Coincidiendo con la última edición de la Crack Bang Boom, el genial Kundo Krunch (Facundo Pérez Cejas) publicó su primera obra integral llam...

Bajos instintos: “El Sótano de los deseos”

Coincidiendo con la última edición de la Crack Bang Boom, el genial Kundo Krunch (Facundo Pérez Cejas) publicó su primera obra integral llamada “El sótano de los deseos”, editada por Szama Ediciones. Krunch fue uno de los artistas a los que acosamos para pedirle firmas y aprovechamos la volada para llevarnos este estreno que acabamos de leer y pasamos a comentar brevemente intentando evitar spoilers (Aunque siempre fallamos en esta premisa)

 

El Sótano de los deseos es una institución que se dedica a cumplir los deseos de los clientes que la conocen, porque no está abierta para cualquiera. Estos deseos suelen ser de índole sexual, pero no se cierran únicamente en este apartado y están dispuestos a incursionar en otras peticiones, siempre que se pueda pagar el precio solicitado…

Victorio Penar fue un cliente asiduo del Sótano, pero hace tiempo que dejó de asistir. Se casó, empezó a frecuentar el Jet Set de Ciudad Madriguera, se metió en política y está lanzando su candidatura a alcalde… Una de las características más sobresalientes de Victorio siempre fue su enorme corazón, al que ahora considera una debilidad en su carrera. Entonces vuelve a tomar contacto con el Sótano para que se deshagan de su corazón y así poder ser un político hecho y derecho.

El pedido es tan inusual que llega hasta los dueños del Sótano, unos seres cadavéricos que rara vez se involucran en las solicitudes. Sin embargo, firmando algunos documentos que los desliguen de toda responsabilidad, el personal del sótano accede y lleva adelante el pedido de Victorio quien, libre de las restricciones que le imponía su corazón, puede encarar la campaña política con seguridad.




Pero la nueva situación de Victorio también afecta el trato que tiene con Bútua, su mujer. La relación entre ambos se vuelve distante y fría, causando un profundo dolor en la dama que añora a la antigua versión de su marido. Increíblemente, a pesar de no tener corazón, Victorio sufre por la angustia que le ocasiona a su mujer…

Bútua intentará encontrar una solución para remediar el estado de su marido, al tiempo que Victorio, en medio de la campaña, volverá al sótano buscando revertir el contrato y recuperar su corazón, movida que no será del agrado de los dueños de la turbia institución…

 

En principio la obra es un tanto extraña y algo hermética, con mucho sexo, gore y una pizca de escatología. A nadie se le escapa la referencia hacia los políticos y sus procederes inescrupulosos, pero al margen de eso, hay varias situaciones (Algunas que no hemos mencionado para no quemar absolutamente toda la historieta) que se prestan a que el lector las referencie con aquello que lleva adentro. A mi entender, hay dos formas de conectar con un hecho artístico, a nivel intelectual o emocional (Puede ser ambas a la vez también). En este caso, me resultó más efectivo dejarme llevar por lo emocional, en lugar de estar intentando interpretarlo todo de manera literal. Dejar decantar lo leído y esperar que afloren las conclusiones, o los acercamientos a estas… En cualquier caso, el resultado es inquietante y movilizador.



Lo que me acercó a este libro, y a la obra del autor en general, es el dibujo. Kundo se inclinó por un estilo que maneja como quiere y que me encantó desde que vi los dibujos que comparte en sus redes sociales. Con un excelente uso de las masas negras y un diseño de personajes muy personal, en esta obra además incorpora varias tramas mecánicas para crear sombras, iluminar y dar profundidad a las distintas escenas, al tiempo que la narrativa empleada es sólida y contundente.

Fueron muchos los dibujantes que en los últimos años se aventuraron a convertirse en autores integrales y varios hicieron agua en algún aspecto. Esta es la primera vez que lo veo al Kundo en esta condición y su trabajo me resultó más que digno. Ojalá crezca en esta faceta y tengamos pronto más historietas suyas.




  “He aquí lo más preciado que tengo. Mi corazón.”


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