Como lector que en sus años mozos se vio iluminado por la maravillosa Liga de la Justicia de los Maestros Keith Giffen, J. M. DeMatteis, Kev...

Life on Mars: “Martian Manhunter Special”

Como lector que en sus años mozos se vio iluminado por la maravillosa Liga de la Justicia de los Maestros Keith Giffen, J. M. DeMatteis, Kevin Maguire, Adam Hughes entre otros grosos, tengo un apego ineludible con muchos de los personajes que conocí en esas páginas. Blue Beetle, Booster Gold, Mr. Miracle, G´nort, Big Barda, Dr. Fate, Crimson Fox, Rocket Red, Fire, Ice, Guy Gardner, Capitán Atom, Manga Khan, Martian Manhunter y un largo y glorioso etcetera. Todos (O casi todos) tuvieron historia previa y posterior a esta Liga, pero haberme familiarizado con todos ellos ahí fue mágico. Tanto es así que, sin ser un completista o un obsesivo en la materia, siempre que veo una Historieta protagonizada por alguno de ellos, siento cierta debilidad que me fuerza a llevármela… Y llegamos así al “Martian Manhunter Special” publicado por DC Cómics en 1996, obra de Paul Kupperberg en guion y con dibujos de Mike Collins, que como hemos leído recientemente, pasamos a comentar escuetamente.

 

J´onn J´onzz necesita períodos de soledad en los que se aleja muchos años luz de la Tierra para poder contemplar el devenir de su vida y reacomodar el dolor que le causan las enormes pérdidas que ha sufrido. En uno de esos viajes, se entera de que el hombre santo llamado K´rkzar se encuentra en las inmediaciones del planeta Naftali. J´onn lo había conocido muchos años atrás, cuando K´rkzar visitó Marte para estudiar e interiorizarse en la religión que profesaban los marcianos. Ahora quiere dar con él para encontrar alguna suerte de guía espiritual que lo ayude a sobrellevar el saberse el último de su especie y consultarle si, en sus incontables años de viajes, no dio con algún otro sobreviviente del planeta rojo.




Sin embargo y sin esperarlo, J´onn se ve en medio de una pelea entre algunas naves y el Darkstar Chaser Bron quien, tras librarse de sus perseguidores, pone al Detective Marciano al corriente de la situación actual. Resulta que después de recorrer la galaxia por miles de años, K´rkzar ha llegado a descubrir la verdad única, la fe verdadera. Como Naftali es una zona libre, donde cada uno puede profesar la religión que quiere sin represalias, eligió ese escenario para revelar su descubrimiento al universo. Obviamente esto desata la ira de cientos de fanáticos religiosos que esperan que el mensaje sea pura blasfemia, o intente desbaratar alguna religión establecida o bien, arruinar el negocio de la fe que tantos dividendos genera.

 K´rkzar se vio obligado a recluirse y Naftali es objetivo del ataque, extremadamente violento en algunos casos, de sacerdotes de distintas razas y religiones. Martian Manhunter ofrece su ayuda a Chaser Bron para encontrar a K´rkzar, defender Naftali y mediar entre los fanáticos… Pero el paradero de K´rkzar es un misterio que ni siquiera Bruaka, el aprendiz de K´rkzar, puede (o quiere) develar…

 


La historia que escribe Kupperberg es entretenida de principio a fin, llena de escenarios fantásticos, naves espaciales, planetas lejanos, escenas de acción, explosiones, razas alienígenas y rayos láser. Pero también ahonda bastante en la condición de último superviviente de J´onn y el pesar que esto le acarrea porque, a diferencia de Superman, Martian Manhunter vivió y formó una familia en su planeta natal y a todos perdió. Además, se suma una suerte de crítica social a la guerra de las religiones, la lucha por imponer una fe como verdadera por sobre otras y el abuso de poder que suelen conllevar algunas de ellas. En la Historieta, K´rkzar finalmente revela su mensaje y este está revestido poéticamente de sentido común, redondeando el pensamiento que el autor quiere verter sobre el tema.

Mike Collins acompaña muy bien al guion con un trabajo bien noventero, con varias splash pages, viñetas locas con formas de triángulo, trapecio y demás figuras geométricas, cuerpos que se salen de las viñetas, miembros que se superponen sobre otras, dientes apretados, mucho músculo y demás. Toda esta magia de los 90´s se templa con otras escenas en las que Collins para la pelota y baja a un ritmo más calmo, con un tono más intimista o reflexivo según corresponda. La creación de mundos lejanos con su arquitectura, aliens y naves espaciales, si bien no es una maravilla ni un arrebato de originalidad, son correctos y cumplen en todos los casos.

La revista se complementa con una galería de pin-up´s con distintos integrantes de la Liga de la Justicia a cargo de artistas como Jeff Parker, Kevin Maguire o Sergio Cariello entre otros, y la portada es obra de Howard Porter que, en aquellos años, estaba al frente del título de la JLA guionizado por Grant Morrison.

 


 

 “Acaban de matar incontables inocentes sin motivo… Y yo soy el infiel? Ustedes me enferman!”

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