A pesar de los meses transcurridos, recién ahora hicimos la
primera “lectura complementaria” del año (Aquellas lecturas que no son
Historietas propiamente dichas, pero que están estrechamente vinculadas con el
medio). En esta oportunidad leímos un libro publicado en 2012 por Ediciones de
la Flor, obra de Judith Gociol y José María Gutiérrez.
“La Historieta salvaje” se retrotrae a principios del siglo
XX para descubrir los orígenes de la Historieta Argentina en el período
preindustrial enmarcado entre 1907 y 1929. Fruto de una larga y exhaustiva
investigación, Gociol y Gutiérrez logran echar luz sobre una época que se
mantenía en tinieblas, de la que había muy poca información disponible y que,
sin embargo, resultó ser fundamental para el despertar de la Historieta
nacional, con sus características propias que desde los primeros pasos ya se
podían entrever. Se repasan aquí las publicaciones más importantes de la época,
generalmente revistas semanales de información general (Aunque también había
infantiles y publicaciones con otra cadencia), entre las que se encontraban
PBT, Caras y caretas, El hogar, Revista popular, La novela semanal, Mundo
argentino, Don Goyo, Páginas de Columba y, ya sobre el final del período
estudiado, la aparición de El Tony y las incursiones de las viñetas en el
diario “Crítica”.
Se muestran los primeros acercamientos, con ilustraciones
acompañadas de un texto al pie de las mismas, y cómo estos trabajos fueron
evolucionando para incorporar más tarde el uso de viñetas, narrativa y globos
de texto, al tiempo que se evidencia también la evolución en el empleo de estos
recursos. Las temáticas, que comienzan siendo de humor político y social con
importante carga de crítica y sátira, la diversificación de asuntos sobre los
que se volcaban las Historietas y la aparición de los primeros personajes.
También se ve como muta el ambiente en que se desarrollan las Historietas,
empezando en exteriores para después animarse a pasar al interior de los
hogares y, con el tiempo, también diversificar e intercalar los espacios en que
se daban las situaciones. Cuando comienza a traducirse y publicarse en el país
Historieta proveniente de Estados Unidos, se ve como esta influye en lo que se
hacía aquí, pero principalmente en las formas y no tanto en el contenido.
Algo que me llamó notablemente la atención y que también
registra el libro, fue la velocidad con que el medio gana el favor del público,
gracias a la gran circulación y venta que tenían estas publicaciones, atado al
aumento en el nivel de alfabetización de la población, y como las revistas se
ocupaban de involucrar al lector. En muchos casos, los animaban a mandar
guiones por correo, los que eran dibujados por los historietistas de la
editorial y luego publicados, mientras que en otros anunciaban el cierre de una
tira, e invitaban, a través del correo, a que propongan el final que estos
personajes deberían tener. Por otra parte, cada vez que una tira terminaba y
daba paso a un estreno, se anunciaba con bastante anticipación la nueva
Historieta que la reemplazaría generando alta expectativa en el lector.
Por supuesto que también se da cuenta de los autores que
dieron luz al medio en el país, entre los que resaltan Pedro de Rojas, Juan
Carlos Alonso, Manuel Redondo, Oscar Soldati, Arturo Lanteri, Luis Macaya,
Arístides Rechain, Néstor René González
Fossat, Carlos Leroy, Raúl Roux, Quirini Cristiani, Luis Bello y Dante
Quinterno entre otros; como así también de las páginas y personajes por ellos
creados como “Pues señor”, “Sarrasqueta”, “Don Salamito y Doña Gaviota”,
“Aventuras de un matrimonio sin bautizar”, “Las diabluras de Tijereta”, “Página
del Dólar”, “La familia de Don Sofanor”, “Panitruco”, “El Mirón”, “Rulito, el
gato atorrante” o “Aventuras de Don Gil Contento” entre muchas otras.
El libro cierra en 1929 porque, gracias al éxito de las
publicaciones “Páginas de Columba” y “El Tony”, se supone que a partir de 1930
y con Editorial Columba a la cabeza, comienza el período de Historieta
industrializada y Dante Quinterno seguiría sus pasos un tiempo después con
“Patoruzú”, a lo que se sumarían otras editoriales desembocando todas en la
época de oro de la Historieta Argentina, pero todo eso queda fuera de la
presente edición, que se centra en la producción más aleatoria y caprichosa del
primer tramo del siglo XX .
Este fabuloso trabajo, además de la detallada investigación que
tan austeramente comentamos aquí, dedica más de 150 páginas al rescate de
Historietas de la época y de las portadas de las publicaciones que las
contenían, lo que cristaliza en imágenes los procesos evolutivos que los
autores contaron en el primer tramo del libro y se convierte en un registro
histórico de suma importancia y fácil acceso para los que amamos la Historieta
nacional!
Ultra mega recomendado!!!
“A diferencia de lo sucedido en Estados Unidos, en la Argentina la cuna del género no estuvo en los diarios, sino en los semanarios.”
- SEGUILO TAMBIÉN EN : HISTORIETAS-HISTORIAS EN VIÑETAS | LOS PODCAST DE ARCHIVO DE COMICS.
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