Un buen amigo (A quien no vamos a nombrar ya que no tiene vida en las redes sociales) me obsequió el tomo original de “La Muerte de Superman...

El día del Juicio: “The Death of Superman”

Un buen amigo (A quien no vamos a nombrar ya que no tiene vida en las redes sociales) me obsequió el tomo original de “La Muerte de Superman”, editado por DC comics allá en 1993. La única edición que tenía de esta obra era la que sacó Perfil en el invierno del 93 cuando la muerte del Kryptoniano aún sacudía las noticias. En su momento, leí y releí hasta el cansancio esta historieta con ojos asombrados e incrédulos, propios de un jovencito que daba sus primeros pasos como lector de superhéroes y para el que la caída del más grande de todos se presentaba como un trago difícil y amargo.

Pongamos en contexto. Superman no era el primero en caer, ya habíamos visto las muertes de Flash y Supergirl en “Crisis en tierras infinitas”, la de Jason Todd en “Una muerte en la Familia” y la gloriosa “Muerte del Capitán Marvel” en la homónima novela gráfica de Marvel Comics por nombrar solo algunas. Pero ninguna alcanzó a tener el impacto que tuvo la de Kal-El. Todos los medios se hicieron eco del evento, lo escuchábamos en la radio, en los noticieros de la tele y salían artículos en diarios y revistas contando como se llegó a este desenlace (Tanto en la ficción de la historieta como en la realidad. Recuerdo un artículo que decía que Superman en realidad había sido vencido por el dólar, y que su muerte fue a causa de las bajas ventas). Lo cierto es que sacudió fuerte y por ese entonces, para mí como lector, la muerte tenía carácter definitivo (Que ingenuo, Madonna santa!). Ninguno de los enlistados anteriormente había vuelto de la tumba (Hasta 1993) por lo que nada me hacía suponer que Superman lo lograría.
En aquel entonces me pareció la mejor historieta de todas, era para mí la certificación de que en el comic de superhéroes había consecuencias palpables y estas podían ser de la peor calaña. Pero pasaron los años y evolucioné como lector. Me diversifiqué y aprendí a considerar las cosas un poco más cerca de su justa medida (Un poco nomás, me sigo dejando llevar con las historias y comprando pescado podrido de vez en cuando) y nunca volví a releer “La muerte de Superman” porque no quería romper aquel enamoramiento que me produjo… hasta hoy.




La historia, ya conocida por todos, no pierde tiempo en explicar orígenes ni nada por el estilo. De la nada aparece Doomsday y empieza a destrozarlo todo. Avanza sin rumbo fijo y a su paso va dejando un reguero de muerte y destrucción. Ni la policía ni las fuerzas armadas consiguen frenarlo, por lo que la tarea pasa a manos de la Justice League. La liga ataca sin su líder Superman, quién se encontraba ocupado con otros menesteres y no se entera del asunto, pero se ven rápidamente superados. Doomsday vence sin demasiado esfuerzo a héroes tan poderosos como Booster Gold, Bloodwynd, Guy Gardner y Máxima. Blue Beetle queda al borde de la muerte y Fire & Ice no son rivales para la furia destructora del gigante.
La noticia llega a oídos de Superman quien se suma a la batalla con los miembros de la Liga que aún resisten, pero incluso así poco pueden hacer. El campo de batalla se muda de un barrio de casas humildes, donde una familia queda en medio de la pelea, a una estación de servicio que termina explotando. Los últimos héroes que estaban en pie quedan KO.
Aparece el Guardián, clon del Guardián original creado dentro del complejo Cadmus, y ayuda a Superman a volver en sí. El hombre del mañana toma conciencia de que la tarea es enteramente responsabilidad suya, que nadie más está a la altura del poder demostrado por Doomsday y jura dar todo de sí para evitar que el coloso siga esparciendo muerte.
Superman y Doomsday se vuelven a enfrentar en un centro comercial, donde accidentalmente el monstruo toma conocimiento de la existencia de Metrópolis y enfila hacia la ciudad. Para evitarlo, Superman lo revolea al medio de las montañas donde supuestamente no hay vida humana, pero cae justamente en las instalaciones secretas del proyecto Cadmus… En la batalla destruyen el complejo y Kal-El queda nuevamente fuera de combate. Doomsday retoma su camino hacia la ciudad.



Mientras tanto, Supergirl decide presentar pelea. En esta época, la chica de acero era un ser de protoplasma que estaba en pareja con el hijo de Lex Luthor, Lex Jr. (Rápida puesta en claro: Luthor había fingido su muerte tras contraer cáncer por usar un anillo de kryptonita con el que mantenía a raya a Superman. Luego, hizo trasplantar su cerebro a un cuerpo clonado y más joven – con una larga cabellera colorada además- y ahora se hacía pasar por su hijo y por una buena persona). Supergirl se cruza con Doomsday a las puertas de la ciudad, pero de un solo golpe queda fuera de combate y pierde su forma humana…
Ya en la ciudad y ante miles de testigos y periodistas y amigos y transmisión en directo por cadena nacional, Superman se enfrenta de manera definitiva a Doomsday en un combate épico que le costará absolutamente todo, pero que conseguirá el objetivo de frenar al que fuera su más difícil rival…
Me emociona hasta escribir sobre esta historieta... El tomo se compone de siete números de diferentes colecciones: Superman The Man of Steel 18 y 19, Justice League 69, The Adventures of Superman 497, Action Comics 684 y Superman 74 y 75. Cada título tiene un equipo creativo distinto pero a pesar de que son muchas manos en un plato y de los años transcurridos la historia está muy bien lograda, coherentemente coordinada (creo que por Mike Carlin), es emotiva y su componente épico es insuperable. Los guiones a cargo de Dan Jurgens, Jerry Ordway, Louise Simonson y Roger Stern cumplen en contar la batalla más dura en la carrera del primer superhéroe, con algunas pequeñas lagunas e inconsistencias, pero que quedan muy disimuladas dentro de la mega historia que relatan. La contra es que al leerla como historia auto conclusiva, se presentan muchas cuestiones que no se resuelven en sí misma: Lex Luthor, el Proyecto Cadmus, la Supergirl de protoplasma, el misterio de Bloodwyn, el destino del aporreado Blue Beetle y algunos más. Hay que tener en cuenta que son siete episodios dentro de una saga mucho mayor que comienza demasiados números antes, se extendió por varios años más y cuyas tramas se iban interrelacionando constantemente…



Los nombres de los artistas involucrados están a la altura del evento… Empezamos con Jon Bogdanove quien está a cargo del título Man of Steel. Jon (Cuyo Superman está entre mis favoritos junto con el de Byrne y el de Ordway) tiene un estilo dinámico, con el que logra escenas muy impactantes, gran nivel de expresión tanto en rostros como en cuerpos y una sólida narrativa. Además es el encargado de la portada del tomo, aquella imagen en la que Lois quebrada en llanto, sostiene entre sus brazos el ensangrentado cadáver de su prometido, mientras la capa de Superman flamea en el fondo…
Adventures of Superman está dibujada por un Tom Grummett en gran nivel, que se destaca en las escenas de batalla que ocupan casi la totalidad de las páginas del capítulo y que le granjearon varios años al frente de distintos títulos de la familia Superman.
Jackson “Butch” Guice es un virtuoso que se florea en Action Comics con sus elegantes y elásticos diseños y sus hermosas mujeres. Siempre me sorprendió como con pocos trazos logra una gran variedad de expresiones este artista. Me da la sensación que las grandes luchas no son lo que más le gusta hacer, pero el resultado obtenido es inapelable.
Por último, el que logra el mejor y el peor resultado a la vez es Dan Jurgens, quién se ocupa tanto del título Justice League como el de Superman. Jurgens siempre gozó de una notable popularidad ciertamente justificada, pero con llamativas falencias a la hora del dibujo (a mi criterio, claro está). En el número 74 de Superman, la Justice League enfrenta a Doomsday destruyendo una casa de familia. Esta familia está compuesta por la madre, el hijo adolescente y una bebita… No hay dos viñetas donde podamos suponer que se trata de la misma beba, en todas cambia de tamaño y de fisonomía. En algunas llega a dibujarla como un monstruo, un enano o algo parecido… Además falla en la narrativa, mostrando inexplicables incongruencias entre las secuencias. Talvez las fechas de entrega y el hecho de que se encargaba de más de un título por mes le jugaba en contra. Pero también escribe una página épica en la historia de los superhéroes con el número 75 de Superman, donde se narra el desenlace y en el que todas las páginas son splash pages (Un lindo detalle es que los últimos 4 capítulos de este tomo tienen una cuenta regresiva de viñetas hasta la muerte. En el Adventures 497 todas las páginas tienen cuatro viñetas, en el Action 684 tres viñetas, en Man of Steel 19 solo dos y por último en este número, todas las páginas son de una viñeta). En sólo 22 viñetas narra la despedida entre Lois y Clark, el desenlace del mortal combate y el impacto que la muerte del mejor superhéroe produce en sus amigos, familia, colegas y la sociedad toda… Histórico!



Esta edición es igual a aquella que sacara Perfil (Sin esas geniales notas complementarias) o la del grupo editorial Vid, pero no a la de Ediciones Zinco quienes omitieron el primer capítulo de la saga. De todos modos, estamos hablando de un best seller que se ha reeditado ad infinitum y en todos los idiomas habidos y por haber, por lo que se debe conseguir hasta en el almacén de la esquina… Nos despedimos recordando que recientemente se estrenó la segunda versión animada que adapta esta historieta para aquellos a los que les interese.



“Para que una ciudad pueda vivir, un hombre dio todo de sí y más. Pero es muy tarde. Porque este es el día… en que Superman murió.”

2 comentarios:

  1. Que decir de LMdS. Ya lo comenté otras veces, tenía ya algunos comics sueltos (el de la peli del '89, algún Batman y Outsiders, y uno de cada colección creo) entre Patoruzús y Condoritos, pero cuando salió este no hubo retorno. Era tan perfecto para entrar en este mundo, entre las notas y el comic mismo. Para Perfil yo creo que fue el punto más alto. Me enganché para siempre. Respecto del comic en si, igual a vos, lo debo haber leido cien veces, y esta por ahi guardado hace más de 25 años. Deberoa agarrarlo de vuelta algún día, ahora quiero ver lo del bebé. Y aquello de "nunca vi al azuloso tan caliente!"

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    1. Lo del "azuloso caliente" es un hito en la historia de las ediciones nacionales... Fijate lo del bebé y después me contás... Gracias por leer y cometar Doc!

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