Volvemos sobre la extraordinaria dupla formada por José Muñoz y Carlos Sampayo (De quien ya comentáramos su “Billie Holiday” por aquí: https...

Instantáneas del país: “Sudor Sudaca”

Volvemos sobre la extraordinaria dupla formada por José Muñoz y Carlos Sampayo (De quien ya comentáramos su “Billie Holiday” por aquí: https://www.facebook.com/Historiasenvinetas/posts/pfbid0hQaYLP1p4Sb7kXFWATJB5aniuHschRbVYx3wctMv73KsBLWcgYZKPijx8moET68Yl), para meternos con otra obra breve realizada originalmente para la recordada revista “Fierro”. En Septiembre de 1984 se publicó la primera de las seis Historietas que componen el libro, que fueron realizadas en su totalidad desde el exterior, porque ambos autores vivían fuera de Argentina en ese período.

Las historias narradas aquí son postales argentinas, recuerdos vistos desde la distancia y empapados por la nostalgia de quien añora lo que perdió y ya no será más. Además de la propia experiencia, se suman a estos relatos las situaciones vividas por los exiliados argentinos que se asentaban en Europa escapando de la dictadura militar y que tuvieron contacto con los autores.

Así encontramos, por ejemplo, la historia de una pareja que se convierte con el tiempo en una familia tradicional de clase media; a un escritor que reside en España y recibe la visita de dos tipos que lo conocen pero que él no recuerda; a un grupo de jóvenes que va a hacerse los exámenes para entran al ejército argentino en medio de temores por la discriminación al negro o al marica; una comunidad de argentinos exiliados en Barcelona que desconfían de uno de ellos quien estuvo sanateando a una chica para levantársela con el verso de cómo escapó de los milicos; un emigrado en Milán que recuerda su infancia en el gran Buenos Aires y sueña el regreso; y cierra el libro la historia de un padre y una madre cuyos hijos, radicados en Europa, se casan a la distancia. Con el regreso de la democracia, sueñan con la vuelta de los hijos distantes…

 


Sampayo narra la mayoría de estas historias de a fragmentos, eligiendo que secuencias mostrar, pegando saltos y dejando que el lector complete los baches. Pero esos espacios no se completan azarosamente, son tan precisas las escenas que sí muestra, que el resto cae de maduro. Por otra parte, y a pesar de ser historias marcadas por la añoranza y la distancia, no son en ningún momento obvias ni predecibles. Selecciona recortes vívidos, cercanos y muy conocidos que, sin embargo, sorprenden al lector y lo contagian con estos sentimientos grises, macerados con alguna cuota de humor e ironía cuando es oportuno, y con un manejo de la voz porteña, de los modismos locales, de las formas y jergas tan bien empleadas, que se leen con tonada. Historias de los que se fueron y los que se quedaron, de los que quieren partir y los que desean el regreso, de lo que se perdió y lo que se espera, todo un muestrario del desarraigo en casi setenta páginas dibujadas por un José Muñoz inspiradísimo. Muñoz es, fue y será escuela. A sus páginas se acercaron cientos de historietistas para aprender, estudiar y, como no podía ser de otra forma, afanar descaradamente. Un aire expresionista logrado con el uso que tiene del blanco y negro,              de los bloques y los claroscuros, con un trazo que oscila entre lo delicado y preciso a lo filoso y sugerido. En esta obra con cierto grado de experimentación en algunos pasajes, en donde, en lugar de dibujar una escena de secuestro en plena dictadura, mete en las viñetas el guion escrito a máquina, el que interviene de distintas formas con algunos dibujos, recortes de texto, tamaño de las palabras o manchas de tinta, obteniendo un impacto quizá tan notable como tendría el dibujo concreto, porque el texto mecanografiado da cierta sensación de crónica policial y las manchas que lo rodean completan la idea. Tan bien como Sampayo maneja la voz porteña, Muñoz lo hace con la reconstrucción barrial y los portes de los personajes, evidenciando que, a pesar de los kilómetros que los separaban de su país, nunca terminaron de irse y nunca quisieron olvidar…

 


La obra fue recopilada en 2015 por Hotel de las Ideas en una linda edición de tapa blanda con solapas que aún se consigue con facilidad y que recomendamos con seguridad.

 

 


 

“Y ahora que las cosas se van a poner mejor, me gustaría… me gustaría verla de vez en cuando, para charlar… estoy necesitando contarle mis cosas… pero sé que no puedo proponérselo.”


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