En la primer década del presente siglo, Marvel cómics publicó varias miniseries bajo la consigna “The End”. Estas historietas tenían como mi...

Funeral para otro amigo. “Silver Surfer – Requiem”

En la primer década del presente siglo, Marvel cómics publicó varias miniseries bajo la consigna “The End”. Estas historietas tenían como misión contar la última aventura de los personajes de la casa, aunque no todas cumplían con esa consigna y solo narraban una historia en un período crepuscular del personaje en cuestión. Dentro de esta consigna, pero reemplazando el “The End” por “Requiem”, J. Michael Straczynski al guion y el croata Esad Ribic al dibujo, unieron fuerzas para contarnos la última historia de Silver Surfer.

Se publicó originalmente en cuatro capítulos y cada uno de ellos tiene un título en latín relacionado con las celebraciones religiosas cristianas o católicas (Se me escapa la diferencia…), probablemente referentes a la misa de Requiem.

En el primero de ellos llamado “Kyrie” (Algo así como “Oh, Señor”) nos enteramos de que Silver Surfer está gravemente enfermo y vuelve a la tierra para realizarse un diagnóstico a cargo de Reed Richards. Tras muchas pruebas Mr. Fantastic llega a la conclusión de que el material plateado que recubre el cuerpo del otrora Norrin Radd se está deteriorando y, al perderlo, terminará matándolo. Por mucho que lo intenta, Richards no logra descifrar como funciona este material, y por ende, no puede repararlo ni ayudar a Silver Surfer. Según sus estimaciones, le restan apenas cuatro semanas de vida. Lejos de desesperarse, el Surfer acepta con hidalguía su condición y decide utilizar el tiempo que le queda para recorrer la tierra una vez más a modo de despedida, tras lo cual partirá hacia Zenn-La a esperar la muerte. Se despide de los Fantastic Four y comienza el viaje…
“Sanctus” (Santo) es el nombre del segundo capítulo. En su recorrido por la Tierra, Silver Surfer se cruza en una batalla entre Spiderman y un inmenso robot, la cual termina rápidamente con su intervención. Peter no lo deja partir y entablan una charla en la que se entera la condición de Silver Surfer. A través de Peter y su intensa humanidad, Norrin hace un último intento para comprender a los hombres y como es que estos toleran la opresión, la desigualdad y el horror que enfrentan en sus vidas. Antes de partir quisiera dejar algún regalo en la Tierra que mejore la vida de la humanidad, pero ambos concuerdan que es imposible modificar los sistemas con los que funcionan las sociedades sin provocar más inconvenientes que beneficios. Finalmente decide ofrecer un tributo a Spiderman en representación de la humanidad llevándolo a recorrer las estrellas, pero este le sede el lugar a MJ, ya que considera que él ha vivido muchas situaciones extraordinarias. MJ regresa sumamente conmovida del recorrido que Silver Sufer le ofrece y se despiden.
Al partir, Dr. Strange aparece ante Silver Surfer y le confiesa que todos los místicos del mundo aunaron esfuerzos en pos de conseguir una cura para él, pero fracasaron. En agradecimiento por haber salvado la Tierra en varias oportunidades, le obsequia una luz que contiene toda la historia de la humanidad para que lleve consigo por siempre. Silver Surfer parte hacia el espacio en busca de Zenn-La…



En el tercer episodio, que se titula “Benedictus” (Bendito), el viaje por el cosmos se ve interrumpido cuando Silver Surfer es convocado a oficiar de mediador en la guerra entre dos mundos que orbitan la misma estrella. Cuando estas razas dominaron el viaje espacial se descubrieron una a otra. Como poseían culturas diferentes, cada una pensaba que la otra tenía dioses paganos, ritos paganos y que se le debía imponer la fe verdadera. Esto desató una guerra que ya llevaba 50 generaciones pero solo afectaba a los pueblos de cada raza, ya que los gobernantes y los sacerdotes estaban exentos de participar en la misma, así como las tierras santas y los templos religiosos no podían verse afectados por las batallas. De hecho, Silver Surfer es llevado a una nave donde los máximos representantes de la religión de cada planeta convivían en armonía mientras supervisaban los progresos de la guerra…
Tenían la profecía de que el heraldo de Galactus definiría quien sería merecedor de la victoria, pero Surfer no encuentra diferencias entre ambos por lo que no puede emitir un juicio. Los sacerdotes le confiesan que suponían que esa sería su respuesta y que están dispuestos a seguir sacrificando a sus pueblos en batallas, hasta que un bando pueda vencer al otro. Iracundo por la irracionalidad de ambas razas, Silver Surfer vuela a cada uno de los planetas destruyendo todos los templos, demostrando así que ninguna de las religiones era intocable por lo que la guerra carecía de sentido. El gasto de energía cósmica deteriora aún más su condición, pero sigue viaje hacia Zenn-La satisfecho por haber detenido aquella guerra…



Llega a su planeta de origen en el cuarto y último capítulo llamado “Angus Dei” (Cordero de Dios). Allí se reencuentra con su amada Shalla-Bal, pero su estado es tan crítico que se ve forzado a permanecer postrado. Los científicos de su planeta también buscan una cura pero fracasan como todos los demás. Se corre la voz por todo el planeta de que el salvador de Zenn-La ha regresado y de todos los rincones del mundo llegan a rendirle tributo y despedir a Silver Surfer.
Norrin los recibe a todos con alegría y a cada uno le regala una pequeña gota del material que lo recubre. Esta marca plateada en la mano les recordará por siempre el sacrificio supremo que él estuvo dispuesto a hacer para que ellos puedan vivir en paz.
La calma se interrumpe con la llegada de Galactus. Silver Surfer entra en pánico y se arrastra a sus pies para implorarle que no ataque Zenn-La, pero Galactus le revela que vino con intención de salvarle la vida. No está seguro de poder lograrlo, pero puede intentarlo al menos…
Surfer, consciente de que todo debe tener un final, declina el favor de Galactus y en cambio le pide que nunca destruya Zenn-La. Galactus no solo le promete que jamás atacará su planeta, sino que también velará por su seguridad.
Norrin Radd vuelve con los suyos donde finalmente encuentra la muerte en paz. A pedido de Shalla-Bal, Galactus se lleva el cuerpo de Norrin y con él funda una nueva estrella que brillará por siempre, iluminando todo el universo…



La obra es conmovedora de principio a fin. Desde el comienzo vuela por sobre la misma la sensación de que estamos en una despedida y de que no saldremos indemnes de esta lectura. Efectivamente así sucede… A través de las palabras de Straczynski, nos sentimos tan unidos al Surfer en su último viaje, que el fin de la historia nos deja una sensación de vacío, de que perdimos a alguien cercano.
Una de los aspectos que más me llamo la atención y me pareció un gran acierto del autor, es que estamos ante una historia que no tiene ningún conflicto. Generalmente, todas las tramas se desarrollan en torno a un conflicto que el protagonista debe enfrentar lo quiera o no… El clímax se da con este enfrentamiento y el desenlace es la resolución del mismo (Sea favorable o no). En este caso, toda la historia es un viaje. Silver Surfer se entera que está muriendo, lo asume con valentía y resignación, pero en ningún momento busca salvarse. Se despide de sus lugares y seres queridos para luego esperar la llegada del fin. Se presentan distintas sub tramas (Como hemos ido contando), pero son secundarias y acompañan a esta despedida.
Silver Surfer está perfectamente delineado por Straczynski, todo el bagaje que lleva con él, su perfil de superhéroe filósofo ideado por Stan Lee, la mirada de asombro constante que siempre tuvo y su incondicional amor por la libertad y las estrellas están presentes en esta, su última y mejor historia.
Por muy básico que parezca, también es un acierto del autor el respetar la consigna en el título de la obra. A diferencia de muchos otros escritores que participaron de estas historias de “The End” con otros personajes pero no se animaron a contarnos el final, aquí efectivamente asistimos a la muerte del protagonista.
Un gran trabajo del experimentado Straczynski (El responsable de que Gwen haya engañado a Peter con Norman… Imperdonable!!!) y una adecuada despedida para un superhéroe distinto a todos.
El apartado gráfico también es un acierto. Esad Ribic despliega todo su talento en esta obra y crea muchas páginas memorables. Varias composiciones a página completa de recuerdos en la vida del Surfer, viajes por el espacio, Galactus y su nave, guerras y explosiones son pequeñas obras de arte que sorprenden.
El trabajo que hace con el color y las luces en las distintas escenas estáexcelentemente logrado. Los reflejos que produce la piel de Silver Surfer de todo aquello que lo rodea, está presente aquí como pocas veces he visto. El tono que consigue para la obra acompaña esa idea de despedida que propone el texto, de velorio, de último viaje… Tal vez, debido al estilo de dibujo y coloreado que usa Ribic, algunas expresiones y posiciones corporales parecen algo rígidas y faltas de fuidez, pero es un detalle que no afecta el gran trabajo que logra en esta historieta.



Para terminar (Porque nos excedimos demasiado ya) comentamos que la edición que hemos leído, es la que publicó Panini Comics en 2008, con tapa dura, excelente calidad de papel y buen encuadernado. Pero, a mi criterio, tiene una contra insalvable y es la traducción del nombre. En líneas generales, no me molestan las traducciones o localismos que suelen utilizarse. Habiendo completado tantas colecciones con híbridos mezcla de ediciones argentinas, españolas, mejicanas, brasileras o yanquis, el tema de las traducciones suele no afectarme. Pero ponerle “Estela” al Silver Surfer me resulta infumable… Entiendo que ese “Estela” hace referencia al haz de luz que deja un cuerpo luminoso al desplazarse a alta velocidad, pero así y todo, Estela es un nombre de mujer!!! Es como si se llamara Alicia Plateada o Silvia Plateada, además de que se pierde la referencia a la tabla que aporta el “Surfer”… La peor traducción de la historia!!!!



“Si los lugares sagrados se libran de los desastres de las guerras… Haced que todos los lugares sean sagrados. Y si los seres sagrados deben salir indemnes de la guerra… Haced que todos los seres sean sagrados.”

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