Hemos leído “Muffins”, obra integral de Iñaki Echeverría y publicado en 2011 por la editorial Manoescrita. Esta es la historia de un talento...

“Muffins”

Hemos leído “Muffins”, obra integral de Iñaki Echeverría y publicado en 2011 por la editorial Manoescrita. Esta es la historia de un talentoso cheff, dueño de un local gastronómico que todos los días se llena de gente que viene a probar las delicias que prepara. Invariablemente los comensales quedan asombrados por las habilidades culinarias del cocinero, al que premian con largos aplausos. Cuando todos se retiran y queda solo en su restaurante, el cheff come muffins que lo transportan a la infancia, le despiertan recuerdos de la niñez, cuando a escondidas comía los que preparaba su madre y es inundado por una profunda tristeza…

La misma rutina se repetía a diario, hasta que decide abandonar sus responsabilidades frente al local y volver a la casa de la infancia. Una vez allí, cada lugar, cada aroma, cada rincón despertará memorias dormidas, nostalgias del tiempo que se fue, de los amores que se perdieron, de las travesuras que se cometieron y, principalmente, el recuerdo de la madre…





Echeverría elige contar esta historia sin usar palabras y con un estilo de dibujo muy particular y elegante que tiene su punto fuerte en la narrativa clara y creativa. El lector se ve rápidamente involucrado con la idea de los recuerdos dormidos que se despiertan a través de los sentidos. Un aroma, sabor o sonido que nos transporta inmediatamente a un momento de nuestras vidas del que creíamos no tener recuerdos. Las emociones que atraviesa el protagonista están perfectamente delineadas con el trazo de Iñaki y no podemos evitar empatizar con él. Pero, conforme se va resolviendo la historia, me quedó cierta confusión… No me queda claro cuál era la relación que mantenía con su madre, porqué está tan torturado por ese recuerdo de comer muffins a escondidas y, finalmente, nada se resuelve. En este punto no tengo dudas, que nada se resuelva al final, que el cheff no sepa qué hacer con las sensaciones que atraviesa, es la resolución de la historia y es un final agridulce, de los que más me gustan como lector. Pero hubiese necesitado que el resto del trámite hacia ese final tenga otro tipo de desarrollo o que este sea un poco más explícito. De todas maneras, esta obra breve y muda, nos despierta muchas sensaciones y eso ya es un montón.





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