Dimos con un número de Detective Comics, en la época en que el título estaba en las magistrales manos de Alan Grant y Norm Breyfogle, que no...

Rito mortal: “Detective Comics #616: Stone Killer”

Dimos con un número de Detective Comics, en la época en que el título estaba en las magistrales manos de Alan Grant y Norm Breyfogle, que no teníamos. Este cómic no lo publicó Perfil ni Zinco y se nos había escapado del radar. Es una número de transición que se ubica entre la saga “The Penguin Affair” (Batman #448 -449 y Detective Comics #615, otra que dejaron sin publicar las mencionadas editoriales y de la que compartimos algunas páginas por acá: https://www.facebook.com/Historiasenvinetas/posts/pfbid02PJhRabk8Ndmi6AYFAsEPYTN1coEqxwy7CcWDFWAZVDfPPaVXnTbCB1pWCmibFuFtl), y va justo antes del regreso del Joker (Batman #450 -451, que este sí fue publicado por Zinco en un especial), pero a pesar de eso logra contar una buena historia en apenas 24 páginas.

Batman y Gordon investigan el asesinato de un hombre interrogando a la pareja de este, quien está internada, pero que logró sobrevivir al ataque que sobre ellos hizo una figura misteriosa ataviada en una suerte de sotana blanca. El cadáver fue encontrado sobre una piedra y con su sangre dibujaron el símbolo de dos serpientes entrelazadas. Batman supone que debe ser el sacrificio de un ritual y Gordon se preocupa porque las fuerzas policíacas están sobrepasadas de tareas tras el ataque del Penguin en la saga anterior… Patrullando en la noche de Gotham, Batman persigue a dos jóvenes ladrones hasta un departamento, donde encuentra a uno de ellos asesinado y el mismo símbolo dibujado en la pared… Su sospecha sobre el ritual se afianza y empieza a trazar teorías en su mente… Visita una excavación arqueológica realizada en las afueras de la ciudad donde se encuentra con Harry Lichas, el arqueólogo responsable  del lugar quien le cuenta que desenterraron una cámara mucho más antigua que las culturas americanas conocidas y la relaciona con otras construcciones alrededor del mundo, todas emplazadas sobre “Las líneas del dragón”, corrientes de energía eléctrica producidas por la fricción de las rocas en las distintas capas del suelo, que se suponía podían ser controladas. Le cuenta también que, aunque se cree que estas corrientes deberían ser beneficiosas para la humanidad, podrían ser modificadas a través de sacrificios para despertar al mal. El arqueólogo sabe por cuales locaciones de Gotham pasan las líneas, así que Batman lo sube al Batmobile y se lanza a las calles. Empiezan a recorrer la ciudad siguiendo estas líneas del dragón, las que pasan por el hospital de veteranos, la mansión Wayne y tienen un último punto en un risco sobre la costa, en el que está ubicada la casa el arqueólogo, y donde su esposa podría ser la próxima víctima… Contra reloj Batman intentará llegar a estos lugares antes que el asesino para intentar detenerlo, al tiempo que escucha noticias sobre varios delitos cometidos por un criminal que se hace llamar “Red Hood” y en los más profundo de su ser sabe que el Joker está de regreso…

 


Alan Grant y Norm Breyfogle son sinónimos de magia, de diversión, de aventura… Estoy tan marcado por esta dupla que toda lo que diga a continuación va a estar signado por un profundo sentimiento de amor hacia ellos que nublará por completo mi siempre errático y dudoso juicio.

Como muchos de nosotros conocí el trabajo de Alan Grant en su estadía en Batman y más tarde descubrí su paso por la 2000 AD y Judge Dredd. Leyendo en ese orden, nada llamó mucho mi atención pero, volviendo ahora a “Detective” teniendo presente su trabajo para la editorial británica, pareciera que son varios los modismos, giros argumentales y dosis de humor ácido que trae consigo, que tanto utilizara en Dredd y que también aplica en Batman adaptándolos a las circunstancias de este personaje. Lejos de considerarlo una flaqueza, esto no es otra cosa que una marca registrada de su escritura, que lo ayuda a meter en un universo ficcional su propia voz e ideales. Aquí y con solo 24 páginas disponibles, cuenta una historia redonda, atrapante y entretenida en la que, además, se toma el tiempo de mostrar las consecuencias de la aventura precedente y tirar las primeras pautas de la que vendrá a continuación. Una calidad enorme, un incomparable oficio para hacerse dueño de la cadencia mensual del mainstream y sacarle el máximo provecho al espacio disponible, algo que no muchos profesionales logran alcanzar. Y encima tenemos a un Breyfogle en absoluta plenitud, con su dinámica característica y esas páginas tan propias e identificables, donde la acción pasa de un lado a otro dentro de la misma viñeta, donde las puestas son versátiles y creativas, separando las viñetas con partes del propio dibujo, con esa narrativa eléctrica, vibrante, rebosante de acción… Todo muy mágico, todo muy Breyfogle.




Muchas veces expresé que me molesta cuando a Batman lo meten en historias con elementos fantásticos o sobrenaturales, sin embargo y repasando el paso de Alan & Norm por Detective, muchas veces mezclaron a Batman con magia (Como en este número) y no solo no me molestó para nada, por el contrario, lo he disfrutado muchísimo. Entonces lo que me molesta no son los elementos fantásticos en Batman, sino como estos son ejecutados. Y tanto eso como todo lo demás, Grant y Breyfogle lo desarrollan maravillosamente y una vez más dejo asentado que los amo profundamente. Gracias por tanto, Maestros!!!

   


“Él literalmente apesta a miedo. Mi carne se tensa al tocarlo. Mi corazón golpea como un martillo.

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