Norma Editorial, dentro de su extenso, variado y seductor catálogo, tiene una colección de cuarenta tomos dedicado al genero negro, llamada “Cómic Noir”. En sus páginas se pudieron ver títulos como “Queen & Country” de Rucka y varios dibujantes, “Chicanos” de Trillo & Risso, o “El cuervo” de Lax, entre otras cosas. Un reducido puñado de esa colección llegó a verse entre los saldos de calle Corrientes y alrededores y, en alguna oportunidad que ya no recuerdo, me hice con dos de ellos, los que acabamos de leer y pasamos a comentar escuetamente.
Philip Marlowe: Los problemas son mi negocio
Philip Marlowe es un detective creado por Raymond Chandler, uno de los padres del género negro junto a Carroll John Daly y Dashiel Hammett (Hablamos brevemente sobre ellos y el nacimiento del género con motivo de una lectura de “Dick Tracy” en un “podcast varieté” grabado con los amigos de Archivo de Cómics y que dejamos por acá: https://www.facebook.com/Historiasenvinetas/posts/pfbid0sP5Gd5vE75ttp1dqXPEhi6jPuWpM5n2r5MeQzkg4N6Extg8HPK2rFBggg9ihcJnml). La popularidad que obtuvo Marlowe en la literatura propició su paso al celuloide donde Humphrey Bogart le dio vida y, más tarde, a las viñetas. El presente tomo trae dos historias breves realizadas por distintos equipos creativos adaptando relatos de Chandler. El primero de ellos se llama “El lápiz” y es obra de Jeróme Charyn en guiones con dibujos de David Lloyd. Un tipo es amenazado a muerte por la mafia y busca la ayuda de Marlowe para salir con vida de la ciudad, Philip acepta el caso, pero de a poco descubrirá que todo es un engaño para cargarle a él mismo un muerto.
El segundo relato es el que da nombre al libro, adaptado por
James Rose e ilustrado por Lee Moyer y el Maestro Alfredo Alcalá, en el que
Marlowe es contratado para separar a una rica y joven heredera de un enamorado
que podría disponer de su fortuna en caso de que contraigan matrimonio. Intrigas,
terceros en discordia, intereses creados y asesinatos en la vía pública entorpecerán
el camino del detective antes de que pueda aclarar el caso.
No había leído ninguno de los relatos originales de
Chandler, por lo que no puedo evaluar la calidad de la adaptación, sin embargo,
funcionan perfectamente como Historieta, al punto que parecen haber sido
creadas expresamente para este medio. En ambos casos el misterio es atrapante y
su desarrollo pausado y con pistas que lo van desentrañando en cuotas, hace que
la lectura cautive rápidamente. Las características de Marlowe impuestas por su
creador también se respetan, por lo que tiene facilidad para seducir damas,
aparenta ser un hombre duro y reacio, pero en realidad es honesto y de buen
corazón.
David Lloyd es lo mejor del libro y, fiel a su estilo, no
permite que el guionista utilice globos de pensamiento o recuadros de texto.
Solo diálogos y el resto se cuenta con la narrativa gráfica, para la que
tampoco utiliza onomatopeyas o líneas cinéticas (Las que reemplaza hábilmente
por el entorno al objeto o persona en movimiento). Utiliza una suerte de
carbonilla para los sombreados, también recurrente en su trabajo, que crea
climas oscuros y opresivos, geniales para el relato en cuestión.
También es correcto el trabajo realizado por Lee Meyer,
embellecido por las inigualables tintas de Alcalá. Expresiones y diseños un
poco más exagerados, pero funcionales y armoniosos con el guion, lo que
redondea en un buen complemento para el libro.
John Law Detective
En varias entrevistas el Maestro Will Eisner contó que, originalmente, el estaba trabajando en un detective para sindicarlo, pero que el editor le pidió cambiarlo por algo cercano a un superhéroe respondiendo a la moda del momento. En lugar de crear algo nuevo, Eisner le dibujó a su detective un antifaz, un par de guantes y le inventó un origen misterioso dando a luz a The Spirit (Sobre el que también hablamos largo y tendido por acá: https://www.facebook.com/Historiasenvinetas/posts/pfbid02yniSqYP7v2skP86EmxSfm5sgXpvRbA5KU7XcXbhzqi846e7HbQHDeBhGYpCoixu6l). Resulta que ese detective era John Law, sobre quien ya había realizado tres historias breves (En una de ellas hizo su primera aparición la femme fatale Sand Saref, originalmente llamada Sand Blue, y todas fueron redibujadas y publicadas como historias de “The Spirit”), y fueron recopiladas por Kitchen Sink. Algunos años después, Gary Chaloner realiza una nueva historia de John Law, con la bendición de Eisner y de la mano de IDW.
Todas estas historias fueron publicadas en el presente tomo
de Norma que termina siendo una suerte de integral para John Law. Arranca con
el estreno, en el que John persigue a unos criminales que robaron el cráneo de ópalo,
un objeto de culto que, se supone, acarrea una maldición para su portador, para
después pasar a resolver el secuestro de Brenda Banks, una acaudalada estrella
de cine, quien años atrás viviera un romance con John, con la ayuda de un
místico llamado Mr. Mystic, del que Law desconfía.
Esta Historieta se divide en dos partes y tiene un ritmo
frenético, con pocos espacios de remanso. Muy entretenida y bien dibujada por
Chaloner que, si bien no imita en ningún momento el trazo de Eisner, si lo intenta
desde la narrativa y las puestas en página, logrando una mezcla entre homenaje
y novedad que le suma mucho al resultado final.
El complemento son las tres historietas originales de
Eisner, arrancando con Sand Saref, en la que se narra la infancia en común
entre Sand y John, y como cada uno tomó distintos caminos al crecer, con John
volviéndose policía y Sand una reconocida criminal. Sigue con “Nubbin, el
limpiabotas y el extraño y terrible caso del medio muerto Sr. Lox”. Nubbin era
otro personaje al que Eisner hubiese querido sindicar como protagonista de su
propia serie, pero no resultó y acabó protagonizando esta Historieta de Joh Law
en la que, con la ayuda de un espíritu, logra detener al criminal responsable
de asesinar al Sr. Lox. Cierra con “Ratt Gutt”, nombre de un criminal que
siempre salía libre de culpa y cargo, admirado por los niños y escudado por la
mafia, que verá su suerte terminar al cruzar su camino con Nubbin y John Law.
El trabajo de Eisner está a la altura de su Spirit, tal vez
más cercano al de los primeros años después de la guerra, cuando retoma al
personaje tras prestar servicio. Narrativa impecable, notable plasticidad en
sus dibujos y la clásica exageración expresiva que usaba constantemente. Hermoso!
Y hasta acá por hoy, pero volveremos ni bien podamos salir de prisión…
- SEGUILO TAMBIÉN EN : HISTORIETAS-HISTORIAS EN VIÑETAS | LOS PODCAST DE ARCHIVO DE COMICS.
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