Como somos unos vejetes, siempre estamos volviendo a los
90´s y en este caso nos releímos un título que está en el pináculo de todos los
vicios y excesos que esa década conllevó. En aquel momento se dio la
particularidad de que algunos dibujantes comenzaron a ganar una fama
estratosférica, donde sea que iban los lectores los acompañaban masivamente y
las ventas de los títulos en que trabajaban aumentaba notablemente. Al fenómeno
de la fama se sumó el de la especulación, mucha gente pensó que invertir en
cómics era redituable y que a futuro podría ganar mucho dinero revendiendo las
revistas (Algo que prácticamente no sucedió porque para que algo aumente
desproporcionadamente su valor, tiene que ser escaso y estas revistas se
imprimieron por cientos de miles) por lo que compraban varias copias del mismo
número, sin mencionar las tácticas de marketing que empezaron a utilizar las
editoriales con sus portadas variantes, metalizadas, flúo, con relieve y demás.
Tres dibujantes lideraban este fenómeno por sobre sus pares,
Todd McFarlane, Jim Lee & Rob Liefeld. Después de su paso por DC, Todd
llega a Marvel y cuando le toca el turno de dibujar “The Amazing Spiderman” no
desaprovecha la oportunidad y renueva al personaje tanto en aspecto como en
movimientos. Por su parte, Jim Lee sorprende a todos con su rediseño para los
mutantes más famosos y su impactante despliegue visual desde las páginas de
“Uncanny X-MEN” mientras que, tras cinco números de “Hawk & Dove” en DC
Cómics, Rob Liefeld se hace cargo de los mutantes más jóvenes de la casa con
“The New Mutants”. Todo esto sucedía entre fines de los 80´s y principios de
los 90´s y la explosión de popularidad llegó en 1991 cuando a cada uno le
dieron un título nuevo, con su respectivo número uno, para que hagan allí lo
que quisieran (Las cabeceras X-MEN, Spiderman & X-Force, cuyas primeras
entregas figuran entre los cinco cómics más vendidos de la historia, junto con
Superman #75 y Spawn #1 – Doblete de McFarlane, uno más y se llevaba la
pelota-). Para 1993, el trío está tan embriagado de fama, aduladores y poder
que mandan a Marvel al carajo y se van a abrir su propia editorial con juegos
de azar, mujerzuelas y fechas de salida incumplidas en el sello Image Comics.
Con solo un par de años de retraso, los trabajos de
McFarlane y Lee los conocimos gracias a la edición nacional que tuvimos
publicada por Editorial Pavón, Columba y Símbolo consecutivamente (Nos
explayamos largo y tendido sobre ese período en dos sendos podcasts que están
por acá: https://www.facebook.com/Historiasenvinetas/posts/pfbid029ZuaA8wCNu3hYrnaKderF8a2tpMKfFXUh2Ktrst6fiEiktgeJahC7STP8kCBU4Mal),
pero de Liefeld no teníamos ningún conocimiento (ni tampoco de los New Mutants,
dicho sea de paso). Recién lo conocimos con su primer trabajo profesional, que
conseguimos publicado por Ediciones Zinco (La miniserie de Hawk & Dove que
mencionábamos recién), y del que guardo gratos recuerdos. Muchos dicen que el
entintado de Karl Kesel corrige mucho el trabajo de Rob, pero a mí me parece
que puso mucho esmero en su ópera prima. De su primera estancia en Marvel
habíamos visto poco y nada, algún número salteado de New Mutants o X-Force en
versión de Comics Forum, que se podía llegar a encontrar de casualidad con bastante
desfasaje temporal y no mucho más… Para cuando Forum empezó a llegar
regularmente a Argentina, Liefeld había abandonado Marvel años atrás y ya
estaba en Image, en la que tampoco seguíamos su trabajo (No por la calidad del
mismo, sino porque no lo conocíamos). Todo esto para decir que la explosión de
Rob en los 90´s nos pasó desapercibida casi por completo. Hace poco conseguimos
el “X-Force Megazine”, un especial que recopila los últimos números de “New
Mutants” (Del 98 al 100), los que vienen a ser una suerte de precuela para el nacimiento
del grupo de mutantes liderado por Cable. Ya que nos disponíamos a leerlo,
separamos también los primeros siete números de X-Force para por fin, después
de tanto tiempo transcurrido, leerlos ordenados y de corrido…
Rob ya sabía que iba a tener su propio título y utiliza las
últimas tres entregas de “New Mutants” para plantar las bases y armar el equipo
que debutaría en X-Force #1. Para el número 98 ya casi no queda ninguno de los
miembros originales (Sobre los que nos explayamos por acá: https://www.facebook.com/Historiasenvinetas/posts/pfbid02rWRvrS28A1PKTUTfTRpSEm6KHDkU1DsF9tEk5PeQTUGzbfKoUggyZtNej7Xgi4z3l)
con la excepción de Cannonball y Sunspot. El resto del equipo estaba formado
por Rictor y Boom-Bomm (Que más tarde cambia su nombre por Boomer), liderados
por Cable quién estaba secundado por la enigmática Domino. Empieza a limpiar lo
que no quiere utilizar y manda a Rictor a Genosha al rescate de Rahne Sinclair
(Wolfsbane), mientras que Sunspot se tiene que hacer cargo de las empresas de
su padre tras que este fuera asesinado, guiado por Gideon que la juega de
amigo, pero es malísimo en realidad. Y después empiezan a aparecer miembros
nuevos de la nada, así se suma Feral (María Castellanos) que busca ayuda para
escapar de los Morlocks, Warpath (James Proudstar, hermano del fallecido
Thunderbird) quien busca venganza por el asesinato de su pueblo a manos del
Hellfire Club y Cable le ofrece ayuda a cambio de sumarse al equipo, y Shatterstar,
que aparece en la sala del peligro escapando de la dimensión de Mojo, de la que
es originario. Y a esto se suman los distintos ataques que tienen que enfrentar
provenientes de un tal Mr. Tolliver que contrata a Deadpool para matar a Cable,
el enigmático Stryfe con su increíble semejanza a Cable y su grupo de mutantes
terroristas llamado “Frente de liberación mutante”, y el agente de Shield Geroge
Washignton Bridge, que en el pasado fue parte de una fuerza especial junto a
Cable pero ahora busca detenerlo. Estos ataques más los Morlocks, el Hellfire
Club, Gideon y los soldados se Mojo serán algunos de los problemas que estos
jóvenes mutantes deberán enfrentar. Cable entiende que el tiempo de luchar por
la coexistencia pacífica ha quedado atrás, que una guerra se avecina y es
necesario tener un equipo preparado para enfrentarla. Mientras los X-MEN siguen
en la lucha por el sueño de Xavier y X-Factor está al servicio del gobierno, el
nuevo grupo de Cable se radicalizará y se animará a ensuciarse las manos allí
donde otras mutantes no osarían entrar… Nace X-Force!
Se apropian de una base abandonada donde Bolivar Trask guardaba centinelas en las montañas Adirondack, y allí instalan su nueva base secreta de operaciones. En el primer número lanzan un fallido ataque contra Stryfe, al tiempo que Gideon, Sunspot y otros empresarios son tomados como rehenes por Arianna Jankos (Una empresaria que quiere quedarse con todo) y Black Tom Cassidy, en las torres gemelas. G.W. Bridge sigue el rastro que dejan las batallas de X-Force, y en el segundo número intenta sumar a Kane (El nuevo Arma-X y también miembro de la fuerza especial del pasado de Cable), pero sin éxito. El equipo de Cable entrena para trabajar mejor en equipo, pero a Feral se le va la mano y manda a Cannonball al hospital; Black Tom consigue, con maquinaria cedida por Jankos, rescatar a Juggernaut de otra dimensión. El secuestro de empresarios sale en los noticieros y Syrin (Theresa Cassidy, hija de Banshee y sobrina de Balck Tom), intenta sin éxito frenar a su tío Tom. Se une a X-Force que venía a lo mismo y es el primer miembro en sumarse al equipo. Warpath se lanza contra Juggernaut, mientras el resto del equipo se mete en la torre… De casualidad pasaba Spiderman por allí y se mete en el meollo… Termina la tercera entrega y nace el primer crossover que se desarrolla en Spiderman #16 (Último número que realiza McFarlane antes de partir a Image) y X-Force #4. Dos números donde se fajan entre todos pero no sucede demasiado, en los que Todd y Rob usan todas las páginas en sentido horizontal, y que termina con los empresarios liberados, Tom y Juggernaut libres y a la fuga, y un careo entre Cable y Bridge en el que el agente de Shield quiere detenerlo por las buenas y Cable lo manda a freír churros. Porque todos los frentes abiertos no eran suficientes, en el quinto número aparece la Brotherhood of evil mutants que saca a Karl Lykos del retiro para sumarlo a sus filas, mientras que X-Force tiene planteos existenciales de porqué y para qué luchan, los que resuelven en dos viñetas… En la sexta entrega siguen entrenando y peleándose entre ellos para terminar enfrentados con la Brotherhood, con quienes se fajan en la séptima entrega… Rob dibuja el título hasta el número nueve, hace portadas hasta el once y tira los plots hasta el doce para entonces sí, pasar a Image.
En todos estos números Rob Liefeld hace lápiz, tinta y
argumento, mientras que los diálogos están a cargo de Fabián Nicieza y son un
anticipo de lo que serían los primeros años de Image Comics, mucho despliegue
visual, cuerpos exagerados, violencia a raudales, sangre, nombres locos con
palabras como Blood, Strike, War, Black, Force, Blade, Doom, etc., mucha
aceleración en las escenas donde todo va a los palos, y argumentos flojos,
inconexos por momentos, con situaciones que quedan en la nada o caen en el
olvido, resoluciones apuradas y poco más.
No vamos a pegarle mucho a Rob por la calidad de su dibujo,
baste decir que no es un dotado, que para obtener un resultado aceptable debe
poner mucho de su parte y todas estas páginas están dibujadas a las apuradas y
encima entintadas por él a la misma velocidad, por lo que sus falencias se
notan bastante. Sin embargo, logró el éxito demostrando que la suerte existe y
que a veces se puede estar en el lugar justo y el momento adecuado para
pegarla. A su favor tuvo la capacidad de saber captar lo que la gente esperaba
en ese momento y servirlo en bandeja, como también el presentar las páginas con
sentido de espectacularidad, donde todo era desbocado, acelerado y vertiginoso.
Tengo la mitad de estos números en edición original y el resto de Forum, y en
ambos lados del océano los lectores eran muy elogiosos para con el trabajo de
Rob, sobre todo los yanquis (Había algunos pocos lectores españoles que lo
resistían en los correos, pero más que nada estaban impulsados por el Prof.
Loki que odiaba a Liefeld). Diría que el tiempo pone las cosas en su lugar,
pero en la actualidad Rob trabaja poco porque así lo quiere él, y cada vez que
dibuja una portada variante o participa de algún proyecto puntual, las ventas
siguen siendo buenas. Evidentemente está tocado por alguna varita mágica que lo
acompaña siempre y le permite estar dentro de un medio del que verdaderamente
disfruta porque, a pesar de lo que cada uno pueda pensar de Rob como
profesional, es un tipo que siempre está empapado de Historietas, participando
en podcasts, foros y grupos para hablar tanto de su trabajo como el de sus
colegas y es muy activo en redes sociales al respecto. Así que, a tu salud Rob
querido!
“Siempre vivimos en
el borde, pedazo de hojalata. Haz como yo… ¡Aplaude y disfruta el viaje!”
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