traccionar las
ventas, mechan a dibujantes de primerísima línea sin privarse de nada. A los ya
mencionados se suman los talentos de: Duncan Fegredo, D´israeli, John Totleben,
Art Adams, Gary Gianni, Geoff Darrow, George Pratt, Igor Kordey, Paul Lee, John
K. Snyder III, Mark Nelson, Peter Bagge, Brian Horton, Dave Taylor, Kelly “nací
para dibujar aliens” Jones, Guy Davis, Kellie Storm, Jay Stephens, Jerry
Bingham, Kevin Nowlan, Frank Teran, Joel Naprstek, Travis Charest, P. Craig
Russell (Que no le puso mucha onda a su participación), Aidan Potts, Sean Phillips,
Rebecca Guay, John Muth, Kilian Plunkett, Ron Randall, John Pound, Gene Ha,
Vania Zarouliov, Sergio Aragonés, John Paul León, Derek Thompson, David Lloyd
(Media página), Moebius (La otra mitad), Dave Cooper, Mike Allred y Tony
Millionaire… casi nada!!!
A pesar de que cada uno respeta su estilo, logran el
cometido de que todo esté cohesionado y, salvo la aparición de Aragonés o Bagge
cuyos estilos desentonan mucho con el resto de los involucrados, se lee de un
tirón sin que el constante cambio de dibujantes aleje al lector de la historia.
Incluso, le pidieron a un par de artistas que redibujen su página cuando pifiaban
algún diseño o no respetaban el punto de vista propuesto por el guion para que
todo funcione como se esperaba. Y todo esto se engalana con dos portadas
realizadas por Kent Williams y Duncan Fegredo.
Un experimento raro, arriesgado, con muchas posibilidades de
salir mal, pero que contra todo pronóstico resultó más que bien. Como dijimos,
lo publicó Dark Horse en dos revistas que más tarde fueron recopiladas por
Norma Editorial en tomo y que recomendamos con soltura y elegancia (?)
“Somos prescindibles, nos han enviado para sondear cuán grande es el lío en el que se han metido. No habrá nave de rescate.”
- SEGUILO TAMBIÉN EN : HISTORIETAS-HISTORIAS EN VIÑETAS | LOS PODCAST DE ARCHIVO DE COMICS.
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