SPIDERMAN, PLANETA DE SIMBIONTES

COLECCION SPIDER-MAN: UNIVERSO ARAÑA # 10

Cuando Ovni Press sacó a la calle una colección de Spider-Man en tomitos, no fue hasta que empezara a publicar material noventero que llamó mi atención, de hecho, fue gracias a que Chueco  leyó "Venom protector letal" y la comentó por acá, que me enteré de que podía sacarme de encima otra espina de lectura noventera con este planeta de Simbiontes.

Venon & Carnage fueron muy explotados en los 90, y como buen lector oriundo de esos años, siempre me llamaron la atención estos personajes y sagas como la ya nombrada "Protector Letal" o "Matanza Máxima", que estaban pendientes junto a esta saga que ya, sin más preámbulos, paso a comentar.

David Michelinie cuenta en cinco números "súper especiales" (algo así como anuales) una historia que arranca con un Eddie Brock/Venom pensativo, que duda sobre el verdadero control que tiene para con el Simbionte extraterrestre, ya que sus métodos son cada vez más letales y sanguinarios. Así que a pura voluntad “purga”  a Venon de su cuerpo, cosa que hace que la viscosa pilcha extraterrestre se ponga triste y exprese su angustia en un "grito psíquico".

Este grito afecta a toda la humanidad deprimiéndola (¿?) y llama la atención de la raza de Venom que estaba en un sistema solar cercano.

Acá nos enteramos que “el traje negro de Spiderman” obtenido mediante una maquina en las Secret Wars, y que luego sería Venom, tenía muchos seres iguales a él. La cosa es que los viscosos y aceitosos extraterrestres se apoderan de personas de la tierra y robando tecnología hacen un portal a lo “Stargate” para que más compatriotas suyos invadan nuestro querido planeta.

La araña escarlata (el por ese entonces clon de Spidey), se une a Spiderman y Eddie Brock (Armado con un chumbo sónico de los 4F) para tratar de destruir el portal, terminando accidentalmente del otro lado de este, en un planeta lleno de simbiontes que ocupaban cuerpos de una raza con similitudes a un famoso octavo pasajero de una película de la FOX.

Perdidos en ese mundo e intentando resolver como volver a la tierra, Venom se vuelve unir a Eddie y decide contar lo que nunca revelo: Los simbiontes carecen de emociones y son una raza conquistadora cósmica, solo pueden vivir de sus anfitriones-huéspedes, pero están lejos de ser una “simbiosis” y, en cambio, se alimentan de la adrenalina y fuertes emociones, hasta que matan al huésped y pasan a otro. Venon intentó unirse a un huésped sin “exprimirlo” y fue exiliado y castigado, terminando encerrado accidentalmente en el “Mundobatalla” de las secret wars y, finalmente, unido a Peter Parker como su nuevo traje.

Así nos da la idea de que el bicho este es “bueno” en comparación a los otros de su especie (cosa complicada para una especie que no siente emociones) y, finalmente, después de pelearla duro y parejo en el mundo Alien, nuestros héroes (y Venom) retornan a la tierra y descubren que esta está infectada de Simbiontes que están haciendo descontrol en el mundo.

Cletus Kasaday, mejor conocido como Carnage, despierta del coma en el que se encontraba y descubre que puede absorber los simbiontes de los humanos y aumentar su masa y fuerza, lo que nos da como resultado un Carnage gigante a lo Godzilla para sumarle más descontrol a esta aventura. Así que ahora no alcanza con un planeta tierra lleno de “Venons” con lengua a lo “Gene Simmons”  y mucha baba verde, sino que también hay un “Carnage-kaiju” aplastando edificios.

Cuando esto pasa estaba a unas páginas de terminar el tomito, cosa que me llevo a pensar que existía un “segundo tomo” del cual no me había enterado para cerrar la historia, pero no. Solo alcanzan un par de páginas para que este aventura termine de forma (como decirlo?) algo estúpida, con un “Deus ex machina” que mete Michelinie sin anestesia, solo para darle más chapa a Venom quien termina absolutamente fusionado a Eddie. Cosa que me despierta sentimientos encontrados, porque por un lado extender la historia y meter otros personajes Marvel fusionados con la raza de Venom habría estado más que bien, pero también es engorroso cuando este tipo de crossover empiezan a estirar la historia innecesariamente y termina siendo un desfilar de cameos de personajes.

Micheline abre la trama, tras el “continuara” de cada episodio y no se hace cargo del final, onda:

“Lo terminamos así y ya está, que todo vuelva a la normalidad” 

En fin, nada raro en una historieta absolutamente “Novenchota” (como yo le llamo cariñosamente a estas historietas que fueron “cool” y algo vacías de los 90). Los dibujos son bastante malos, realizados a las apuradas por: Dave Hoover, Joe St. Pierre, Kyle Hotz, Darick Robertson y Steve Lightle. Casi todos clones con artritis de Todd Mc Farlane y Kelley Jones.

Más allá de descubrir el origen de la raza de Venom (que se cuenta en una página), la historia es un despilfarro de “noventosidad” comiquera, cosa para mi sumamente disfrutable, pero para algunos más exquisitos (y conscientes) lectores, esta le puede parecer una pérdida de tiempo.

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