En el año 2011 Norma Editorial publicó “The Rocketeer – Las historias completas”, que recopila la totalidad de las historietas del aventurer...

Rocket Man! “The Rocketeer – Las historias completas”

En el año 2011 Norma Editorial publicó “The Rocketeer – Las historias completas”, que recopila la totalidad de las historietas del aventurero del Jetpack realizadas por su creador Dave Stevens. Este material fue editado originalmente por Pacific Comics a partir de 1982 y esta edición en particular fue recoloreada por Laura Martin para la versión editada por IDW. Laura fue pareja de Stevens y, según cuenta la leyenda, él mismo le habría pedido que realice nuevamente el color de su obra. Edición en tamaño comic book, de tapa dura con sobrecubierta y excelente calidad de papel e impresión.

La historia, que se divide en dos arcos y el primero es conocido como “The Rocketeer” a secas, se desarrolla en el año 1938 en Los Ángeles. El protagonista es un joven llamado Cliff Secord y tiene solo dos obsesiones en la vida, su pasión por los aviones y un desbocado amor por su bellísima novia Betty (Que es igual a la famosa estrella de fotografías pin-up de los 50´s Bettie Page, sobre lo cual volveremos más tarde). Todo comienza cuando unos espías nazis roban el prototipo Cirrus-X3, un jetpack del gobierno que estaba desarrollando el mismísimo Howard Hughes, pero son descubiertos y perseguidos por la policía. En la huida se meten en el aeródromo “Chaplin” donde trabaja Cliff como parte del circo aéreo, y ocultan el Jetpack en su avión. La policía les da alcance y los someten. Cliff encuentra el objeto robado y decide quedárselo para montar un espectáculo que lo llene de dinero y así poder halagar y contentar a su novia. Su objetivo es que Betty deje de posar ligera de ropas para un fotógrafo llamado Marco que quiere llevarla a Nueva York en busca de fama. Le cuenta su plan a Ambrose Peabody, más conocido como Peevy quien es su amigo y mecánico, y le pide ayuda para concretarlo. Peevy le aconseja devolver el cohete a las autoridades, pero termina cediendo ante la testarudez del joven. Gracias a su experiencia, Peevey nota que es imposible direccionar el vuelo del jetpack, por lo que diseña un casco con alerón en la parte superior del mismo, que funciona como timón. Entretenidos ambos con estos menesteres, olvidan que tenían función de vuelo en el aeródromo y un suplente completamente alcoholizado comienza el número. Cuando Cliff llega, el avión esta fuera de control en pleno vuelo, lo que fuerza la primera aparición en público de The Rocketeer. Logra salvar al piloto, pero en el proceso daña el biplano y varias de las instalaciones del aeródromo ante un público que queda fascinado por el hombre volador.





La aparición de Rocketeer alerta sobre la ubicación del cohete tanto a los nazis que lo quieren robar como a las autoridades del F.B.I. que quieren recuperarlo. Betty y Peevy sugieren constantemente a Cliff que evite problemas y lo devuelva, pero a pesar de que momentáneamente parece entrar en razón, nunca lo hace.
La inexperiencia del joven y su terquedad no solo lo ponen continuamente en peligro a él, sino también a sus personas más cercanas. Como si esto fuera poco, dos matones contratados por Hughes se suman a la búsqueda y captura de Cliff.
Después de muchas idas y vueltas, y de caer en manos tanto de nazis como de federales, Rocketeer ayuda a evitar que los sicarios de Hitler se roben un avión experimental llamado “La Langosta” motivo por el cual termina hospitalizado. Betty, cansada de intentar sin éxito que Cliff madure, siente cabeza y puedan proyectar una vida juntos, se va a Nueva York con Marco, quien constantemente intenta seducirla.
Cuando los días de Rocketeer parecen terminados, Cliff se despierta en el hospital, busca el Cirrus-X3 y se escapa a la gran manzana en busca de su amor con su avión monoplaza…
Esto da paso al segundo arco, llamado “La aventura de Cliff en New York”. A pesar de que se comienza a publicar en 1988 (6 años después del inicio de la anterior), la historia es una continuación directa. De hecho, todavía encontramos a Cliff volando hacia Nueva York. Al llegar a destino se encuentra con Goose, un viejo amigo que le ofrece trabajar para su jefe, un millonario que ha aceptado entrevistarlo. Cliff se niega y le recuerda que su único objetivo es encontrar a Betty. Goose decide acompañarlo y comienzan a recorrer todos los clubs nocturnos hasta dar con ella. La encuentran reunida con Marco y varios colegas de este planeando un viaje a Europa. Cliff no puede evitar comenzar una pelea, pero se ve ampliamente superado. La feroz y desigual golpiza es detenida por el Señor Jonas, jefe de Goose (Aunque no se lo nombre, este no es otro que The Shadow, el famoso vengador que surgiera de los pulps de los años ´30).
Cliff discute con Betty y la deja plantada seguro de que ella partiría con Marco hacia Europa, aunque en realidad la angustiada muchacha decide dejar al fotógrafo y volver a Los Ángeles en busca de Cliff…




Al no tener dinero ni planes, Cliff se queda unos días en Nueva York y acepta la oferta de Jonas. Pero este no requiere sus servicios como piloto, si no los de Rocketeer (Los recursos de The Shadow le permite acceder a este tipo de información y conocer la otra identidad del aventurero). La misión consiste en entrar un hotel usualmente utilizado por criminales, revisar una habitación en específico y partir volando de allí con alguna pista que ayuda a revelar la identidad de su ocupante quien está sospechado de asesinato.
Cliff descubre que el asesino está relacionado con su pasado, y con la troupe de un circo del que formó parte en su juventud. Con estas pistas y la guía de Jonas, The Rocketeer intentará impedir que el criminal cumpla su objetivo de matar a todos los miembros de aquel circo…
La historia, muy pobremente descrita aquí, es entretenida de principio a fin y es una fiesta para los ojos. Destila amor por aquellas materias con las que se obsesionaba Stevens, las mujeres, los aviones y los pulps. La documentación y ambientación son realmente extraordinarias, vehículos, vestuarios, arquitectura, nada está fuera de lugar y el color de Laura Martin refuerza la estética y el clima de la obra.
El dibujo de Stevens es asombroso, tiene volumen, dinamismo y las puestas en páginas y sus diseños son muy variados y siempre acertados para acompañar una sólida narrativa. Solía comentar el autor cuanto disfrutaba con bocetar las páginas, jugar con el lápiz, con diferentes diseños, perspectivas, ensayar los movimientos, trabajar con fotografías para tomar poses correctas y demás, pero le fastidiaba muchísimo el entintado, detalle y acabado. Detalle y acabado al cual se aplicaba de lleno logrando un resultado inapelable, pero era un proceso del que no disfrutaba nada. De ahí que su producción fuera extremadamente lenta y es por eso que The Rocketeer pasó por tantas editoriales (Pacific comics primero, Eclipse y Comico después) y que, a pesar de haberse extendido por más de 10 años en su publicación, apenas se superan las 100 páginas. De hecho, a sabiendas del hastío que le provocaba el acabado, para el segundo arco buscó asistencia de primer nivel. Así, se sumaron artistas como Arthur Adams, Geoff Darrow, Michael Kaluta y Stan Manoukian entre otros. Nombres que garantizaban mantener el nivel gráfico de Stevens y, si bien se nota alguna diferencia entre ambos arcos, no es de calidad sino de la impronta que imprime cada dibujante.




Durante la década del 80 se produjo una revolución en el comic norteamericano proveniente desde las editoriales independientes o under que había comenzado en la década anterior. Con Fantagraphics a la cabeza, surgen editoras como First Comics, Mirage Publishing, las mencionadas Eclipse, Comico y Pacific Comics entre otras, de donde nacen personajes tan reconocibles hoy como Usagi Yojimbo, Teenage Mutant Ninja Turtles, Cerebus, Grendel y muchos más. The Rocketeer debuta como complemento en las últimas páginas de Starslayer #1 y rápidamente se gana la portada del título “Pacific Presents” (Compartida de vez en cuando con The Missing Man de Ditko). La repercusión fue tal que cambio la historia para la bella Bettie Page quien había sido muy famosa en los 50´s, pero que en los 80´s había caído en el más ingrato de los olvidos. La inclusión de su imagen en las aventuras de Rocketeer hizo que la gente volviera a interesarse en ella y de la noche a la mañana se encontró con una inesperada nueva fama. Averiguó de dónde provenía y se acercó a conocer y agradecer a Dave Stevens. Forjaron una gran amistad que perduró hasta el fallecimiento de ambos en 2008 (Dave en Marzo, Bettie en Noviembre).
La presente edición se complementa con más de 150 páginas de material adicional entre el que se incluye reproducción de portadas, bocetos, escritos y comentarios del autor, fotografías, diseños preliminares y mucho más. Una edición muy recomendable (Tanto la de Norma en español, como la de IDW en inglés) aunque un poco cara. También hay una edición de la primera aventura editada por Zinco en formato álbum europeo, que todavía se consigue a buen precio.




“El año es 1938, y Los Ángeles está a punto de conocer a… The Rocketeer!!!!!”



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