En el año 1987 se estrena la maravillosa película Robocop de la que soy fana incondicional, en 1990 sale a la luz la secuela, en la que interviene Frank Miller como uno de los guionistas y, aunque inferior a la primera, es muy buena peli, y en 1993 tiran todo a la basura con Robocop 3, una peli floja, hecha con muy poca plata a la que ni la participación de Miller puede rescatar (Pero Robocop vuela y se enfrenta a un robot ninja, por lo que suma puntos). Por su parte, en 1983 Lobo debuta en tercer número de la cabecera “Omega Men”, creado por Keith Giffen & Roger Slifer. Sin embargo, recién en la década del 90 la fama de Lobo se propulsa a la estratósfera de la mano del propio Giffen, Alan Grant y Simon Bisley con las primeras miniseries dedicadas al personaje. A partir de ahí, Lobo se multiplicó en apariciones en distintos títulos de la DC, fue material de crossover constantemente, tuvo más miniseries, one-shot´s y hasta su propia colección mensual. Así llegamos a comienzos de 1994, pocos meses después del estreno de la tercera entrega del robótico policía del futuro, cuando a Alan Grant se le ocurre mezclar lo caminos de ambos personajes en un one shot llamado Lobocop, acompañado por los dibujos de Martin Edmond.
La ciudad de Detrout está dominada por la corporación
O.C.S., quienes tienen el proyecto del policía robot. En un bar de la misma
ciudad, Lobo se agarra la borrachera de su vida cayendo en la completa
inconciencia después de armar terrible quilombo. Allí se presenta el jefe de
policía Olly con la Doctora Fxxx, quienes se llevan el cuerpo de Lobo por considerarlo
ideal para el proyecto. Entra en la sala de operaciones y, al descorcharle el
coco, descubren que el cerebro de Lobo tiene auriculares que emiten heavy metal
al mango todo el tiempo. Como si de un adicto se tratara, controlarán los
impulsos de Lobocop con el suministro de la música. La operación es un éxito y
el policía del futuro está listo para entrar en acción. Sin embargo, y fiel a
su esencia, la aplicación de justicia que hace Lobocop es bastante irrestricta
y generosa. Entiende las directivas instaladas en su cerebro como quiere y ve
crímenes en todos lados… Intentan frenarlo cortándole el suministro musical y
ahí se pone verdaderamente loco… Vuelve a la central de O.C.S. a visitar a Olly
y Fxxx para pedirles, amablemente como indica su comportamiento habitual, que
lo vuelvan a la normalidad…
Alan Grant hace otro número humorístico de Lobo, con su
característico humor ácido y escenas hiper cargadas de violencia. Suma en esta
oportunidad, como hiciera otras veces, la parodia. Toma de cada peli aquello
que más lo divierte y lo mezcla con Lobo en tono paródico… La selección del
cuerpo a convertir en robot, la O.C.P. y el jefe de policía senil de la
primera, la sensual y corrupta Doctora Faxx de la segunda, los noticieros de
televisión y la violencia de toda la saga, llevando todo al extremo de la exageración…
Consigue un número divertido, algo predecible, pero que cumple con las expectativas
de todo lo que esperamos ver en un cómic de Lobo.
A Martin Edmond lo había visto en otros números de Lobo, pero
la verdad es que no lo tenía muy presente y, por lo que pude ver, tampoco tiene
tanta producción. En los 90´s, y a raíz del éxito cosechado por el estilo de
Simon Bisley, había ciertos parámetros que todos los autores de Lobo tenían que
cumplir, los lectores esperaban a Bisley o viñetas realizadas con una estética
similar. Edmond cumple con esta norma al pie de la letra, con los músculos exacerbados
del protagonista, personajes caricaturizados, desproporcionados y ridiculizados,
violencia explícita y sangre en cada página. Pero a pesar de lograr el cometido,
Martin deja ver su propia voz allí donde se lo permiten. Hace buenas puestas en
páginas, el despliegue humorístico es notable y maneja las onomatopeyas como
nadie más, fundiéndolas con el dibujo de formas muy creativos y efectivas, además
de mandarse alguna que otra splash page memorable.
Una pequeña muestra de lo que fueron tanto Lobo como Robocop
a finales del milenio pasado…
“Directiva hiper-principal definitiva… ¡Rajar a los
criminales!”
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LO TENGO!!! Es el único de Lobo que tengo aparte del Grandes Historias de Perfil y el recopilatorio que sacó Ovni Press este año. Lo compré en Uruguay en un viaje de escuelita de futbol me superacuerdo, con lo poco que tenía el resto se fueron a los jueguitos yo me compré este y un taco de la Patrulla de Kupperberg. Nerdo el pibe...
ResponderEliminarEsas son compras que valen la pena!!!! No hay dinero mejor invertido!!!
EliminarJa! Sos uno de nosotros Doc. Seguro que de seguir ed Perfil le seguía dedicando "Grandes historias a LOBO" o bien se mandaba serie regular. Lobo si bien saturo y nunca priorizo una compra mia, hoy me divierte mas leerlo que cuando tenia 16... sin duda un notable signo de que cuando mas viejo, mas inmaduro jaja saludos!
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