Como prometimos, cada tanto volvemos a la mágica “Escuela Bruguera” que tantas maravillas nos regaló, y a una de las figuras excluyentes que de ella surgieron, el Maestro Francisco Ibáñez (Nota al pie, escribí esto antes de la muerte del Maestro y decidí dejarlo como estaba sin alterar nada, pero vayan estas palabras en homenaje y agradecimiento por todas las inolvidables viñetas que nos regaló). Hace un tiempo hablamos sobre las primeras obras de “Mortadelo y Filemón”, los personajes más famosos de la Historieta española (Aquella lectura comentada que dejamos por acá: https://www.facebook.com/Historiasenvinetas/posts/pfbid0MAd9zgVjTzFGE8uygrjQ8AHuvkMkbVEkQpECLwMSDwk9pRKhYQtBiHecVLdV5ZBCl) y decíamos que esos primeros álbumes eran considerados por los lectores como los mejores de la célebre dupla de agentes secretos. Después de leerlos no cabía duda de que eran excelentes, pero también quería saber que pasaba con los álbumes posteriores, esos que no estaban entre las recomendaciones que se pasan entre los fans y que, en su mayoría, fueron publicados después de que Ibañez se alejara de Bruguera y, litigio mediante, recuperara los derechos sobre sus creaciones… Así que nos hicimos con tres de esos álbumes, los hemos leído rápidamente y pasamos a comentar con extrema brevedad.
Moscú 80
Los eventos deportivos mundiales se volvieron un clásico de Mortadelo y Filemón, no hay mundial de futbol u olimpíadas que no se vean amenazadas por la presencia de los agentes de la T.I.A. En esta oportunidad, el Super se entera que la participación de la delegación española está por ser boicoteada por la S.O.B.R.I.N.A. (Sindicato organizador bollos reivindicantes inter nacionales atléticos). Unos políticos quieren que fracase España en Moscú para que unos renuncien y otros nuevos asuman, por lo que un agente encubierto del mencionado sindicato buscará propagar el espíritu de huelga entre los atletas ibéricos. Mortadelo y Filemón viajarán a la Unión Soviética intentado evitar la mentada huelga y, de ser necesario, reemplazar a cualquiera de los atletas que declinen su participación, al tiempo que deben encontrar y detener al agente de S.O.B.R.I.N.A. Por si todo esto fuera poco, el álbum se complemente con dos historias cortas, “El anti-imán”, en la que sufren de una invención del Profesor Bacterio, y “En el hotel de la costa”, en el que deben descubrir a un ladrón de joyas en un asilo de ancianos con aguas termales, bajo el sofocante calor de un verano sin escrúpulos.
¡Bye bye, Hong-Kong!
Después de 99 años de ocupación, llega la fecha en que el imperio británico debe devolver la soberanía de la isla de Hong-Kong a sus legítimos dueños. La cumbre para hacer efectivo el paso de mando se llevará a cabo en la mismísima Hong-Kong, pero la T.I.A. descubre que un agente internacional intentará complicar las negociaciones para que se desate la tercera guerra mundial. Todas las agencias secretas del mundo enviarán efectivos y, como el Super no quiere ser menos, manda a Mortadelo y Filemón a resolver el asunto… El famoso Fu-Manchú se entera de la llegada del dúo español y envía a su nieto Fu-Lano a acabar con ellos… Por supuesto, la astucia y sagacidad de Mortadelo y Filemón acabarán con los intentos de Fu-Lano. Se lleva a cabo la cumbre entre el príncipe Carlos y el Ministro Chino y los agentes de la T.I.A. harán hasta lo imposible para que puedan conversar tranquilamente mientras ellos buscan al espía agresor… Con tanta efectividad que, al terminar la aventura, la tercera guerra mundial está a punto de estallar!
Esos kilitos malditos
Una maldición cae sobre España cuando personas importantes suben exponencialmente de peso de la noche a la mañana, entre ellos el Super… Mortadelo y Filemón son convocados y les dan una lista de las personas influyentes que han sido afectadas por este mal. Deben seguir a cada uno de ellos e intentar averiguar cuál puede la causa que ocasione esta particular condición. El exceso de peso es la menor de las preocupaciones de cada una de las personas que la dupla visita, con su clásico comportamiento, hacen pasar las mil y una a los pobres obesos. Mientras tanto, el profesor Bacterio prueba varias invenciones con el Super, con resultados inesperados y siempre desagradables. Mal y tarde, los agentes descubren un factor en común entre todos los afectados, consumen para adelgazar “agua canija”. Solo resta ir a la fábrica del producto en cuestión y descubrir la mente maestra tras el plan de los kilitos malditos…
Por la fecha en que fueron realizados, los álbumes tienen
ciertas diferencias. “Moscú 80” se publicó en 1979, cercano a las fechas en que
el Maestro deslumbró a todos con “El sulfato atómico”, “Contra el “gang” del
chicharrón” o “Valor y… ¡al toro!” entre otros (Fines de los 60´s y principio
de los 70´s), por lo que es bastante cercano en nivel. La historia no se
detiene en situaciones humorísticas, sino que las mismas están al servicio de
la evolución de la trama. Además del humor físico (Golpes, caídas, portazos,
etc.), se prodiga en situaciones absurdas, malentendidos, dobles sentidos y
algunas geniales sutilezas que hacen de este, un gran álbum. Tal vez no esté a
la altura de aquellos primeros que mencionamos, pero se le acerca bastante.
Los dos álbumes restantes son de 1997 y acá sí se notan
diferencias con respecto a los anteriores. Ibáñez se centra mucho más en el
humor físico, dedicando páginas enteras a situaciones secundarias a la trama
principal en las que Mortadelo y Filemón se accidentan, golpean, persiguen,
castigan, escapan y demás situaciones similares. Debido al abuso de estas
situaciones, por momentos los álbumes se vuelven repetitivos (En sí mismo y en
relación con otros), sin mencionar que demora el avance de la trama central.
Por el enorme nivel de producción que tuvo por muchos años, puede que este haya
sido un recurso que encontró para llenar páginas y completar los álbumes que le
reclamaban editores y lectores por igual, pero definitivamente se nota un
cambio entre estas Historietas y las publicadas en décadas anteriores. En lo
que no pierde un ápice de calidad es en el dibujo, donde no deja de
evolucionar, gana en narrativa, plasticidad y efectividad para la puesta en
página.
Hay que tener en cuenta que estamos comparando a Ibáñez con
él mismo, porque en las primeras entregas de Mortadelo y Filemón puso la vara
muy alta, pero desentendiéndonos de estas cuestiones, cualquiera de los álbumes
comentados (Acá o en la entrega anterior) son altamente disfrutables,
extremadamente divertidos y todos te dejan con ganas de más…
“¡Mire que meter al
Super en un “sputnik”! ¡Mire que largarlo a Júpiter! ¡Mire que llega a ser
burro, ¿eh?!”
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