Hace un tiempo ya que participamos de una suerte de “club de lectura virtual”, donde seleccionamos una obra, la leemos todos y luego comentamos, intercambiamos ideas, sensaciones, experiencias y demás. La última historieta comentada fue esa obra maestra que se llama “The Dark Knight Returns” de Frank Miller, y que los jovatos conocimos con la traducción que le diera Ediciones Zinco, “El regreso del Señor de la Noche”. Que este mes haya tocado esta obra me entusiasmó por tres motivos, primero por el simple hecho de volver a leer una de las obras más perfectas que ha dado el medio; segundo, para sacarme el mal sabor de boca que me había dejado el “Superman: Año Uno”; y tercero porque teníamos pendiente de lectura la tercer y cuarta parte de la saga (La raza superior y El niño prodigio), así que aprovechamos la relectura para seguir con las secuelas. Sin perder tiempo desempolvamos nuestro tomo recopilatorio, lo releímos y, aunque todo el mundo ya sepa de qué estamos hablando, vamos a hacer el comentario de rigor plagado de spoilers.
En el primer libro de esta historia crepuscular, los superhéroes son un vago recuerdo en la mente de la gente, fueron rechazados por la sociedad, prohibidos por el gobierno hace tiempo y Bruce Wayne está retirado de la actividad de justiciero desde hace diez años. Sin Batman en su vida está perdido, sin rumbo, vacío y busca llenar el hueco con alcohol y actividades de extremo peligro, como conducir autos de carrera defectuosos. Gotham está plagada de crimen y una banda criminal conocida como “Los mutantes” causa terror y detentan el poder real en la ciudad. Los jóvenes sin modelos a seguir, sin rumbo y sin lugar en la sociedad encuentran en el líder de los mutantes una inspiración, por lo que sus filas se cuentan de a miles.
La bestia en el interior de Bruce (Metafóricamente hablando) le habla cada vez más fuerte y lo obliga a revivir el pasado, a recorrer lugares familiares, a escuchar las sirenas y los gritos de auxilio, mientras lo acerca cada vez más a retomar el manto del murciélago. Intenta resistirlo, negarlo, evitarlo… pero todo es en vano. Con más de 50 años vuelve a vestir capa y capucha, regresa a las calles de Gotham a impartir justicia por mano propia.
Todo lo que sucede en Gotham y el mundo es reflejado por distintos medios de comunicación, pero la información es manipulada, parcial, tendenciosa y, sobre todo, presentada como si de un show se tratase, con debates en vivo, la voz del ciudadano de a pie, etc… La política está signada por lo que se dice en los medios, los políticos carecen de iniciativa y autoridad. El presidente de los Estados Unidos es parte del show de los medios de cara a la población, pero en privado lleva adelante una agenda propia y autoritaria, sobre todo en política externa.
En Arkham, el psicólogo Bartholomew Wolper da el alta a Harvey Dent y su cirujano plástico logró reparar la mitad deformada del rostro del ex Two Face. Harvey está listo para volver a la sociedad y su salida acapara todas las pantallas… Al poco tiempo de salir, vuelve al crimen y amenaza con poner bombas en las torres gemelas de Gotham si no recibe cinco millones de dólares.
Batman vuelve a colaborar con Jim Gordon, quien está próximo al retiro y juntos derrotan a Harvey. En la mente del villano, ambos lados de su rostro coincidían, pero estaban deformados… La cordura de Dent se perdió para siempre…
Una niña de trece años, hija de un matrimonio de izquierda que en su juventud estuvo en protestas y manifestaciones de todo tipo, se entusiasma con el regreso del justiciero y decide hacer algo al respecto… Su nombre es Carrie Kelley.
La noticia del regreso de Batman llega a los oídos de un aletargado Joker, aún internado en Arkham… Un brillo se renueva en sus ojos, está completo otra vez.
En el segundo libro los medios están todo el tiempo discutiendo sobre el regreso de Batman, con candentes debates en vivo y opiniones diversas. Una de las voces más ruidosas es la del doctor Wolper, quien responsabiliza a Batman de la reincidencia de Dent y de haber sido siempre el responsable del surgimiento de villanos.
Carrie Kelley se hace un traje de Robin y se lanza a combatir el crimen intentado dar con Batman en algún momento. Por su parte, Batman se decide a enfrentar a los mutantes y su investigación lo lleva hasta el General Nathan Briggs. Briggs había vendido ilegalmente armas a los mutantes y, al verse arrinconado, se suicida. Con un Batmobile que es un verdadero tanque armado, Batman enfrenta a los mutantes y va reduciendo sus filas con balas de goma. Pero el líder de la banda no se intimida fácilmente y desafía a Batman a combatir mano a mano. Bruce no puede resistir la tentación y sale del vehículo. Robin, siguiendo la pista de los mutantes llega al vertedero donde se estaba dando el conflicto.
El líder de los mutantes es más joven, más rápido y más fuerte que Batman, pese a su determinación, el Señor de la Noche pierde la batalla. No pierde la vida gracias a la oportuna intervención de la nueva Robin que lo rescata, lo mete en el tanque y se lo lleva a la cueva guiada por Alfred. La policía logra apresar al líder de los mutantes y gran parte de su banda, aunque este manifiesta haber vencido a Batman y que, al recobrar su libertad, reclamará el control de Gotham.
El alcalde, temeroso y guiado por las encuestas y la opinión pública, decide negociar la paz con el criminal. Tiene una entrevista con el líder de los mutantes en prisión, donde este lo asesina a sangre fría.
Batman sin sanar del todo, entiende que la única forma de vencer al mutante es derrotándolo en combate singular y ante todos sus seguidores, de ese modo, verían que su líder tenía pies de barro. Junto con Robin y Gordon idean un plan para plantear el escenario. Robin se infiltra entre los mutantes y filtra el mensaje de que el líder los quiere a todos en el vertedero esa noche. Gordon libera al mutante y Batman lo guía hacia una alcantarilla que desemboca en una ciénaga del vertedero, donde lo está esperando. Allí, frente a todos los jóvenes identificados con los mutantes, se da la lucha cuerpo a cuerpo entre ambos. Esta vez, sabiéndose inferior a su rival, Batman pelea con más inteligencia que pasión y consigue derrotarlo… Con su líder vencido, los jóvenes que seguían a los mutantes ven en Batman un nuevo modelo a seguir e imitar. Dejan la vida criminal y empiezan a impartir justicia en la ciudad…
Este revuelo social no pasa desadvertido ni para los medios ni para los políticos. En Washington, un avejentado Ronald Regan convoca en la casa blanca a su arma secreta. El presidente le pide a Superman que esté atento al regreso de Batman y, si llegara a ser necesario, que lo invite a retirarse nuevamente.
A Gordon le llega el retiro y su puesto es ocupado por la oficial Ellen Yindel, de historial intachable y con postura tomada respecto a Batman… No acepta a los vigilantes.
En el tercer libro, Clark visita a Bruce y le pide que se lo tome con calma, que no llame mucho la atención. De otro modo, le pedirán que lo detenga y no quiere llegar a ese extremo.
El doctor Wolper le da el alta al Joker y para probar que está rehabilitado arregla una entrevista en un programa de televisión. El Joker es un recluso modelo.
En la nación centroamericana de Corto Maltés, la tensión entre Estados Unidos y la Unión Soviética crece. Ambos quieren imponerse en el territorio, pero el temor al conflicto nuclear los detiene… Sin embargo, los soviéticos se animan a dar el primer paso e invaden el territorio. Regan envía a Superman a escondidas del ojo público a intervenir. Como un rayo rojo y azul, el hombre del mañana desactiva la armada enemiga.
Los ex mutantes, ahora conocidos como “Los hijos de Batman”, operan en toda la ciudad y declaran en los medios que están siempre vigilantes.
La comisionada Yindel comienza su operación para atrapar a Batman, por lo que el Hombre Murciélago vuelve a enfrentarse a la policía.
El Joker aparece en televisión, asesina a todos los presentes y escapa. Tiene un plan mediante el cual expone el accionar norteamericano en Corto Maltés, fuerza el suicidio de un diputado y se prepara para el enfrentamiento final con Batman.
Las pistas que reúnen llevan a Batman y Robin la feria del condado, donde miles de victimas potenciales están a merced del Joker. Allí se da la batalla final entre ambos, al tiempo que la policía llega a intentar detenerlos…
En el cuarto y último libro, el Joker se suicida negándole a Batman la satisfacción de darle fin por mano propia. Extremadamente herido, el Señor de la Noche escapa a duras penas de la policía gracias a la ayuda de Robin y vuelve a la cueva para sanar.
la Unión Soviética lanza un misil nuclear experimental como respuesta al accionar de Estados Unidos en Corto Maltés. Superman logra desviarlo, pero el misil explota de todos modos y sumerge a América del Norte en una noche eterna y todo abastecimiento eléctrico queda interrumpido. Superman queda notablemente debilitado por la radiación y, al estar bloqueado el ingreso de luz solar, intenta regenerarse con la radiación solar almacenada en las plantas.
El caos se apodera de Gotham y Batman lidera a sus “hijos” para devolver la calma a la ciudad y ayudar con los distintos incendios que se producían aquí y allá. Se vuelven la autoridad en Gotham y la mayor parte de la sociedad, liberados del influjo de los medios de comunicación por la falta de electricidad, les responden favorablemente y agradecen su accionar.
Esto no pasa desapercibido para el presidente, quien le pide a Superman que lo saque del mapa. Clark lanza el desafía y Bruce acepta.
Los cielos comienzan a despejarse, vuelve la electricidad y comienza a caer una nevada radioactiva.
Bruce se calza una armadura y, con ayuda de Robin y de Oliver Queen (Quien perdió un brazo gracias a Superman), trazan un camino lleno de obstáculos que van debilitando a Superman hasta que llega a verse las caras con Batman.
Alfred hace implosionar la mansión Wayne, destruyendo todo rastro de la vida de Batman y muere.
El Señor de la Noche le da a Superman la paliza de su vida, le hace ver que es el perro faldero del poder y que, de así decidirlo, los hombres pueden alzarse en su contra. Pero le da un paro cardíaco y muere…
Se revela públicamente la doble identidad de Batman, todos los millones de Bruce Wayne desaparece sin dejar rastro y poca gente asiste a su funeral.
En el cementerio antes de partir, Clark escucha que el corazón de Bruce vuelve a latir. Le guiña un ojo a Carrie y parte sin decir palabra.
Bruce, Carrie y los “Hijos de Batman” se reúnen en las cuevas que se extienden bajo Gotham, todos serán entrenados por Batman….
Por donde se la mire, está obra es perfecta. No tiene fisuras ni puntos flojos en ningún lado. A pesar de la juventud de Miller a la hora de escribir esto, logra una obra épica, emocionante, compleja, con distintos niveles de lectura, que logra poner en tensión y en tela de juicio el rol de los superhéroes, de los medios de comunicación, de los líderes políticos, de las fuerzas armadas, etc…
Para empezar, y como dice Moore en la introducción del presente libro, al agregar el factor “tiempo” en el personaje ya logra que la historia sea interesante. Es decir, los superhéroes siempre están en su plenitud y nunca envejecen, pero acá Miller nos muestra a Wayne acabado y retirado. Todo el romanticismo que supone el héroe que regresa para dar una última batalla, para entregarlo todo una vez más, aunque eso le cueste la vida, es lo más atrapante de la historia. Pero además imagina un futuro no muy lejano donde las comunicaciones manejan la opinión pública y las voluntades políticas, pero no funcionan como un ente único y homogéneo, sino que hay distintos medios y cada uno presenta la información como mejor cree que le conviene. Está muy presente el factor “espectáculo”, rodeando a las noticias de show mediático, donde también tiene mucha importancia la opinología, cualquiera puede dar su parecer sin importar que esté capacitado o tenga toda la información necesaria para emitir una opinión competente (Lo que hacemos acá, sin ir más lejos). Solo le faltó imaginar comunicaciones por redes sociales con lo cual, hoy estaríamos hablando de un Miller Nostradamus.
El contexto político tiene una notable importancia para dar cuenta de en que clase de realidad Batman decide volver a calzarse el traje. Si bien a nivel local los alcaldes son bastante inútiles y manejables, el rol del presidente de los Estados Unidos es del todo diferente. Como decíamos antes, siempre que se presenta ante cámaras es con show y optimismo, aunque tenga que dar malas noticias, como si la forma obtuviera más réditos que el contenido entre el electorado. Pero, a diferencia de sus pares regionales, tiene tomadas las riendas del poder y marcadas las pautas de lo que quiere y lo que permite. Por supuesto, que Superman esté a su disposición le da una carta ganadora con la que nadie más cuenta. Es por eso que, a diferencia de la realidad de los años 80´s y el período de guerra fría, aquí Norteamérica decide confrontar a sus rivales soviéticos con su arma secreta, tensionando la situación a tal punto que la respuesta es nuclear, algo que nunca terminó de darse con Cuba y la Unión Soviética (Por suerte…). Del mismo modo, se deja entrever que puertas adentro mantiene la misma mano dura con la que prohibió el accionar de los héroes, forzándolos al retiro con ayuda del hombre del mañana. Por lo demás, si nadie se sale de la senda estipulada, cada quien puede gobernar su territorio como mejor le parezca.
Tanto Superman como Batman tienen sus actitudes y posiciones un tanto exacerbadas, lo que no llama la atención con respecto a Batman ya que siempre tuvo esa tendencia, pero es una novedad en cuanto al último hijo de Krypton. Si bien la postura que tiene no desentona con lo que se podía esperar de él, porque siempre se consideró estadounidense y vociferó su amor por el “American Way” y demás, no deja de estar llevada al extremo… pero funciona bien para los fines que se propone Miller. Es la contracara perfecta de Batman en un marco en el que ambos consideran que están haciendo lo correcto y creen que las acciones del otro traerán más perjuicios que beneficios. Clark es más propenso al diálogo y Bruce a resolver la disputa a los golpes…
Carrie Kelley es un acierto desde todo punto de vista. Esta jovencita, cansada de las posturas pacifistas-socialistas de sus padres, se manda a mudar prefiriendo la vida militar que le propone Batman antes que los eternos debates familiares. Decidida, inteligente y autosuficiente aprende enseguida como manejar a Batman. Todo el tiempo lo trata con sumo respeto, pero a la vez desobedece todas las ordenes, tomando decisiones por iniciativa propia y desafiando al líder, que termina dando el brazo a torcer porque el accionar de la muchacha es siempre una mejora con respecto al plan previsto por Batman (Aunque no lo reconozca verbalmente).
Finalmente, los dos villanos clásicos que se enfrentan a Batman en esta historieta sirven como epílogo de todos los cierres que el Caballero Oscuro habrá tenido con su galería de villanos. Por un lado, con Harvey reincide en el intento eterno de rehabilitación, de darle una nueva oportunidad con su correspondiente tratamiento, mientras que con el Joker busca un final definitivo. Harvey es un criminal independientemente de Batman, pero el Joker existe gracias a Batman. Tras el retiro del héroe había caído en un letargo del que solo pudo salir cuando este regresó, y esto hace que Batman se responsabilice por todas las muertes que el demente provocó. Si este es su último viaje, también lo será para el Joker…
El apartado gráfico es tan perfecto como la historia. Rediseña y envejece a todos los personajes a su antojo y funcionan de mil maravillas. La vejez de Batman es tan impactante como el volumen de su cuerpo, y sin embargo se mueve con gracia de bailarina clásica. Diseña una Gotham asfixiante, oscura, húmeda y gris que pone el marco ideal para la trama. El imaginario que crea para los mutantes, los periodistas, los distintos disfraces que usa Batman, los villanos, los robots bomba o los vehículos por nombrar algunos, tienen una fuerza aplastante y definitiva.
Desconozco cuanto de lo que se ve en estas páginas corresponde a una decisión intelectual y cuanto a la intuición creativa, con la que evidentemente Frank contaba de sobra, pero le marcan un ritmo al lector sorprendente. Tienen una puesta tan exacta que los ojos se mueven solos de un punto al siguiente sin el mínimo margen de error. Y la enorme variedad de planteos que propone parecen infinitos, desde páginas con muchas viñetas pequeñas a otras en donde combina distintos tamaños con una solvencia increíble y metiendo muchas splash pages que son obras de arte inolvidables.
Klaus Janson ya venía trabajando con Frank desde Daredevil y a esta altura están en un estado de comunión casi espiritual, no parece que se tratara de dos artistas distintos trabajando en las mismas páginas. Todo lo que hace Janson suma y enriquecen los fantásticos lápices de Miller.
Algo similar ocurre con la paleta de colores que utilizó Lynn Varley, con esos tonos apagados, llenos de grises y una importante cuota de palidez logra acentuar el clima opresivo y crepuscular de la obra, pero alternándolos con colores estridentes cuando algunas escenas así lo requieren.
Janson y Varley son dos artistas que supieron estar a la altura del torbellino creativo en que se encontraba Miller en ese momento y entre los tres dan vida, como ya dijimos demasiadas veces, a una obra absolutamente magistral.
Como se trata de una historieta que ya todo el mundo conoce, pensé que esto iba a ser breve… Pero se extendió más de lo aconsejable desde todo punto de vista, así que vamos terminando… Si por esas casualidades queda alguien sin leer esta obra maestra, por favor vaya a leerla ahora mismo!
Este tomo de Zinco es completamente inescaneable, por lo que las imágenes que acompañan esta lectura comentada están tomadas de la web… Sepan disculpar.
- “Debería ser una agonía. Debería ser una masa de músculos doloridos, rotos, incapaz de moverse. Así sería si fuese un hombre viejo… pero de nuevo soy un hombre de treinta, de veinte años. He vuelto a nacer… un animal salvaje.”
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Que joya que tenias con la edición de Zinco, con la intro de Moore!! Yo veía las publicidades y moría. Recién tuve los 2 tomitos de Vid a $10 que todavia conservo, y hace poco le compre a mi viejo la de ECC/Ovni, la verdad muy bonita, con todos los bocetos. Muy buena y completa la reseña de esta obra maestra.
ResponderEliminarEste tomito lo compé en el verano del 94 en Camelot, si mal no recuerdo a 15 pesitos... Una ganga!!! Pero el encuadernado es medio flojo... Más tarde, ambién me compré los de VID para poder abrirlo sin temor a que se caigan todas las páginas!!!
EliminarCuando escribes: " Está muy presente el factor “espectáculo”, rodeando a las noticias de show mediático, donde también tiene mucha importancia la opinología, cualquiera puede dar su parecer sin importar que esté capacitado o tenga toda la información necesaria para emitir una opinión competente (Lo que hacemos acá, sin ir más lejos). Solo le faltó imaginar comunicaciones por redes sociales con lo cual, hoy estaríamos hablando de un Miller Nostradamus."
ResponderEliminarCasi das en el clavo de lo que expone Miller. Miller nos dice que los medios siempre mienten, depende de quien los financie... Pasaba en los 60 con la radio, en los 80 y 90 con la TV, y ahora con las redes sociales... El no predice ni imagina, el expone una realidad constante de los medio de comunicación. Excelente análisis de la obra, felicitaciones!
Gracias por leer y cometar amigo Juan!!!
EliminarObra maestra y rompedora, imaginen que nadie había pensado la saga crepuscular por excelencia antes de esta historia de 1986. Yo me quedo con el primer episodio que es perfecto, el del regreso contra dos caras, el resto de la historia es genial, pero ese primer episodio me pone la piel de gallina.
ResponderEliminarCoincido!! Los demás capítulos van creciendo en épica cinematográfica, pero el primero funciona como una historia independiente pulp perfecta. Podría haberla dejado ahí y funcionaba igual.
EliminarY una cosa más: mil cosas no me gustaron de BvS, pero una que no le perdono es, como no usó el momento "girasoles" con Superman??? Estaba servido, un pecado.
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