Tras el fracaso de ventas que obtuvieron los episodios realizados por Roy Thomas y Neal Adams (Con algunas colaboraciones esporádicas de Don Heck, Sal Buscema y otros) entre los números 56 y 66, el título se cancela y de ahí en más se reimprimen números viejos para mantener a los mutantes en los puntos de ventas… Esto permanece igual hasta la llegada del famoso Gian Size X-Men #1 (1975) donde Len Wein y Dave Cockrum introducen una nueva formación del equipo. La historia continúa en el número 94 de Uncunny X-Men donde un joven Chris Claremont aparece acreditado como guionista. Junto con Cockrum en los dibujos, la dupla realiza 14 números en gran nivel, creando personajes y profundizando la personalidad de los integrantes del equipo, volviéndolos tridimensionales y creíbles, estrechando los lazos entre ellos y logrando hacer interesante no solo la batalla de turno, si no el devenir de las personas detrás de las máscaras. El punto álgido de estos episodios surge en la saga de Phoenix, cuando Jean Grey se fusiona con la increíblemente poderosa entidad cósmica. En mi opinión, la aparición de Claremont resultó fundamental para el éxito del título y la mega popularidad que estos personajes fueron ganando con el correr de los años.
En el número 107 Cockrum se despide y a partir del 108 el arte cae en manos del Maestro John Byrne. Claremont y Byrne ya habían colaborado anteriormente en títulos como Iron Fist, Marvel Preview o Marvel Team-Up, y vuelven a coincidir en la cabecera mutante en un momento en el que ambos estaban en la cúspide de su creatividad (Lo que, con algún esporádico tropezón, supieron mantener por muchos, muchos años juntos o por separado). Comienza entonces una verdadera catarata de ideas, un derroche de creatividad donde cada número es mejor que el anterior y todos dejan al lector boquiabierto. Aparece Alpha Flight, Wolverine gana cada vez mayor protagonismo a la vez que vamos descubriendo de a poco el misterio que lo envuelve, reaparece Magneto, viajan a la Tierra Salvaje, vuelve Sufire y visitan el Japón, enfrentan a Arcade en sus juegos mortales, se desata la fuerza Phoenix nuevamente, enfrentan a Proteus -un poderoso mutante hijo de Moira Mac Taggert-, aparece Dazzler la mutante musical, crean al Hell Fire Club y sus notables miembros Sebastian Shaw, Emma Frost, Donald Pierce y Harry Leland quienes fuerzan a Jean Grey (Con la fuerza Phoenix en su interior) a convertirse en su Black Queen, esto desemboca en la aparición de Dark Phoenix, la búsqueda de justicia del Imperio Shi´Ar, la inolvidable batalla en la luna entre los X-Men y la Guardia Imperial por la vida de Jean, la dura derrota y la triste muerte de Marvel Girl. Cyclops abandona el equipo, suman a una joven Kitty Pryde en la escuela y, batalla con Wendigo mediante, llegamos al número 141 y a la saga en cuestión…
La historia transcurre en dos líneas temporales distintas, el presente situado en 1980 y el lejano año 2013. En el futuro los Centinelas tomaron control de los Estados Unidos eliminando a todo aquel que se les oponga, sea mutante, humano o superhéroe. Un reducido puñado de mutantes continúa con vida bajo el control de los centinelas y están obligados a llevar un collar inhibidor que anula sus poderes al tiempo que viven en campos de concentración regidos por los mencionados robots. Ellos son Storm, Colossus, Kitty Pryde, Franklin Richards (El hijo mutante de los fallecidos Reed Richards y Susan Storm), Magneto y Rachel Summers-Grey (Hija de Jean & Scott, aunque este lazo familiar no se revela en esta historia porque a esta altura Jean estaba muerta). Por su parte, Wolverine es Coronel en una resistencia con base en Canadá. Los Centinelas están próximos a extender su control a otros países, pero el resto del mundo tiene planificado un ataque nuclear contra Estados Unidos ante el primer signo de ofensiva Centinela, lo que seguramente ocasionará un holocausto a escala global. Los X-Men idean un plan para cambiar las cosas…
La historieta comienza con una entrada en años Kate Pryde caminando por la destruida Nueva York a la espera de un encuentro furtivo con Wolverine, que viene de Canadá. Unos pandilleros la interceptan, pero para su infortunio estos se encuentran con Logan… Wolverine le entrega a Kitty el último componente necesario para armar un dispositivo que anulará los collares inhibidores. Kate vuelve al campo de concentración y junto a sus compañeros arman el artefacto. El plan consiste en utilizar los poderes psíquicos de Rachel para transportar la mente de Kate al cuerpo de la joven Kitty (Su versión del pasado), y así intentar evitar el asesinato del senador Robert Kelly, hecho que suponen es el detonante de una serie de eventos que desembocan en este futuro apocalíptico. Durante todo el tiempo que Kate esté en 1980, su cuerpo del futuro permanecerá inconsciente. La terea del resto del equipo es estar constantemente en movimiento para no ser hallados por los Centinelas y mantenerla con vida el tiempo que sea necesario para que pueda completar la misión.
Mientras tanto en 1980, Charles y Moira ya están en Washington para asistir a la sesión del congreso donde Robert Kelly presentará su propuesta para crear un “Acta de Registro Mutante” que permita identificar a cada mutante existente y saber que poderes posee. En Westchester, el día comienza normalmente para los X-Men quienes entrenan en la Sala del Peligro con su habitual rutina. Tras el ejercicio realizado en la sala por Kitty Pryde, la joven cae inconsciente. Al volver en sí, ya no es Kitty sino Kate, la mujer que será en 30 años tomo control de su cuerpo… Después del shock de volver a ver vivos y jóvenes a sus compañeros, los pone al tanto de la situación. Ante la duda, Storm ordena que el equipo vuele a Washington para que Xavier pueda leer la mente de Kate y confirmar su relato.
En el futuro, Magneto, Franklin y Wolverine sacrifican sus vidas al enfrentarse a los Centinelas, logrando que los miembros restantes del equipo puedan continuar escapando…
Charles confirma la veracidad de lo que Kitty les cuenta al tiempo que la nueva formación de la “Hermandad de Mutantes Diabólicos” liderada por Mystique, irrumpe en el senado buscando matar a Kelly como advertencia de que los mutantes no quieren ser controlados.
Los X-Men se enfrentan a ellos en pos de salvar la vida de Kelly. La batalla se traslada a las calles e interviene el ejército.
Otro salto temporal donde Storm y Colossus mueren enfrentando a los Centinelas del futuro, dejando el equipo reducido solo a Rachel quien mantiene en sus brazos el cuerpo desvanecido de Kate…
De vuelta al presente, Destiny (Miembro de la hermandad con el poder de predecir el futuro) logra escabullirse hacia donde se encuentra el senador y se dispone a matarlo, solo la oportuna intervención de Kitty evita el asesinato al tiempo que la mente de la Kate del futuro se despega de su versión joven volviendo a su tiempo y sumiendo nuevamente a la muchacha en la inconsciencia…
Excepto por Mystique, todos los integrantes de la Hermandad son apresados… Los X-Men regresan en el avión privado de Warren Worthington III (AKA Angel) hacia Nueva York… Mientras le relatan todo lo sucedido a Kitty, se preguntan si toda esta aventura habrá surtido efecto… ¿efectivamente pudieron cambiar el futuro?
Esta historieta para mí, entra en el rango de “Obra Maestra”. Estos dos números junto con el 137 (La mencionada batalla en la luna por la vida de Jean Grey) son los mejores de esta dupla, a pesar de que todos tienen un excelente nivel. Claremont estaría al frente de los mutantes durante 17 años seguidos, y siempre manteniendo la misma generosidad de ideas, de historias, de personajes, de sagas increíblemente buenas… Al tiempo que también fue generoso con los dibujantes que lo acompañaron, siempre tratando de escribir historias en las que ellos se pudieran lucir… Tras la partida de Byrne, trabajó con artistas de la talla de Josef Rubinstein, Paul Smith, John Romita Jr, Jackson Guice, Arthur Adams, y muchos otros. Los mutantes tuvieron un antes y un después a Chris Claremont y los guionistas que los sucedieron vampirizaron sus historias y conceptos mucho más allá de lo tolerable en algunos casos…
Por su parte, el nivel que John Byrne tiene en el título es soberbio. No necesita abusar de las splash pages (Hay solo 3 entre ambos números y dos corresponden a la página 1 de cada número donde van el título y los créditos, así que no cuentan…) o de viñetas enormes para asombrar al lector. Todas las viñetas están excelentemente planteadas, con un nivel de detalle asombroso y una notable variedad en los diseños de página y enfoques en cada una de ellas… Mención especial para las dos portadas que realizara para estos números, las dos son una verdadera obra de arte que han quedado grabadas en la retina y los corazones de todos los amantes de la obra del Maestro Byrne y de las historietas, además de que han sido homenajeadas y saqueadas hasta el infinito… Y con justa razón.
Esta saga termina en el # 142 y para el #144 Byrne ya se habría alejado del título para volverse autor integral de Fantastic Four (Donde también derrocho magia durante 80 números aprox.), dejando atrás al mejor equipo creativo de la historia mutante, equipo que habrá tenido sus diferencias porque, lamentablemente, no han vuelto a trabajar juntos…
Como dijimos al principio, prácticamente no queda nadie sin leer esta maravilla, pero sí de casualidad estás leyendo estas líneas sin haber leído esta historieta… No pierdas más el tiempo acá y anda a buscarlas… Me lo van a agradecer!!
- “Salvamos al Senador Kelly, Profesor. La mente de Kitty ha vuelto a su cuerpo. ¿Hemos cambiado el futuro?
- “No lo sé Warren. Por duro que parezca, sólo el tiempo lo dirá…”
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