En el año 2011 DC Comics reinicia su universo con el evento conocido como “New 52”, donde el número hacía referencia a la cantidad de título...

Nueva en la ciudad: “Starfire: Bienvenida a casa” y “Starfire: Amigos cercanos, aventuras lejanas”

En el año 2011 DC Comics reinicia su universo con el evento conocido como “New 52”, donde el número hacía referencia a la cantidad de títulos que comenzarían a publicar desde el número uno. En líneas generales, el evento no es recordado gratamente por los lectores y en su momento varias cabeceras se cancelaron antes de llegar a la decena de números. En Argentina tuvimos muchos de estos títulos publicados por la efímera ECC Sudamericana y, en mi caso, si bien no leí todo, algunas cosas me gustaron (El Flash de Manapul, la Wonder Woman de Azzarello & Chiang, entre otros), mientras que prefiero olvidar el resto.

Lo cierto es que cada vez que cancelaban títulos, los reemplazaban con otros nuevos para intentar mantener la cantidad de publicaciones mensuales y así, personajes que fueron olvidados al principio o aparecieron como miembros de grupos, tuvieron su oportunidad de volar solos… En 2015, ya en el ocaso del universo renacido a partir de Flashpoint, Starfire tuvo su serie propia. El tándem de guionistas formado por Amanda Conner y Jimmy Palmiotti, quienes tuvieron cierto éxito con el volumen 2 de Harley Quinn, fueron los elegidos para llevar adelante la tarea, mientras que el dibujo estuvo en manos de Emanuela Lupacchino en casi todos los capítulos. La serie se extendió a lo largo de doce números que fueron recopilados en dos tomos por ECC (La española, porque la local ya había mutado a “ECC Argentina” para luego desaparecer).



Starfire aparece en este nuevo universo como miembro del equipo de Jason Todd, Red Hood and The Outlaws (El cual tampoco leí), y esta interpretación no fue bien recibida. En estos tiempos de corrección política, hubo muchas quejas por la extrema sexualización que se hizo del personaje, lo que junto al pobre contenido que ofrecía el título, hicieron que la Princesa de Tamaran arranque con el pie izquierdo en el reluciente universo DC.
Con la intención de cambiar el enfoque sobre Koriand´r, Conner y Palmiotti la alejan del centro del meollo y la ubican en Florida, junto con todos los jubilados yanquis. Starfire se siente una extraña en nuestro planeta, todas nuestras costumbres le son ajenas, por lo que decide comenzar una nueva vida en un lugar apartado y relacionarse con los miembros de alguna comunidad que le permitan adecuarse a la humanidad. Elige el pueblo de Cayo Hueso (Key West) y se presenta ante la sheriff local Stella Gómez. Inevitablemente, Stella se convierte en su guía, amiga y la persona que intenta decodificar las costumbres terrestres para que Starfire incorpore el conocimiento. De a poco van presentando una serie de personajes secundarios que permitan diversificar la trama. Así aparece Sol, hermano de Stella, guardacostas e interés romántico de Kory; Tina & Boome, dueños de un hotel de casas rodantes quienes albergan a la heroína durante los primeros números; Atlee, otra superheroína radicada en Cayo Hueso proveniente de una raza subterránea y varios más.



Gracias a la ayuda del grupo de amigos que fue formando, Starfire afrontará las dificultades que conlleva una vida normal, conseguir trabajo, solvencia económica, hogar, tener reuniones sociales, balancear el rol de superhéroe con sus responsabilidades y hasta cuidar de su mascota alienígena (No estoy seguro, pero me parece que ese bichito salía en la serie animada de los Teen Titans). Por supuesto, la aventura y la acción están presentes. En estos doce números Starfire enfrenta tornados, cazarrecompensas, asesinos poseídos, monstruos y detiene una invasión a la ciudad de Strata (Hogar de Atlee). Visita mundos fantásticos y hace algún que otro team-up, incluido su ex Dick Grayson entre los invitados. La experiencia obtenida, la convierten en una persona más completa y preparada para volver al mundo y enfrentar con optimismo el futuro.


A pesar de estar plagada de lugares comunes y no ofrecer ninguna innovación o giro inesperado, la lectura de estos tomos es entretenida y llevadera. Conner y Palmiotti se alejan de la típica historia de superhéroes para centrarse en algo más parecido a una comedia costumbrista, haciendo hincapié en la amistad, el romance, el descubrimiento y la vida sin ataduras propia de la juventud. El humor es uno de los puntos más fuertes de la obra, haciendo buen uso del contraste entre la libertad e inexperiencia de Starfire con las normas sociales que se imponen las personas. Starfire es desinhibida, no tiene ningún pudor, no entiende que los cuerpos no puedan exhibirse libremente y es extremada y físicamente afectuosa. Le cuesta entender el lunfardo o los localismos del lenguaje y todo lo interpreta de manera literal dando pie a divertidos malentendidos. A pesar de aquellas críticas que comentábamos sobre el uso del personaje en el grupo de Red Hood, los autores no intentan cambiar las características que el personaje tuvo siempre. Starfire sigue siendo una mujer hermosa, exuberante, bastante ingenua y proclive a usar vestuarios diminutos en extremo (Cuando lleva algo puesto, claro). Tal vez, y en favor de la comicidad, esa ingenuidad e inocencia de Kory estén demasiado acentuadas y termina siendo un recurso muy explotado. No se explica en ningún momento como queda la nueva continuidad de Koriand´r en este nuevo universo, se sabe que tuvo un romance con Dick Grayson pero no se mencionan a los Titanes, ni se cuenta como o cuando llegó la heroína al planeta… Tal vez sean puntos que se tocaron anteriormente, pero me pareció que faltó el breve repaso poniendo a los lectores al día de la situación… Desconozco si esta serie estaba planteada desde un comienzo como limitada o si fue cancelada por bajas ventas, pero en cualquier caso cierra perfectamente bien sin que queden cabos sueltos. O sea, si de improviso les avisaron que se cerraba el título, fueron lo suficientemente hábiles para darle un final que no parezca improvisado.
Emanuela Lupacchino se encarga de los primeros ocho capítulos de la serie y su estilo me resultó bastante similar al de Amanda Conner (Quien realiza todas las portadas oficiales). Buena narrativa, bien recreados el ámbito tropical y sus variantes climatológicas, efectividad en las escenas de acción, en la gestualidad y plasticidad corporal y competentes puestas en página. Pero, a mi parecer, tiene poca variedad para el diseño de los personajes y, al igual que Amanda, una notable imposibilidad de crear personajes feos. Perece que toda la historia está protagonizada por la línea de muñecas Barbie. Incluso cuando dibuja monstruos, aliens o viejos, todos le salen preciosos… Talvez sea por como dibuja los rostros, con poco detalle y dejando que las sombras y luces se apliquen directamente desde el color, lo que conlleva a que nunca aparezcan pliegues, arrugas, imperfecciones, heridas, etc.



Me gustó un poco más el dibujo de Elsa Charretier en los cuatro números finales, con un estilo que recuerda a dibujantes como Bruce Timm o Darwyn Cooke (Sin llegar a la altura de estos maestros). Impone en la serie la onda cartoon con trazos más firmes y angulosos y hace un trabajo muy imaginativo creando el mundo subterráneo de Strata.
Esta es una de esas lecturas que tengo que comentar ni bien la termino de leer porque, si bien es ligera y divertida, estoy seguro de que va a ser olvidada rápidamente. Me dio curiosidad porque nunca había leído nada de Starfire por su cuenta (No debe haber mucho tampoco), pero prefiero al personaje como miembro de los Titanes. Y nadie la dibuja como George Pérez! No lo recomiendo, pero si lo estás por leer vas a pasar un buen rato.



- “Me llamo Koriand´r y he decidido que Cayo Hueso sea mi nuevo hogar. Me gustaría que me ayudaras a vivir aquí.”

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