Mezclando aventura, ciencia ficción y erotismo, Lovechip nos cuenta la historia de la teniente Jaden, una mujer empleada de una empresa militar privada que vende sus servicios al mejor postor, por lo que ella se ve obligada a intervenir en distintos conflictos en favor de quien pague más. Su copiloto es Shake, un robot que además es su amante y compañero ideal. Pero en una batalla Shake es destruido y ella solo consigue rescatar el chip central del robot, el cual conserva todos los datos de la personalidad y los recuerdos de su amante artificial. Jaden comienza a recorrer el espacio en busca de otro robot modelo Shakespeare 800, lo que no es tan sencillo por ser un modelo antiguo y en desuso, para poder recuperar a su amante. En el camino se encontrará con Yoga Suteki, un camionero espacial que también tiene un amante robot. Juntos enfrentarán diversos obstáculos que los irán acercando, haciendo que vuelvan a contemplar la posibilidad de amar nuevamente a un humano…
Con guion del gran Emilio Balcarce, Lovechip cumple con lo que promete, sexo en el espacio, aventuras, naves espaciales y grandes conflictos intergalácticos. Si bien la obra es entretenida cae en algunas obviedades. Por ejemplo, todas las culturas, planetas y razas que se presentan tienen paralelismos muy evidentes con hechos de la historia y la cultura popular (Una raza de lagartos racistas de llaman “nozis”, los modelos de robots tienen nombres del tipo “Arnold 3000” o “Sylvester 2000”, un planeta lleno de fumadores viciosos se llama “Nicotin”, la mayoría de las razas extraterrestres son animales antropomorfos y cosas por el estilo…). Por otra parte, el devenir de la obra es bastante predecible y las excusas para llegar a las escenas sexuales algo torpes… Sin hacerle sombra a las mejores obras de Balcarce, Lovechip es una historieta pasatista que rinde tributo a las pasiones del autor como el cine de acción ochentoso, las naves, el sci-fi y que se deja leer.
El dibujo está en manos de Guillermo Donés, a quien no tenía el gusto de conocer. Esta es la tercera obra en la que colabora con Balcarce para el mercado italiano y la primera en tener edición nacional. La verdad es que el dibujo no tiene mucho detalle, se esmera bastante más en las maquinarias que en los humanos o humanoides y el nivel general tiene cierto aire amateur que no me termina de convencer. Lo que me resulta extraño, porque la presente edición tiene una introducción de Balcarce que está ilustrada con páginas de las colaboraciones anteriores de la dupla, y el dibujo se ve francamente mejor en esas obras que en la presente, lo que me lleva a pensar que tal vez, el nivel amateur no sea una limitación, sino una elección del dibujante, elección que no favorece en nada a la obra.
Editada por D+I Ediciones en 2017, en el mismo formato grande con que publicaron algunas obras de Mazzitelli y Alcatena en el pasado.
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