En la segunda mitad de la década del 70, finalmente sucedió aquello con los que los lectores soñaron por tantos años, DC Cómics y Marvel aunaban esfuerzos y enfrentaban a dos de su personajes más populares y queridos. En 1976 sale a la venta “Superman Vs. Spiderman: La batalla del siglo” (Obra a la que le dedicamos unas palabritas por acá: https://www.facebook.com/Historiasenvinetas/posts/pfbid02F3F7J9uCF98rUGFm41gk45q73nbStaxBsadQcrPoiNwjGfmbLjCYQQdrEuPLCRhhl), y causó bastante revuelo. Esta fue una de las primeras obras que llamó tanto la atención, que ganó un espacio en medios de comunicación por fuera de los especializados en el medio, llegando a gente que usualmente no estaba enterada de los que sucedía en los cómics. Una de esas personas fue el célebre Don King, mánager de boxeadores que tuvo entre sus representados a gente como Mike Tyson, Sugar Ray Leonard, George Foreman y al inigualable Muhammad Alí. El enorme formato en que se había editado el cruce de Supes y Spidey, más la repercusión obtenida por la obra pusieron el cerebro de Don a trabajar.
Ni lerdo ni perezoso se presentó en las oficinas de DC Cómics proponiendo hacer un evento similar, pero que en esta oportunidad el último hijo de Krypton deba medir sus fuerzas con el mismismo Alí. No tengo idea si la propuesta de King gustó en la editorial o si fue la veta comercial lo que los animó a aceptar, pero lo cierto es que se pusieron en marcha los engranajes que darían a luz a uno de los combates más inesperados de la industria del cómic.
La dupla creativa seleccionada fue el dream team formado por Denny O´Neil y Neal Adams, que ya había colaborado anteriormente con notable éxito. Según se comenta, el desarrollo creativo de la obra fue bastante complicado, porque cada parte de la misma debía ser aprobado por la gente de Alí, por lo que tuvieron que hacer varios cambios, aceptar sugerencias y torcer el rumbo en más de una oportunidad. Esta situación fue demorando cada vez más la publicación y O´Neil terminó dando un paso al costado… Si fue por otros compromisos o por hartazgo, sigue siendo un misterio. Lo cierto es que, con un buen porcentaje del guion ya escrito, Adams tomó las riendas totales y se encargó de terminar la obra.
La historia es bastante simple y hasta un pelín absurda… Un concilio de razas alienígenas considera que el hombre tiene el potencial de convertirse en una plaga interplanetaria por su carácter bélico y deciden que lo mejor es erradicar el problema antes de que crezca… Un emisario llamado Rat´Lar viene a la Tierra y se topa con Superman y Alí quienes lo desafían. Acuerdan un combate entre el campeón de la Tierra y un representante del concilio alienígena por el destino del planeta… El combate se llevará a cabo en el planeta Bodace, que estando a la luz de un sol rojo, elimina los poderes de Superman. Tanto Kal-El como Alí quieren ser el que represente a la Tierra, y lo definen con un combate preliminar entre ellos, en el que Superman termina noqueado y es retirado inconsciente en camilla.
Por ser el ganador Alí se enfrenta a Hun´Ya, un enorme y superpoderoso monstruo verde. A pesar de estar en notable desventaja, Alí empieza a encontrar los caminos para ganar el combate. Al ver que está por perder el desafío, Rat´Lar ordena a la flota que ataque y elimine al Tierra, pero Superman, que en realidad estaba disfrazado como uno de los asistentes del equipo de Alí, se aleja de la influencia del sol rojo, recupera sus poderes y detiene el ataque invasor…
Finalmente, todas las razas alienígenas valoran el coraje de los humanos, se revelan ante Rat´Lar y todos vuelven a la Tierra con la satisfacción del deber cumplido… Y Alí descubre la doble identidad de Superman!
Tan simple, pero a la vez tan divertido como esto, el guion tiene sus puntos altos en la recreación del inolvidable Alí, al que retrata tal como se dejaba ver en público, altanero, confiado y siempre desafiante, comenzando los combates mucho antes de entrar al ring. Además, deja en evidencia la lucha de Muhammad por recuperar sus raíces, por la reivindicación de su cultura y contra la discriminación que los afroamericanos han sufrido históricamente en Estados Unidos. Pero sin lugar a duda el punto alto de esta obra es el trabajo de Adams. No estoy tan seguro de considerarlo su mejor obra como él mismo comentó, pero si en una maravilla increíblemente bella. Como siempre, el fuerte de Neal es el trabajo realista de los cuerpos a los que dota de una plasticidad única, las expresiones y las fantásticas puestas en páginas. Sabiendo que se iba a publicar en formato gigante, hace unas páginas dobles inolvidables, slpash pages impactantes y, a pesar de que el sci-fi nunca fue su fuerte, se luce con la creación de razas alienígenas, naves espaciales y planetas lejanos. Y además de todo esto, recrea con notable fidelidad tanto los movimientos pugilísticos de Alí, como sus expresiones y su lenguaje corporal.


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