Si bien en los últimos años la lucha de las minorías por un trato igualitario y respetuoso para con las diferencias se ha hecho sentir con m...

Fachos universitarios: “Captain Marvel: Speaking without concern”

Si bien en los últimos años la lucha de las minorías por un trato igualitario y respetuoso para con las diferencias se ha hecho sentir con más fuerza (O le han dado el lugar que merecía en los medios y en la agenda social), no es algo nuevo lamentablemente. La discriminación, fruto de una ignorancia nivel omega, es tan antigua como el ser humano y los afectados por la misma han tenido que luchar desde siempre en pos de sus derechos, a veces por elección y otras por falta de mejores opciones cuando toda convivencia ya es insostenible. En el terreno del cómic mainstream, Marvel Cómics siempre tuvo una sensibilidad especial para con este tipo de cuestiones, siendo desde sus inicios más inclusiva que sus pares y exponiendo en sus páginas las tensiones sociales que se vivían. Tal vez piense ahora, querido lector, que vamos a comentar X-MEN, Fantastic Four o algunas de esas obras primigenias de Marvel en las que Stan Lee & Jack Kirby dieron lugar a las minorías y denunciaron la discriminación que se sufría por entonces en la sociedad yanqui… Pero no, vamos a saltar a los 90´s porque le entramos a un One-Shot protagonizado por Monica Rambeau publicado en 1994, obra de Dwayne McDuffie en argumento, guion de Dwight D. Coye y dibujos de M.D. Bright, llamado “Captain Marvel: Speaking without concern” (Algo así como “Hablando libremente” o “Hablando sin preocupaciones”).

Un grupo criminal llamado “Los hijos de la serpiente” tiene una célula que opera en la “Empire State University”, atacando a las minorías que allí estudian, y tienen aversión por cualquier segmentación que no entre en sus cánones arios. Como todo grupo racista, sus integrantes son principalmente cobardes, y siempre que atacan lo hacen en superioridad numérica, además de que cuentan con trajes con temática de serpientes que los protegen, y armas de alta tecnología. De casualidad la Capitana Marvel se cruza un puñado de estos fachos cuando perseguían a una pareja oriental, por el simple hecho de creerlos japoneses (Aunque en realidad eran chinos), y no sin cierta dificultad, logra frenarlos y hacerlos detener por la policía descubriendo, al desenmascararlos, que son estudiantes de la universidad…




Al volver a su casa, Monica encuentra al agente especial Derrek Freeman, quien le informa de un seminario que en los próximos días brindará en la universidad Raymond Washington, un activista por los derechos de las minorías. Como teme que “Los hijos de la serpiente” aprovechen la oportunidad para atacar, le pide que finja ser una estudiante más, se infiltre en la charla y esté atenta a lo que pueda ocurrir.

Efectivamente se produce un primer ataque para desalentar en encuentro de las minorías que la Capitana logra frenar. En ese combate el estudiante Robert Farrel (Quien en secreto es el luchador contra el crimen conocido como Rocket Racer), identifica a uno de los atacantes llamado Eddie Cross. Eddie, hijo de un reconocido rabino, ya se había enfrentado con anterioridad a Rocket y Spiderman en una batalla en la que, por accidente, obtiene poderes.

De todos modos, nada desalienta al joven Derrek de llevar adelante el seminario porque considera harto necesario exponer la problemática de las minorías y el consabido enfrentamiento final se lleva a cabo…

 


Se valora la intención de Dwayne McDuffie y Dwight D. Coye para con este guion. Siempre fue y sigue siendo necesario visibilizar este tema desde todos los quehaceres de la actividad humana, y es grato ver que las historietas no hacen oídos sordos a la problemática. Sin embargo, puede ser que algún guionista encuentre cierta dificultad para entrelazar estas temáticas con la Historieta de Superhéroes. Recuerdo que en una de las célebres “Stan´s Soapbox”, el gran Stan Lee hablaba sobre lo difícil que es enfrentar la discriminación y que fácil sería si fuese un villano disfrazado a quién golpear y encerrar (O algo así… La compartimos hace algunos años por acá: https://www.facebook.com/Historiasenvinetas/posts/pfbid0KctakK7eYp4NSKmp6nzTbpzYS98ap6q3UTyAGMDSoP1bcYiqKzcturppbt6vVKcal), y creo que es ese escollo el que no consiguen sortear del todo en esta historia, sumado talvez, a la restricción de espacio que impone un unitario. La historia está bien planteada y es llevadera, pero todos los personajes están en blanco y negro, con los malos siendo muy malos y los buenos siendo muy buenos. El conflicto se termina resolviendo con una suerte de final feliz donde muchos de los racistas empiezan a vislumbrar el error en su forma de pensar y proceder, lo que tampoco ayuda mucho al guion… Pero su objetivo primordial y original de exponer el daño que la discriminación acarrea está cumplido con creces y, pensándolo mejor, tal vez no esté nada mal retratar a los fachos de esta clase como seres unidimensionales porque, en definitiva, eso son… Cáscaras vacías.

Me gustó mucho el trabajo de M.D. Bright que, a pesar de realizarlo a mediados de los 90´s, no se deja llevar por el estilo que se imponía en el momento y realiza un trabajo mucho más cercano a un Rom Lim que a un Jim Lee. Dibujo sólido con buena narrativa, variedad para las puestas en páginas y un diseño de personajes simple pero efectivo.

 

Y hasta acá por hoy, pero más rápido que la Capitana Marvel a velocidad luz estaremos de vuelta con otra lectura comentada!



 

 “¡Somos los hijos de la Serpiente, el camino al poder blanco estará pavimentado con su inferior sangre extranjera!”

0 coment�rios: