Después del impacto que causó en la década del 60, Marvel arranca los 70´s expandiendo sus horizontes. Una nueva camada de creadores empieza...

Muerto viviente: “Deathlok”

Después del impacto que causó en la década del 60, Marvel arranca los 70´s expandiendo sus horizontes. Una nueva camada de creadores empieza a hacerse lugar en los diferentes títulos de la casa y traen consigo sus propias inquietudes, gustos y puntos de vista. Como no sólo de superhéroes vive el lector, Marvel comienza a publicar revistas dedicadas al terror, las artes marciales y la fantasía heroica con Conan, Shang Chi, Iron Fist, Werewolf by night, Dracula, Kull, etc. Y además, la ciencia ficción se hace un lugarcito en la casa de las ideas. El dibujante Rick Buckler, que había demostrado su talento con personajes como los Fantastic Four, Black Panther (En la revista Jungle Action), Luke Cage y varios más, tenía medio delineado un personaje, que sería un ciborg del futuro, producto de una guerra desastrosa, pero no terminaba de redondear el concepto, le faltaba la ayuda de un guionista. A finales de 1973 se suma a Marvel Comics el guionista Doug Moench y al poco tiempo se conoce con Rich, a quien admiraba. Buckler le tira la idea de su personaje y le pregunta si estaría interesado en colaborar, lo que Doug acepta de inmediato. Empiezan a tener una serie de reuniones en las que van delineando toda la historia del personaje, al que pensaban lanzar en su propia revista. Sin embargo, llegado el momento de publicar, Marvel se queda sin contenido para la revista “Astonishing Tales”, así que Deathlok, the Demolisher hace su debut en la entrega 25 de la mencionada serie.

 



El presente de Marvel transcurría en el 1974 en que se publica la revista, Moench y Buckler saltan al futuro, después de una feroz guerra que en 1983 destruye Norteamérica, para llegar a la década del 90 donde arranca la acción. Luther Manning fue un soldado al servicio de su país en la última guerra, en la que perdió la vida. Por lo desesperado de la situación, el gobierno aprueba el proyecto “Alpha Mech”, a cargo del Comandante Simon Ryker, que tenía como objetivo crear super soldados ciborgs. Manning era un brillante estratega militar por lo que se vuelve el espécimen perfecto para el proyecto. En los 90´s, Deathlok renace como la perfecta máquina de matar a las ordenes de Ryker. Pero nadie esperaba que el fragmento del cerebro de Manning recuperara la conciencia y empiece a tomar control sobre la computadora con que comparte el cuerpo.  De a poco Luther recuerda su vida pasada, a su esposa y su hijo, a su mejor amigo y compañero de armas Mike Travers y el momento en que perdió la vida. Intenta establecer contacto con su esposa, que lo daba por muerto desde hacía años y había rehecho su vida con Mike, y solo consigue espantarla a ella y su hijo. Desesperado por la situación, decide acabar con su vida, pero el programa de la computadora se lo impide. Entonces, redirecciona sus esfuerzos hacia la venganza, intentando acabar con Ryker y buscando al médico que realizó la operación que lo revivió para reestablecer su cuerpo y recuperar su vida, a pesar de que las partes orgánicas que lo componen tienen severos índices de descomposición.


Así, Deathlok notará la nueva realidad de Estados Unidos, en que el gobierno se volvió tirano para con su pueblo y hay células rebeldes que intentan derrocarlo para recuperar la libertad. Pareciera que todo el mal que aqueja tanto a Luther como al país es producto del accionar de Ryker, quien sigue de cerca los movimientos de Deathlok buscando detenerlo y recuperarlo como arma. Así, el comandante enviará otras creaciones suyas para frenar al ciborg, al tiempo que se descubre que también él es un ciborg y que sigue experimentando con su cuerpo para volverse uno con el mundo virtual. Deathlok consigue llegar hasta Hellinger, el doctor encargado de su intervención, que tiene en su poder un cuerpo clonado y perfectamente sano de Luther Manning. Pero este lo manipula para acabar con Ryker, porque quiere derrocarlo para asumir el poder. En medio de las batallas, Deathlok es secuestrado por Mike Travers que lo lleva a la “Agencia central de inteligencia”, instalación dirigida por Teresa Deveraux, miembro de la C.I.A. y de la organización que también busca acabar con la tiranía de Ryker y ven en el ciborg su mejor oportunidad. Se fuerza entonces un combate final entre Ryker y Deathlok en el plano virtual, del que sale vencedor. Con los ánimos calmados, se intenta transferir la parte humana de Deathlok al clon de Manning, operación que parece ser un éxito por que el cuerpo clonado despierta con todos los recuerdos de Luther. Pero ante un nuevo ataque de Hellinger, Deathlok despierta y contraataca, demostrando no haber perdido la memoria, ahora hay dos Luther Manning. Al llegar a la entrega 36 de “Astonishing Tales” la colección se cancela y la saga se cierra con Deathlok como agente libre y su clon vigilando y registrando su accionar para la C.I.A. La voz de la computadora que Deathlok siempre tiene en su cabeza, con la que dialoga constantemente, también la tiene el clon y tanto esto como el destino de Hellinger queda inconcluso…

En paralelo a este último número, Deathlok aparece en el “Marvel Team-Up #46” en medio de una saga en la que Spiderman venía viajando por el tiempo y cae en los 90´s para horrorizarse con el futuro que le espera.

Unos meses más tarde, en abril del 77, Deathlok reaparece en “Marvel Spotlight #77” donde un personaje misterioso llamado Godwulf, que aparentemente también se opone a las fuerzas de Ryker y Hellinger, manda al ciborg al pasado para que deje de perseguirlo. Allí se cruzará con Demon Slayer (Otra creación de Buckler) y, confusión mediante, se dan con todo. Superan los escoyos y, sobre el final, Deathlok desaparece sin saber a que tiempo está viajando…

Acto seguido volvemos a ver a Deathlok en la revista “Marvel Two in One”, en sus entregas 26 y 27 donde, por primera vez, Buckler no está vinculado a su personaje. Obra de Marv Wolfman y Ron Wilson, en estos números vemos un plan formado por los villanos Mentallo y Fixer para secuestrar a Ben Grimm, entrar en el edificio Baxter y usar la máquina del tiempo de Doom para traer a Deathlok al presente. Mentallo se había enterado de la existencia del ciborg al leer la mente de Spiderman y lo traen al presente para dominarlo y enviarlo a asesinar al presidente. Finalmente, los Fantastic Four evitan el asesinato, detienen a los villanos y Deathlok queda en custodia de Mr. Fantastic para intentar revertir el programa de Mentallo.

 


Hay una aparición posterior de Deathlok que la presente recopilación omite, con justa razón, porque se trataba de una versión robótica del personaje que termina explotando. Ben descubre que el cuerpo del ciborg había desaparecido de la custodio de Reed y Shield… Se dio en medio de la saga “El proyecto pegaso”, más precisamente en la entrega 60 de “Marvel Two in One” que hace algún tiempo comentamos por acá: https://www.facebook.com/Historiasenvinetas/posts/pfbid0yjUxLCc7T65RKiMXpGQT2kcMcHrxYdTEHnwkpcdu7C8UnRmqJYGeJTNW3MDTFyZnl).

 

Lo cierto es que, después de todas estas aventuras, el personaje cae en el olvido. Los años siguieron pasando y llegamos a 1983, fecha en que, según se contó, tendría lugar el evento que desataría la guerra que desemboca en el futuro de Deathlok. Para dar cierre a esa historia, J.M. DeMatteis y Mike Zeck desarrollan una saga entre los números 286 y 289 del Capitán América donde el misterioso Godwulf manda al clon de Luther al pasado para dar con su contrapartida ciborg. El Capitán lo ve intentando entrar a un edificio abandonado de la corporación Brand y lo aborda. Luther le cuenta su historia y le informa que Deathlok está en el interior del edificio, por lo que entran juntos, para encontrar una instalación completamente funcional con agentes de la Roxxon, que comienzan a atacarlos con Deathlok al frente de la movida. El Ciborg le mete un tiro en el pecho a su clon y derrota al Capitán. Cuando se acerca al moribundo Manning para rematarlo, lo toca y todos sus recuerdos se reestablecen y el control que sobre él tenían se borra. Junto al Capitán, derrotan a los agentes de Roxxon y, Godwulf mediante, viajan al lejano 1991. Allí Godwulf revela que envío a Deathlok al pasado para protegerlo de Hellinger, que ahora tenía a su disposición un ejército de Alpha Mech´s. Con Godwulf estaban los Redeemers, un grupo de rebeldes heroicos, y todos juntos lanzan el ataque final contra Hellinger, que termina derrotado por Deathlok. Finalmente, el Cap vuelve a 1983 con la información necesaria para detener el ataque de la Roxxon que acabaría con la población superheroica y desencadenaría la guerra, desactivando el futuro de Deathlok en el proceso…



 

Si bien muchos de los aspectos de Deathlok hoy suenan trillados por que los hemos visto en muchas otras historias, en realidad es bastante precursor e influyente. El ciborg que recupera la conciencia lo vimos en Robocop, el muerto que vuelve para ver a su esposa casada con su mejor amigo está en Spawn, el robot que viaja en el tiempo es también Terminator, entre otras, y Deathlok es anterior a todos ellos. Todas las buenas ideas de Buckler se robustencen con los aportes de Doug Moench y entre ambos desarrollan las primeras seis entregas en las que se sientan las bases del personaje y su entorno. Tras la partida de Moench, entra Bill Mantlo como coguionista, que sabe mantener la serie al mismo nivel que tenía previamente. Un artista es mejor cuando es consciente de sus limitaciones y en el caso de Buckler fue un acierto buscar asistencia con los guiones, porque en los pocos casos que tiene que llevar adelante la tarea en solitario, se nota la merma en la calidad.

En los 70´s y con el empuje de las nuevas camadas de artistas a los que Marvel les había abierto sus puertas, la editorial bullía de creatividad, era pura efervescencia de conceptos, ideas e impulsos. Rich Buckler hace un gran trabajo con el apartado gráfico, con narrativa novedosa e impactante, jugando mucho con las puestas en página, usando páginas dobles, otras en sentido horizontal, distintas disposiciones de viñetas siempre eficaces y atractivas, un nivel de dibujo muy alto que, por el trabajo que le llevaba, no conseguía mantener todos los meses y, ocasionalmente, requería mayor intervención del entintador.

Como fiel ejemplo de su época, estas historias tienen mucho texto y son varios los números que traen resúmenes de lo que sucedió previamente. De todos modos, son Historietas muy divertidas, bien realizadas, atrapantes y llenas de acción y melodrama.

Desconozco los motivos, pero Rich Buckler se termina alejando de Marvel antes de dar cierre a la historia de Deathlok, pero lo que hacen DeMatteis y Zeck en Capitán América está a la altura de las circunstancias y no dejan cabo suelto. Tal vez el último número, en que el Capitán evita el futuro apocalíptico sea algo precipitado, pero 1991 estaba a menos de una década y había que desactivarlo como sea.

 

Todas estas aventuras las leí recopiladas en un hermoso tomo en blanco y negro de la recordaba “Biblioteca Marvel Excelsior” de Cómics Forum, que todavía suele verse a precio accesible. Es Marvel de los 70´s y se me cae la baba por todos lados, por lo que recomendamos ampliamente estas Historietas. ´Nuff Said!

 

 


 

  

“¡No soy la maldita máquina de nadie! ¡¡¡Y no van a enchufar más ordenes ni a mi brazo… ni a mi cerebro!!!”

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Seguimos mechando lecturas nuevas con relecturas y, mientras buscaba obras para llevarle a Jeph Loeb en su visita a la última edición de la ...

Primeros pasos: “Superman: Para todas las estaciones”

Seguimos mechando lecturas nuevas con relecturas y, mientras buscaba obras para llevarle a Jeph Loeb en su visita a la última edición de la Crack Bang Boom, me encontré hojeando una de las muchas Historietas que realizó en conjunto con el recordado Tim Sale. “Superman: Para todas las estaciones” fue una miniserie de cuatro partes publicada entre Septiembre y Diciembre de 1998 en formato Prestige, más tarde recopilada en tomo y con muchas ediciones en español. Las hermosas páginas de Tim Sale me engancharon de inmediato y no me quedó más remedio que la relectura…

Cada libro sucede en una estación distinta del año y en un momento diferente en la vida de Clark. Arranca en primavera, con la voz de Pá Kent como narrador, y vemos a Clark en sus últimos años de colegio, asolado por las dudas e intentando decidir cómo ayudar a la humanidad con sus dones, cual sería el camino a tomar para serle de mayor utilidad al mundo, al tiempo que está terminando de descubrir el verdadero alcance de sus poderes. La vida en Smallville, los vecinos del pueblo, la amistad con Pete Ross y Lana Lang. Mientras narra, Jonathan cuenta las decisiones que tomaron junto a Martha para criar al muchacho, y como intentaron hacer lo mejor por Clark, al tiempo que expone las dudas de la paternidad (Con la complicación que conlleva criar a un extraterrestre) y los temores de cara al futuro. El libro cierra con la mítica charla entre Clark y Lana en la que le revela sus poderes, la partida de Smallville y la llegada a Metrópolis, con presentación del Daily Planet, su staff, Lex Luthor y las primeras apariciones de Superman.




El segundo libro transcurre en verano y es Lois Lane la voz narradora. Lois describe cómo la presencia de Superman cambió al mundo, y lo inconcebible que le resulta que un hombre con ese nivel de poder decida usarlo en favor de los demás en vez de hacerlo en su propio provecho. Cuenta el lugar que Luthor ocupaba en Metrópolis y como se vio desplazado por la aparición del héroe, al tiempo que vemos las primeras maquinaciones de Lex para intentar desacreditar a Superman. Lejos de amedrentarse, el hombre de acero hace frente al empresario y, aunque nunca consiga exponerlo, le hace saber que está siguiendo de cerca sus movimientos. En un incendio provocado por Luthor en el edificio de una empresa química, los “Guardianes de la ciudad” (Un equipo de asalto de LexCorp que usaban la armadura verde le Lex), intentar salvar la situación antes que Superman, pero este se presenta y descubre que una mujer seguía en medio del fuego. La rescata desacreditando al equipo de Luthor en el proceso. La Dra. Jenny Vaughn, tras ser rescatada por Superman, queda fascinada con él y el libro termina cuando Luthor le ofrece trabajo en su empresa.

Otoño es el nombre del tercer libro y está narrado por Luthor. Comienza el día en que Luthor es liberado después de pasar la noche en prisión (Como se vio en “The Man of Steel #4”, de John Byrne), y va contando la relación que lo une a Metrópolis, como dedicó su vida a convertirla en la ciudad más grande del mundo y lo dispuesto que está a luchar para volver a ser el único hombre importante de la urbe. Para ello, desarrolla un plan con el que demostrar a Superman lo peligrosa que es su presencia entre los humanos normales. Con ayuda del Dr. Teng (Que también aparece por primera vez en la miniserie de Byrne) lavan el cerebro de la Dra. Vaughn y luego, con los conocimientos en química que ella posee, desarrollan un virus mortal que se propaga por el aire al mismo tiempo que el antídoto. Largan el virus en la ciudad y simultáneamente todos los Metropolitanos caen en una suerte de estado de coma. Desesperado, Superman se acerca a los laboratorios S.T.A.R. y encuentra una doctora que no fue afectada por encontrarse investigando en un ambiente de atmósfera controlada. Le confirma que la situación debe ser resultado de alguna situación virósica y, por estar confinada para con contagiarse, lo dice que le pida ayuda a Luthor. Lo hace y Lex, que estaba convenientemente en los pisos de su edificio que son aislados, le dice que, con la ayuda de la Dra. Vaughn diseñaron un antídoto que debe inyectarse en las nubes para esparcirse con la lluvia, sin embargo, como debe administrarse la dosis justa, tiene que lleve a la Dra. volando. Jenny tenía puesto un traje de superheroína y ahora se hacía llamar “Toxina”, producto del lavado de cerebro que en ella habían hecho. Superman accede, lleva a Toxina, ocasionan la lluvia y salvan a todo Metrópolis pero, al regresar a tierra, la muchacha muere por la exposición a dosis concentrada del antídoto. Es ahí cuando Luthor le llena la cabeza de dudas a Superman, responsabilizándolo de lo sucedido y diciéndolo que su presencia es un peligro para todo el mundo. El libro cierra cuando un afectado Clark vuelve a la casa paterna en Smallville.

 


Invierno es el último libro narrado por Lana Lang. Clark se queda una temporada en Smallville para ver si puede aclarar sus dudas, tiene largas charlas con Jonathan y Lana quienes intentan ayudarlo y demostrarle que, aunque sea Superman, no puede estar en todos lados a la vez ni solucionarlo todo. Una tormenta arrasa el pueblo desbordando una represa e inundándolo, mientras todos los habitantes se reúnen en la iglesia donde se está montando un refugio provisorio. Superman salta a la acción e intenta ayudar en lo que pueda, al igual que todos los vecinos de Smallville. La ayuda desinteresada de las personas y ver como Jonathan arriesga la vida para asistir al resto, hace que Superman entienda cual es su lugar y su misión. Superada la crisis, un hombre renovado y decidido sobrevuela los cielos de Metrópolis, haciéndole saber a Luthor que regresó y no piensa volver a irse…

 

Jeph Loeb y Tim Sale tienen largas e ilustres carreras en el medio, sin embargo, nunca obtienen tan buenos resultados como cuando trabajan juntos. Es una dupla que se potencia entre ellos notablemente, Loeb sabe escribir para el lucimiento de Sale y Sale traduce las palabras de Loeb a poesía ilustrada. Los pilares con los que se formó la versión de Superman más representativa entre todas las que hay, salen a la luz en esta historia. Loeb viaja a los primeros años en la vida de Clark/Superman y entremezcla su narración con la miniserie “The man of Steel” de John Byrne con notable éxito. Las voces que narran cada uno de los capítulos cuentan la percepción que tienen sobre Clark y/o Superman, como sus vidas fueron modificadas de diferentes formas por su aparición en el mundo y cómo lidian con esta situación. Al mismo tiempo, vemos el camino que recorre un chico criado como un muchacho normal, en una familia amorosa, para volverse el héroe más grande de todos los tiempos. Las dudas que lo carcomen, las opciones que se le presentan, los reveses que sufre, el miedo por el potencial que tiene y por la posibilidad de defraudar a todos. Cada personaje tiene voz propia, cada punto de vista está muy bien pensado y ejecutado, cada situación que enfrenta Superman lo ayuda a crecer, evolucionar y, finalmente, llegar a convertirse en el símbolo que conocemos.




Y Tim Sale agarra este guion cargado de lirismo y lo transforma en unas páginas increíbles, con un nivel de dibujo realmente muy alto para dar a cada escenario vida propia, para empapar cada uno de los libros con las características de la estación que se está cursando, para contrastar la vida pueblerina con la gran ciudad y para dar su interpretación de estos personajes tan conocidos. Gracias al formato en que se publicó, tiene espacio suficiente para llevar la narración al ritmo que considera mejor y se toma pausas para hacer unas dobles splash pages de paisajes o situaciones determinadas, con mucha carga emotiva y funcionales para la historia, que te dejan boquiabierto. Todo esto es reforzado por un gran trabajo con el color realizado por Bjarne Hansen, que refuerza todo el buen hacer de Sale y termina de impregnar cada una de las páginas con el clima de las distintas estaciones.

Una obra fundamental para entender el Superman post-crisis, ese que a mi generación le fue tan cercano y definitivo, que nació de la mano de John Byrne pero que tuvo la suerte de contar también con otros grandes autores, entre los que destacan Loeb y Sale.

 


 

“Incluso con todo el bien que he hecho... A veces… me siento fuera de lugar en la ciudad. Y creía que en Smallville siempre me sentiría como en casa. Ahora aquí también es distinto.”

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Vamos con otra lectura complementaria porque estuvimos revisitando el catálogo publicado por la Biblioteca Nacional Mariano Moreno en 2015 y...

La cara de la revista: “De tapas”

Vamos con otra lectura complementaria porque estuvimos revisitando el catálogo publicado por la Biblioteca Nacional Mariano Moreno en 2015 y que acompañaba la muestra allí realizada entre agosto y octubre de aquel año.

La muestra en cuestión estaba dedicada a repasar la historia y evolución de las portadas de revistas argentinas, especialmente aquellas vinculadas con la historieta. El catálogo, que se entregaba de forma gratuita al visitar la exhibición, se extiende a lo largo de 80 páginas en las que reproduce muchas portadas, se acompaña con textos y notas introductorias de cada período histórico o género y algunas citas de los creativos detrás del arte de las tapas.

Se puede dividir en dos partes, un repaso histórico arrancando a finales del siglo XIX, con publicaciones como “Almanaque Don Quijote” o “El desengañador”, dejando constancia de la sátira política que colmaban sus páginas, el cambio de siglo y la aparición de publicaciones que seguían la misma línea de contenido con revistas como “Caras y Caretas”, “Humorista Porteño” o “Páginas de Columba” (Ya comentamos algunas de estas cuando hablamos de “La Historieta Salvaje” y de los libros de Trillo y Broccoli), para pasar a la diversificación de la temática con la aparición de revistas infantiles como “PBT”, “Pulgarcito”, “Billiken”, las de García Ferré (Anteojito, Petete, Larguirucho y demás), las de Dante Quinterno (Patoruzito, Patoruzú, Isidoro, etc), y las nuevas publicaciones que aparecieron con los años como “Humi”, “Cordones sueltos” y “Jardín de Genios”, entre otras; las de contenido humorístico con revistas como “Rico Tipo”, “Tía Vicenta”, “Capicúa”, “Hortensia”, “Satiricón”, “Chaupinela” o “Super Humor” entre otras, donde el humor no solo abarcaba la vertiente política, sino que se extendía generosamente por todo el espectro de la vida del hombre; y concluye con las revistas dedicadas a la aventura con publicaciones como “El Gorrión”, “Tit-Bits”, las muchas cabeceras que tuvo la Editorial Columba (Intervalo, El Tony, D´artagnan, Fantasía, Nippur Magnun, etc.), “Misterix”, las revistas de Editorial Frontera con la legendaria “Hora Cero” a la cabeza, las de Ediciones Record (Skorpio, pif-paf, etc.), la irrupción de “Fierro” hasta llegar a tiempos más actuales con la aparición de “Cazador”, las revistas publicadas por Trillo (Puertitas, Puertitas Terror, etc.), hasta llegar a la autopublicación con el paso del siglo XX al XXI con revistas como “El tripero 2000” o “Lápiz Japonés”.




Por otra parte, el libro da cuenta de la importancia de las portadas en una publicación, las que compartían espacio con muchas otras tapas de revistas en los puestos de diarios y debían esforzase en captar la atención del posible lector para ser la compra elegida. La diferencia entre usar personajes establecidos, una imagen que de una idea general de la publicación, o un rostro que conecte con el lector, la importancia de los colores y las limitaciones de cada momento en la materia, y los grandes artistas que engalanaron tapas a lo largo de la historia.

Todo el catálogo está plagado de reproducciones de las portadas exhibidas, con la ilustración original acompañada del resultado final (La portada con el título y los textos), algunos bocetos y, con algunas pocas portadas, los pasos del proceso desde el primer boceto hasta el resultado final. La lista de artistas que desfilan por estas páginas dejan boquiabierto al más arisco de los lectores, porque entre ellos se cuentan Arturo Lanteri, Oscar Soldati, Lino Palacio, Manuel García Ferré, Jorge de los Ríos, Carlos y Lucas Nine, Jorge Limura, Raúl Fortín, Carlos Meglia, Ramón Columba, Dante Quinterno, Hector Torino, Guillermo Divito, Landrú, Alberto Cognigni, Andrés Cascioli, Oskar Blotta, Alberto Bróccoli, Hugo Pratt, Alberto y Enrique Breccia, Carlos Clémen, Francisco Solano López, Lucho Olivera, Ricardo Villagrán, José Luis Salinas, Alfredo de la María, Oscar Chichoni y un largo e ilustre etcétera.




Un lindo recuerdo de una muestra que debería ser permanente e itinerante, para que pueda ser disfrutada por gente de todo el país… Y del resto del mundo también!

 

 


 

“Antes se podían hacer caricaturas porque había grandes hombres, pero ahora que todos son caricaturas, no se sabe qué hacer.”

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En 1986 y después de la “Crisis en Tierras infinitas”, DC Comics comienza a recontar el origen de muchos de sus personajes, nuevo origen par...

Hombre de Bronce: “Doc Savage”

En 1986 y después de la “Crisis en Tierras infinitas”, DC Comics comienza a recontar el origen de muchos de sus personajes, nuevo origen para Superman, Batman, Flash, Wonder Woman, la Liga de la Justicia, el Escuadrón Suicida, Hawkman y un largo etcétera. Esto se extendió en el tiempo y con varios personajes más, entre los que se contó el célebre Doc Savage, cuyos derechos de publicación ostentaba por ese entonces DC, al que en 1987 le dedicó una miniserie en cuatro partes obra de Dennis O´Neil al guion y con los hermanos Kubert en el apartado gráfico.

 

Tal como sucediera con Conan, The Shadow, Tarzan y muchos más, Clark Savage Jr., verdadero nombre de Doc Savage, es un personaje nacido en las revistas Pulp, desde donde obtuvo una enorme popularidad. Sus primeras aventuras noveladas fueron escritas por su creador, Keneth Robeson, que era un pseudónimo utilizado por Lester Dent. El padre de Savage había sido un aventurero que murió en extrañas circunstancias y, ya de adulto, Doc decidió seguir sus pasos volviendo al mundo entero su campo de acción. Las historias de Doc Savage podía suceder en cualquier rincón del globo enfrentando a tiranos y dictadores que abusaban de su poder. Al contrario de los personajes nombrados anteriormente, Doc no actuaba en solitario, sino que estaba siempre acompañado de un equipo variopinto de amigos que lo asistían, entre los que se contaban el abogado Ham, el ingeniero y fortachón Renny, el arqueólogo y geólogo Littlejohn, el experto en electrónica Long Tom y el experto en química Monk. Pero Savage destacaba entre todos ellos tanto en inteligencia como en habilidades físicas, siempre al límite entre estar al máximo de las capacidades humanas como de sobrepasarlas. Podía esquivar balas, trepar paredes con las manos desnudas, hablar cualquier idioma, correr a enorme velocidad y demás proezas asombrosas, así como también contaba con una serie de artilugios ingeniosos que lo ayudaban a escapar de cualquier situación apremiante.

Fue tal la popularidad del personaje que sus novelas se agotaban, fueron reeditadas en varias oportunidades siempre con notable éxito, y también fue adaptado a otros medios como programas de radio, un largometraje y, por supuesto, cómics.




La versión de O´Neil y los Kubert arranca recién terminada la segunda guerra mundial, cuando una reunión para celebrar la victoria entre Doc y sus amigos es interrumpida por un atentado gestado por Herr Wessel, un nazi enemigo de Doc que no abandona los ideales del Reich por más que Alemania se haya rendido. Savage tenía planeado su retiro para vivir tranquilamente con su recientemente embarazada esposa F´teena, pero el accionar de Wessel lo obliga a postergarlo un mes. Rastrean a Wessel hasta una pirámide escondida en alguna selva centroamericana, donde estaba trabajando en una suerte de máquina teletransportadora a la que no conseguía hacer funcionar correctamente, todo aquel que era impactado por su rayo, desaparecía. Después de superar a un ejército nazi, Doc se enfrenta a Wessel cuando este le impacta con el rayo y lo hace desaparecer dándolo por muerto. Nueve meses más tarde, nace el hijo de Doc a quien en su honor bautizan Clark y su madre muere durante el parto…

 



Los amigos de Doc crían al chico y, siendo un adulto y con pareja, se enfrenta a una banda de criminales y termina siendo abatido por la policía. Golpeados por la noticia, el equipo de Doc decide retirarse al laboratorio que Savage tenía en el ártico para concluir con los experimentos que le quedaron pendientes a Doc, pero la novia de Jr. pide que la lleven con ellos porque… el nieto de Doc Savage crecía en su vientre…  El niño crece en el ártico y desarrolla aptitudes físicas y mentales que rivalizan con las de su abuelo. Los ancianos suman a su equipo a Bo Faulkner y Shoshanna Gold, los únicos jóvenes que quedaron de los muchos que se estuvieron formando en las instalaciones. Al conocerse la noticia de la fuga de Wessel, todos deciden ir a capturarlo, pero el nieto de Doc, que es pacifista, no le encuentra sentido a la confrontación y no los acompaña.

Wessel tiene un plan para acabar con toda la humanidad para lo que cuenta con un nutrido ejercito de simpatizantes nazis, los ancianos del equipo de Savage no tiene ninguna posibilidad contra ellos y son apresados. Al enterarse, el nieto de Doc decide ir al rescate, mientras que descubrimos que Doc Savage ha sido transportado a años luz de distancia donde despierta y toma contacto con una raza alienígena, dueña del aparato con el que experimentaba Wessel y guían a Doc para volver a la Tierra.  Ahora Doc Savage junto a su nieto buscarán la forma de poner fin a los planes de Wessel, salvar la humanidad y saldar cuentas pendientes intentando no morir en el proceso…

 



El trabajo de Dennis O´Neil es respetuoso del material original, tanto en la caracterización de Savage como en los personajes que lo rodean, consiguiendo una dinámica de grupo muy lograda. Sin embargo, cuatro revistas es poco espacio para la historia generacional que se propuso contar y termina quedando todo medio apretado, al hijo de Doc apenas lo vemos un puñado de páginas y casi no tiene desarrollo para cuando lo boletean, es muy poco lo que llegamos a ver del nieto, aunque es un personaje algo más delineado y a Doc lo tenemos al principio y al final de la historia y también deja sabor a poco. Tal vez la idea original era continuar esta miniserie en alguna colección regular o una segunda parte, para profundizar en los personajes, sus relaciones y conflictos, pero terminó quedando sólo en estos cómics por lo que el resultado general no deja la sensación de historia redonda y completa. Es una Historieta llevadera y entretenida de leer, pero que da saltos de tiempo muy grandes, deja baches sin explorar y personajes apenas tratados.

Como dijimos, los hermanos Andy y Adam Kubert están al frente de la parte gráfica en uno de sus primeros trabajos profesionales en el que, demostrando que son parte de una familia dedicada al medio y que se pasaron toda la vida dibujando, no se les nota falta de experiencia alguna. Comparten el crédito sin indicar quien dibuja y quien entinta, dejando entrever un trabajo en conjunto, aunque me da la sensación de que Andy es el principal dibujante. Si bien incipiente, ya se notaba el sentido de espectacularidad en su arte, con página dinámicas, mucho trabajo con la disposición de las viñetas, narrativa vertiginosa y expresiones muy marcadas. Todavía muy influenciados por el trabajo de su padre Joe Kubert, principalmente con el entintado, la tarea realizada por los hermanos es, sin dudas, lo mejor de la obra.

 



Leímos la edición que hizo en su momento Zinco y recopilado en “Taco”, para más placer, con el embriagador aroma que tiene ese papel y lleno de notas complementarias, noticias de actualidad (De fines de los 80´s) y esos checklists que tanto me hacían babear de joven…

 


 

“Siempre me consideré un fracaso, al menos en parte. Odiaba emplear la violencia, pero muy a menudo no se me ocurría otra forma de salvar una situación.”

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