En 1986 y después de la “Crisis en Tierras infinitas”, DC Comics comienza a recontar el origen de muchos de sus personajes, nuevo origen par...

Hombre de Bronce: “Doc Savage”

En 1986 y después de la “Crisis en Tierras infinitas”, DC Comics comienza a recontar el origen de muchos de sus personajes, nuevo origen para Superman, Batman, Flash, Wonder Woman, la Liga de la Justicia, el Escuadrón Suicida, Hawkman y un largo etcétera. Esto se extendió en el tiempo y con varios personajes más, entre los que se contó el célebre Doc Savage, cuyos derechos de publicación ostentaba por ese entonces DC, al que en 1987 le dedicó una miniserie en cuatro partes obra de Dennis O´Neil al guion y con los hermanos Kubert en el apartado gráfico.

 

Tal como sucediera con Conan, The Shadow, Tarzan y muchos más, Clark Savage Jr., verdadero nombre de Doc Savage, es un personaje nacido en las revistas Pulp, desde donde obtuvo una enorme popularidad. Sus primeras aventuras noveladas fueron escritas por su creador, Keneth Robeson, que era un pseudónimo utilizado por Lester Dent. El padre de Savage había sido un aventurero que murió en extrañas circunstancias y, ya de adulto, Doc decidió seguir sus pasos volviendo al mundo entero su campo de acción. Las historias de Doc Savage podía suceder en cualquier rincón del globo enfrentando a tiranos y dictadores que abusaban de su poder. Al contrario de los personajes nombrados anteriormente, Doc no actuaba en solitario, sino que estaba siempre acompañado de un equipo variopinto de amigos que lo asistían, entre los que se contaban el abogado Ham, el ingeniero y fortachón Renny, el arqueólogo y geólogo Littlejohn, el experto en electrónica Long Tom y el experto en química Monk. Pero Savage destacaba entre todos ellos tanto en inteligencia como en habilidades físicas, siempre al límite entre estar al máximo de las capacidades humanas como de sobrepasarlas. Podía esquivar balas, trepar paredes con las manos desnudas, hablar cualquier idioma, correr a enorme velocidad y demás proezas asombrosas, así como también contaba con una serie de artilugios ingeniosos que lo ayudaban a escapar de cualquier situación apremiante.

Fue tal la popularidad del personaje que sus novelas se agotaban, fueron reeditadas en varias oportunidades siempre con notable éxito, y también fue adaptado a otros medios como programas de radio, un largometraje y, por supuesto, cómics.




La versión de O´Neil y los Kubert arranca recién terminada la segunda guerra mundial, cuando una reunión para celebrar la victoria entre Doc y sus amigos es interrumpida por un atentado gestado por Herr Wessel, un nazi enemigo de Doc que no abandona los ideales del Reich por más que Alemania se haya rendido. Savage tenía planeado su retiro para vivir tranquilamente con su recientemente embarazada esposa F´teena, pero el accionar de Wessel lo obliga a postergarlo un mes. Rastrean a Wessel hasta una pirámide escondida en alguna selva centroamericana, donde estaba trabajando en una suerte de máquina teletransportadora a la que no conseguía hacer funcionar correctamente, todo aquel que era impactado por su rayo, desaparecía. Después de superar a un ejército nazi, Doc se enfrenta a Wessel cuando este le impacta con el rayo y lo hace desaparecer dándolo por muerto. Nueve meses más tarde, nace el hijo de Doc a quien en su honor bautizan Clark y su madre muere durante el parto…

 



Los amigos de Doc crían al chico y, siendo un adulto y con pareja, se enfrenta a una banda de criminales y termina siendo abatido por la policía. Golpeados por la noticia, el equipo de Doc decide retirarse al laboratorio que Savage tenía en el ártico para concluir con los experimentos que le quedaron pendientes a Doc, pero la novia de Jr. pide que la lleven con ellos porque… el nieto de Doc Savage crecía en su vientre…  El niño crece en el ártico y desarrolla aptitudes físicas y mentales que rivalizan con las de su abuelo. Los ancianos suman a su equipo a Bo Faulkner y Shoshanna Gold, los únicos jóvenes que quedaron de los muchos que se estuvieron formando en las instalaciones. Al conocerse la noticia de la fuga de Wessel, todos deciden ir a capturarlo, pero el nieto de Doc, que es pacifista, no le encuentra sentido a la confrontación y no los acompaña.

Wessel tiene un plan para acabar con toda la humanidad para lo que cuenta con un nutrido ejercito de simpatizantes nazis, los ancianos del equipo de Savage no tiene ninguna posibilidad contra ellos y son apresados. Al enterarse, el nieto de Doc decide ir al rescate, mientras que descubrimos que Doc Savage ha sido transportado a años luz de distancia donde despierta y toma contacto con una raza alienígena, dueña del aparato con el que experimentaba Wessel y guían a Doc para volver a la Tierra.  Ahora Doc Savage junto a su nieto buscarán la forma de poner fin a los planes de Wessel, salvar la humanidad y saldar cuentas pendientes intentando no morir en el proceso…

 



El trabajo de Dennis O´Neil es respetuoso del material original, tanto en la caracterización de Savage como en los personajes que lo rodean, consiguiendo una dinámica de grupo muy lograda. Sin embargo, cuatro revistas es poco espacio para la historia generacional que se propuso contar y termina quedando todo medio apretado, al hijo de Doc apenas lo vemos un puñado de páginas y casi no tiene desarrollo para cuando lo boletean, es muy poco lo que llegamos a ver del nieto, aunque es un personaje algo más delineado y a Doc lo tenemos al principio y al final de la historia y también deja sabor a poco. Tal vez la idea original era continuar esta miniserie en alguna colección regular o una segunda parte, para profundizar en los personajes, sus relaciones y conflictos, pero terminó quedando sólo en estos cómics por lo que el resultado general no deja la sensación de historia redonda y completa. Es una Historieta llevadera y entretenida de leer, pero que da saltos de tiempo muy grandes, deja baches sin explorar y personajes apenas tratados.

Como dijimos, los hermanos Andy y Adam Kubert están al frente de la parte gráfica en uno de sus primeros trabajos profesionales en el que, demostrando que son parte de una familia dedicada al medio y que se pasaron toda la vida dibujando, no se les nota falta de experiencia alguna. Comparten el crédito sin indicar quien dibuja y quien entinta, dejando entrever un trabajo en conjunto, aunque me da la sensación de que Andy es el principal dibujante. Si bien incipiente, ya se notaba el sentido de espectacularidad en su arte, con página dinámicas, mucho trabajo con la disposición de las viñetas, narrativa vertiginosa y expresiones muy marcadas. Todavía muy influenciados por el trabajo de su padre Joe Kubert, principalmente con el entintado, la tarea realizada por los hermanos es, sin dudas, lo mejor de la obra.

 



Leímos la edición que hizo en su momento Zinco y recopilado en “Taco”, para más placer, con el embriagador aroma que tiene ese papel y lleno de notas complementarias, noticias de actualidad (De fines de los 80´s) y esos checklists que tanto me hacían babear de joven…

 


 

“Siempre me consideré un fracaso, al menos en parte. Odiaba emplear la violencia, pero muy a menudo no se me ocurría otra forma de salvar una situación.”

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