Entre los años 2006 y 2011, el historietista Liniers llevó una especie de “diario de vida” en forma de historieta. Estas páginas las publicaba en su blog y en el suplemento ADN del infame periódico “La Nación”. En 2017 y a través de su sello “Editorial Común” las recopiló en libro bajo el nombre “Cosas que te pasan si estás vivo”. Lo hemos leído recientemente y vamos a comentarlo brevemente, aclarando de antemano que Liniers es un historietista al que no logramos disfrutar, por tal motivo, si sos fan de Liniers y no te gustan las pálidas sobre su obra… Mejor dejalo acá.
Asistimos en esta obra a la intimidad de la vida del autor. En ellas nos muestra su modo de trabajar, sus paseos, los viajes que realiza, la vida familiar, los espectáculos a los que asiste y demás minucias. Fin del argumento… No hay nada más para comentar…
De todos modos, ese no es el problema, porque a pesar de estar contado muy escuetamente, podría llegar a ser un tema interesante. Pero en este caso, lo que veo es un nivel de esnobismo sorprendente… Nos cuenta que estuvo con tal o cual famoso, que es muy amigo de un gran actor o músico, que ganó un notable premio, que le hicieron algún regalo, que recorre el mundo, que expone su obra en x museo, que hace la tapa del disco de cierta celebridad, etc… todo muy pretencioso.
Y dentro del ámbito familiar, todo es color de rosa. Una hermosa familia, dos hijas pequeñas que hacen las delicias de todos… Nunca un lado B, algo doloroso, irritante, triste o distinto al cuento de hadas…
Por otra parte, hay algunas viñetas en las que recurre a la metáfora de vuelo poético e invariablemente cae en lugares comunes, en frases hechas y utilizadas hasta el hartazgo en todos lados… del estilo “La música te transporta” y vemos a su conejito volando mientras escucha música, o “Un sueño arriba del otro” y está durmiendo la siesta con su hija a úpa, o está en un recital y del instrumento o la voz del músico empiezan a salir duendes o colores… todo muy trillado, efectivo sin dudas, pero nada sorprendente u original, nada nuevo que nos invite a pensar o reflexionar, que nos regale un nuevo punto de vista sobre algo en particular…
Usted se preguntará “En toda obra espera este tipo algo original o reflexivo?” … Claro que no! Si leo una aventura de Superman, por poner un ejemplo, espero encontrar una aventura pasatista, entretenida y llena de acción (Si trae algo más, es de yapa). Pero en la obra de un autor que se supone está en la línea de un Quino por ejemplo, a medio camino entre el humor, la reflexión, la observación aguda y la crítica social, espero algo más original que “La música te transporta” o “Hice reír a Matt Groenning”… No niego que la vida de Liniers, debido a lo exitoso que es como historietista y artista plástico, tenga todos estos pasajes que nos muestra, pero también supongo que debe haber algo más que oculta y que aportaría al libro una dimensión más profunda y verdadera, con la que pueda conectar un poco más de cerca con el lector (Con este lector, al menos).
Y otra cosa que me molesta un poco (Tanto en este libro como en su tira “Macanudo”), es el increíble nivel de correctancia política (Si, inventé una palabra…) a la que está dispuesto a llegar… Nunca jamás nadie se va a sentir ofendido leyendo a Liniers… No hay una opinión jugada, que le pueda llegar a caer mal a alguien nunca… Todo naif, todo amigable, todo previsible.
La comparación con Cerati propuesta en el título de esta catarata infumable de quejidos, nace de que, cada uno en su medio, dan la sensación de haber vivido toda su vida en la capsula de un country de zona norte, sin jamás poner los pies en el barro. Pero, Cerati logró otra profundidad en temas como “Té para tres” o “Zona de promesas” (Por poner algunos ejemplos) y, al menos yo, todavía estoy esperando que suceda algo similar con Liniers.
Sin embargo, y como mencionamos con brevedad anteriormente, Liniers es un artista increíblemente popular, cuya obra recorre el mundo y tiene muchos más adeptos que detractores. Es muy probable que el problema para no poder disfrutar de su obra sea netamente mío… A las pruebas me remito, señoría!
Dicho esto, no tengo más que palabras de elogio para la parte gráfica. Liniers es un extraordinario dibujante, con puestas en páginas muy variadas y originales, con un manejo del color soberbio, que aplica tanto en la historieta como en sus obras para otros medios. Creo que disfrutaría mucho una obra en la que Liniers dibuje el guion de otra persona un poco más osada a la hora de escribir.
“Para que me ponga a dibujar una idea, tiene que sorprenderme… Ahí vamos!”
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