Leímos las primeras siete entregas el título “Extraordinarios X-MEN” de Jeff Lemire, Humberto Ramos y Victor Ibáñez, que Ovni Press publicó en cuatro entregas allá por 2016, cuando aún conservaba los derechos de Marvel antes de que se los garquen los de Planeta.
Una nueva formación de X-MEN resurge de las cenizas por vez
número mil, después de los eventos de Secret Wars y de que los Inhumanos
liberarán la Niebla Terrígena sobre la Tierra. Esta niebla tiene dos efectos
sobre la población humana, todo aquel Inhumano latente desarrollará sus poderes
al llegar a la pubertad, al tiempo que es altamente nociva para los mutantes.
Mueren cientos de ellos y los que sobreviven, quedan estériles y al borde de la extición… El odio anti mutante está en el punto más alto
en toda la historia de la humanidad y cualquier mutante que se vea por ahí, es
atacado en el acto por hordas de personas racistas, porque estos son culpados
de los males recientes.
Storm está intentando salvaguardar a los pocos mutantes que quedan (Esta vez son algo más que 198…) al tiempo que busca soldados para su nueva formación de los X-MEN. Cyclops ha muerto (Sé que fue en la saga “Death of X”, pero no me quiero enterar ni cómo ni porqué… ya volveré sobre esto más adelante) y también el Profesor X (Si mal no recuerdo, permanece en esa condición desde “Avengers Vs. X-MEN”), por lo que tiene ciertas dudas en cómo llevar adelante la supervivencia mutante. Al arranque, la formación está compuesta por Magik, Iceman, Forge y Cerebra, la máquina busca mutantes que ahora está instalada en el cuerpo de un Centinela gracias a las habilidades de Forge, además de todos los estudiantes que viven en la escuela, cuyo paradero es desconocido por todos (Incluso por los lectores). Las fuerzas de estos X-MEN se dividen en dos frentes, rescatar a todo mutante que se vea atacado e invitarlo a vivir en la escuela, y reforzar sus filas con antiguos miembros del equipo. A lo largo de estos números salen a buscar a Coloso, Jean Grey (Le versión joven que viene del pasado), Wolverine (La versión vieja que viene de la saga “Old man Logan”) y Nightcrawler. A pesar de que se niegan al principio, todos se terminan uniendo a excepción de Kurt, que fue capturado. Cerebra localiza la ubicación de Nightcrawler y hacia allá van Magik y Coloso, pero son atacados por unos mutantes al servicio de… Mr. Sinister!! Magik queda inconsciente y, en ese mismo momento, la escuela es atacada por una verdadera legión de demonios. Resulta que, para estar lejos de las agresiones de la humanidad, los X-MEN llevaron la escuela al Limbo de Magik y las defensas que generó alrededor de la misma, cayeron en cuanto quedó desmayada.
Alumnos y X-MEN se lanzan a defender la escuela al tiempo
que Forge trabaja contra reloj para levantar las defensas mecánicas alrededor
de la misma. Mientras tanto, Mr. Sinister revela su plan para el que raptó a
Nightcrawler y otros mutantes, ahora busca mezclar ADN mutante e inhumano para
crear al ser perfecto… Todos los X-MEN se lanzan a detenerlo y rescatar a Kurt,
que tiene la mente perdida en un delirio místico… Una vez resuelto el asunto,
en los últimos dos números leídos, Magik con algunos compañeros se lanzan a
explorar los reinos adyacentes a su Limbo, mientras que el resto busca
recuperar la sanidad mental de ex artista de circo, Kurt Wagner.
Para mí, los X-MEN son sinónimo de Cyclops, Wolverine y
Charles, el resto de la formación puede ir variando, pero estos tres (Y sobre
todo Scott) me resultaron siempre vitales. Sé que hubo grandes sagas en las que
no estuvieron algunos de ellos y que, en su momento, Claremont tenía planeado
un plan de retiro para Cyclops como evolución coherente del personaje. Pero hubo
algunas situaciones en los últimos años que creería que le jugaron en contra a
los X-MEN. La primera de ellas fue la sobre explotación que tuvo Wolverine, que
llegado un momento era un X-MEN, un Vengador, dirigía una escuela, tenía serie
en solitario y aparecía hasta en la sopa. Otra fue la mala gestión que diversos
autores tuvieron sobre Cyclops, convirtiéndolo casi en un villano. En la
precuela de “Avengers vs. X-MEN” (Avengers: Sanction), a Scott lo visita el
Cable del futuro y le pide que evite a toda costa que los Avengers se queden
con Rachel para evitar que la fuerza Phoenix erradique la vida en la Tierra, y
después, a pesar de que hace exactamente lo que su hijo le pide, lo hacen
quedan como el villano e incluso lo llevan a asesinar al que fuera prácticamente
su padre, Charles Xavier. Después de esa insalvable historia, nadie supo bien
que hacer con Cyclops que, a ojos de la sociedad y de otros mutantes, era
sinónimo de maldad y lo terminan matando… ya había muerto Charles y también
muere el Wolverine del presente (Adiós a mi terceto ideal para los X-MEN…). Y
la otra gran contra que sufrían los Mutantes era la expansión de Mavel en el
cine de la mano de Disney, que crecía sin parar y que, por entonces, no tenía
los derechos sobre los X-MEN. Recuerdo haber leído en aquellos años que esta idea
de reducir a los mutantes e incrementar el número de Inhumanos tenía como fin
invertir los roles, que los Inhumanos estén por todos lados y sus poderes se
manifiesten en la adolescencia, mientras que los mutantes, en número reducido,
se exiliarían del planeta Tierra… Suena altamente plausible, desconozco si
efectivamente fue así, pero todo se desactivó cuando Disney se compró la Fox
recuperando los derechos (Con los que hasta ahora han hecho poco y nada, por cierto).
Todo esto tiene como objetivo aclarar que me acerqué a este
título a las puteadas y con desconfianza, pensando todo el tiempo “¿Cómo no va
a estar Cyclops?”, ¿Por qué no resucitaron a Charles?”, “¿Qué hace este Wolverine
viejo choto acá?” y demás prejuicios similares… Pero Lemire es un gran
guionista y la verdad que estos siete números se disfrutan, es muy interesante
como va armando la historia, el equipo y las relaciones entre los personajes.
Storm, Magik, Coloso, Nightcrawler y Forge son los de siempre, Jean y Iceman
son del pasado y Logan del futuro, pero enseguida encuentra espacios para
generar buena química entre ellos, con muchos guiños al lector, como Wolverine sintiendo
debilidad por Jean, o Forge tirándole palos todo el tiempo a Storm y demás
situaciones similares. La aventura en sí también está buena, casi siempre
superponiendo dos situaciones distintas en la trama que dividen al equipo, pero
que se terminan conectando y te enganchan al toque. No es una historia super original,
pero está bastante bien.
Al frente del dibujo está el genial Humberto Ramos en las
primeras cinco entregas. Me encanta el estilo de Ramos, muy anguloso y medio
caricaturesco, a medio camino entre Carlos Meglia y Chris Bachalo, que para dar
variedad a los distintos mutantes que aparecen acá queda perfecto. Nunca me
gustó el estilo de Ramos para Spiderman (Aunque debo ser el único que piensa eso,
porque estuvo muchos años con el arácnido y siempre bien recibido por los
lectores), pero acá queda perfecto, se luce mucho más y es un desborde de
creatividad lo que hace con los diseños, la manifestación de los poderes, los
monstruos y el Limbo de Magik. Y los últimos dos tienen dibujos de Victor Ibáñez
que, con un estilo muy diferente, mantiene la altura de calidad en el título.
Esta colección se extendió varias entregas más desembocando
en la guerra entre X-MEN e Inhumans, pero yo la colgué acá y me doy por
satisfecho. Ya veremos cuando y con qué volveremos a los mutantes…
“Ya hemos perdido demasiado. A los X-MEN, el lugar en el mundo de la raza mutante… A Scott. Fui una ilusa, pensé que no se podía poner peor. Pero estaba equivocada. Estaba muy equivocada.”
- SEGUILO TAMBIÉN EN : HISTORIETAS-HISTORIAS EN VIÑETAS | LOS PODCAST DE ARCHIVO DE COMICS.
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