En una de mis visitas a “Fábrica de Historietas” me encontré con una grata sorpresa de la que no tenía conocimiento previo. Revolviendo las bateas de saldos, me tope con un libro apaisado cuya portada prometía una historia de ciencia ficción, con naves espaciales, pistolas lásers y planetas lejanos. Una rápida lectura de la contratapa y un precio más que accesible me terminaron de convencer de que allí podría haber algo interesante… Y así fue.
Con la llegada de la democracia en 1983, un genuino optimismo y una revaloración de lo nacional se había apoderado de la población. Sumándose a la movida nacionalista, la mayoría de los matutinos reemplazaron las tiras extranjeras por obras nacionales. Fue así como un historietista tandilense llamado Ricardo Garijo logra vender su tira de ciencia ficción al diario capitalino “La Razón”, que por aquel entonces tenía un enorme tirada y era uno de los más leídos del momento.
Con claras influencias de las pelis de sci fi que habían vuelto loco a todos por aquellos años (Star Wars, Alien, El Imperio Contraataca, etc.), en esta historia seguimos las aventuras de Paul Lomax, un astronauta norteamericano que, junto al italiano Ivo Leone y el francés Claude Leclerc, parten hacia la luna en el transbordador espacial Atlantis con el objetivo de instalar un observatorio en órbita al satélite natural de nuestro planeta. El observatorio tenía un reactor nuclear, el cual falla durante la instalación produciendo una terrible explosión. Pero, en lugar de matarlos, esta explosión los transporta en tiempo y espacio, a cien años al futuro y a muchos años luz de la luna con nave y todo…
Sin darles tiempo para procesar lo hechos, una kilométrica nave espacial los abduce con el transbordador a cuestas. Allí se encuentran con otros seres humanos que responden a las órdenes de Vil Lorva, un siniestro personaje que siempre está sonriendo. Lorva es el primer oficial de la “Dama Negra” y mano derecha del Capitán Gat, líder de la nave y su tripulación.
Resulta que la “Dama Negra” es una nave pirata y la mayoría de la tripulación que la compone se dedica a la piratería por imposición de Lorva y Gat. Tanto Lomax como sus compañeros, se tienen que adaptar a la situación para no morir y de pronto se ven saqueando y robando con el resto de los hombres que habitan la nave.
Sin embargo, encuentran una aliada en Nhora, la única mujer que viaja a bordo, quien está a cargo del mantenimiento y creación de los robots de la nave. Nhora traba amistad con los viajeros temporales y la atracción entre ella y Lomax se irá haciendo cada vez más evidente.
Gracias a su capacidad de adaptarse y resolver situaciones complicadas, Lomax pronto llama la atención de sus superiores y lo ponen al mando de las operaciones más delicadas. Pero la piratería tiene un límite para Lomax, y ese es la masacre de civilizaciones enteras. De a poco, ira buscando la forma de generar nuevos aliados para armar un motín que les permita hacerse con el control de la nave. Su proceder hace que se gane la enemistad de Gat y Lorva, pero la simpatía de otros personajes, como el Sargento Herr, con quienes logran tomar la nave dejando a los villanos varados en un planeta lejano. Herr es la cara visible del motín y quien asume el mando de la “Dama Negra”, pero el poder obtenido parece ir nublándole el juicio de a poco, lo que puede volverse complicado…
De todos modos, ponen rumbo a la Tierra, pero son alcanzados por Gat, Lorva y su séquito… Quedan planteadas las facciones y la historia ofrece muchas posibilidades, abre puertas para continuar las aventuras de Lomax por diferentes y apasionantes direcciones… Aparecen nuevos planetas, animales y razas alienígenas, nuevas naves y armamentos futuristas, etc.
Pero, para infortunio de los muchos seguidores que tenía esta tira en el 83/84, el diario La Razón cambia de dueños… Los nuevos gerentes llegan con la misión de ahorrar gastos y compran un montón de tiras extranjeras antiguas por poca plata, cancelando todos los contratos vigentes con los autores locales. De un día para el otro, sin previo aviso y con un final hiper abierto, Lomax y compañía desaparecen del periódico y poco a poco van cayendo en el olvido…
Y así hubiese permanecido de no ser por la inquietud del editor del presente libro, Sergio Salgueiro. Sergio fue lector de Lomax en su juventud y uno de los afectados por la repentina desaparición de la tira, la cual nunca olvidó. En el año 2008 tomó contacto con el autor y le propuso recopilar la obra en formato libro. Descubrió que Garijo tenía algunas tiras inéditas que continuaban la historia, aunque tampoco llegaban al final. Le ofreció completarla, pero para ese entonces Ricardo Garijo estaba luchando con una enfermedad cuyo tratamiento le insumía mucho tiempo y fuerzas, por lo que no podía afrontar la tarea. Pero estuvo de acuerdo en que otra gente diera el cierre que la historia necesitaba, para llegar a ver su obra publicada nuevamente. Ahí es donde el editor se convierte en guionista para escribir las últimas páginas del libro, las que fueron ilustradas por Guillermo Villareal. Bajo el título “Lomax, un final”, Salgueiro y Villareal dan cierre a todas las tramas abiertas, dejando planteado el status quo de la tira con Lomax como comandante de la “Dama Negra” junto a sus compañeros, mientras que Lorva y Gar se erigen como los enemigos que les darán caza por siempre, dejando todo preparado para continuar la historia en algún momento si es que a alguien se le ocurre.
Ricardo José Luis Garijo nació en 1953 en Tandil, hijo de inmigrantes que escapaban de la segunda guerra mundial. Su padre estuvo detenido en un campo de concentración nazi, situación sobre la que habló mucho con su hijo. Ávido lector y talentoso para el dibujo, comienza a publicar en 1980 en el diario “La Capital” de Mar del Plata su tira “Planeta de acero”. En paralelo a la publicación de Lomax, comenzó a trabajar para la editorial escocesa D.C. Thomson & Co en las revistas Starblazer (Sci Fi) y Commando (Bélica). Participó de varios emprendimientos a nivel local como las revistas “Gurbos en extinción” (En colaboración con el guionista Raúl O. Echegaray), “Historietas Bonaerenses” y “Historietas en la biblioteca” (Realizadas con los alumnos de sus cursos). También publicó en la revista “Skorpio”, “Clipper” (USA), Lancio (Italia) y algunos álbumes eróticos para La Cúpula (España) que también se publicaron en Francia. Ilustró una colección de trading cards llamada “Don’t Let It Happen Here” y otra en 2007 inspirada en las obras de H. G. Wells. Tuvo su paso por la literatura, de allí surgieron los libros “El fuego” (Novela corta de ficción) y “Los cielos de piedra”, donde mezcla ficción y realidad para armar la biografía de su padre con paso por los campos de exterminio durante la segunda guerra mundial.
Lamentablemente, Garijo muere en octubre del 2009 y el libro de Lomax se edita en abril del 2010, por lo que no llegó a ver la recopilación de su obra más conocida…
En cuanto a su trabajo en Lomax, solo tengo palabras de elogio. El dibujo es muy bueno, aplica el concepto de “futuro usado” popularizado por Star Wars, mediante el cual todas las maquinarias y armas futuristas tienen aspecto viejo y maltrecho. Tiene una gran variedad de recursos para aprovechar al máximo el restrictivo marco que supone la tira diaria, acercando y alejando los planos con notable efectividad, logrando mostrar en detalle enormes naves en unas viñetas minúsculas. Ese mismo nivel de detalle, se ve en todas las maquinarias que aparecen, así como en los trajes de los astronautas y en toda la imaginería que crea para la serie. A pesar de que la influencia de las pelis de la época y la literatura de ciencia ficción de la que era fan es clara, no hay ningún plagio. Todo es utilizado para crear un nuevo universo ficcional, propio, complejo y detallado.
Los personajes están todos muy bien delineados (Muchos de sus amigos prestaron el rostro para los personajes y la tira causó gran impacto en Tandil) y la trama es entretenida de principio a fin. Lomax es un héroe atípico, porque no se propone serlo, si no que la situación lo va obligando a enfrentar los conflictos que se le presentan. Al principio de la historia no hay seres alienígenas, pero conforme va avanzando se mete con planetas extraños y aparecen los primeros animales y seres alienígenas, lamentablemente, muy cerca de la cancelación de la tira.
El complemento que hacen Salgueiro y Villarreal destila amor y respeto por la obra de Garijo y buscan darle ese cierre que tanto anheló el guionista. El estilo es completamente distinto, pero eso lo sabían de antemano y el objetivo principal era terminarlo rápido para que Ricardo llegue a verlo publicado. Si bien cumple con su misión de poner un broche final, el nivel general es bastante inferior a la obra original.
Notable el rescate realizado por Fan Ediciones, que se complementa con varias notas y una galería de ilustraciones dedicada al autor. Sin dudas lo recomendamos ampliamente. Este trabajo me hace pensar en cuantas otras tiras de prensa habrán quedado en el camino sin su justa recopilación….
- “¡Dios mío, no puede ser! Una bomba atómica ha estallado junto a mí, ¡Y sigo con vida!”
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