Como una excepción, el día de hoy no vamos a hablar de historietas sino de lo que yo considero lecturas complementarias. Hay distinto tipos de lectores y yo soy de esos que, cuando se entusiasma con determinado autor, investiga un poco su biografía, otros trabajos, opiniones personales, etc… Esto a veces es algo completamente inútil pero otras veces, tener esta info adicional, complementa y aumenta la comprensión y el disfrute de la obra.
En este caso nos hicimos con el libro “Del Panteón a Buenos Aires” editado por Libros del Zorzal en el año 2009. Esta obra reúne 17 relatos breves escritos por René Goscinny que fueron publicados originalmente en diversas revistas, la mayoría de ellos dentro del semanario Pilote, pero también en “Le Figaro Littéraire” y “Paris Match” entre otras.
En estas narraciones, Goscinny da rienda suelta a su creatividad y abarca todo tipo de temáticas, tanto auto referenciales como basadas en su aguda capacidad de observación. Después de hacer un breve recorrido por su infancia trashumante en el relato que da título al libro, pasa a analizar el discurso de las personas de éxito que acuñaron la frase “Estaba solo, sin amigos, sin un peso…” al contar su historia. Luego nos regala los tips necesarios para lograr una novela de éxito comercial. Analiza la desaparición de las polémicas entre periodistas en los periódicos parisinos, para luego comentar sus pensamientos sobre la falta de reconocimiento que tiene algunos precursores (El que probó un hongo por primera vez, o una fruta, etc).
Vuelve a la mirada introspectiva compartiendo el complejo que le genera el ser un escritor “comprendido”, a diferencia de otros autores que producen obras inteligibles o complejas. Imagina como narrarán los guías turísticos del futuro el presente de Francia y después llega al relato que más he disfrutado, “Un director general en la fruta”, donde describe a un hombre de izquierda y antisistema que se infiltra en las filas de la derecha con tanta eficacia que vive toda su vida siéndole funcional al enemigo… Brillante!
Nos cuenta los padecimientos que produce ser el amigo soltero que siempre es invitado a las residencias de parejas casadas, para luego probar con cinco ejemplos puntuales que todo ser humano es malo. La vida empresarial que se lleva a cabo con almuerzos en lujosos restaurantes cae en las redes de su análisis como así también el origen y proliferación de los rumores.
En otro artículo compara su profesión, solitaria y poco gratificante, con las mieles inmediata que cosecha un actor de Music Hall. Las dietas alimenticias y como las llevan adelante hombres, mujeres y parejas es detallado en otro relato.
Cierra el libro su encuentro con un hombre previsor que almacenaba constantemente alimentos no perecederos ante la posibilidad latente de algún conflicto bélico, y finalmente nos cuenta que tiene preparado su discurso de agradecimiento para el momento en que sea reconocido por alguna tarea sobresaliente, evitando caer en el ridículo como suele suceder con los improvisados.
Todos los relatos están cargados de ironía, crítica social y algo de cinismo, pero sobre todo mucho humor. Goscinny es de esas personas tan inteligentes, que tienen una mirada única y especial que les permite reírse de todo, empezando por uno mismo. En el libro nos pasea por los más diversos temas y en todos nos genera el mismo interés al tiempo que nos resulta divertido en extremo y nos invita a la reflexión en más de una oportunidad. Escritor universal que habla de él, pero está hablando de todos y en varios pasajes nos vemos tan reflejados que parece que estuviese describiéndonos.
Por supuesto que prefiero a Goscinny en historieta, Astérix, Umpa-Pá, Lucky Luke o Iznogud, todo lo disfruté mucho más que el presente libro (Teniendo en cuenta que soy adicto al noveno arte, no era de extrañar), pero no deja de ser una lectura muy divertida e interesante que ayuda a conocer una faceta más de este genial autor.
Casi todos los relatos están acompañados de una ilustración a cargo de artistas de primera línea entre los que se encuentran Frank Margerin, Zep, Gérard Lauzier, Nicolás Barral, Mourier, Druillet, Tebo, Cabu, Philippe Bertrand, Boucq, Florence Cestac, André Julliard, Achdé, Tibet y Jean-Claude Meziéres (Casi nada...).
El libro se complementa con una breve biografía del autor más una selección de fotos del álbum familiar de René Goscinny. Compartimos aquí el relato “Del Panteón a Buenos Aires” completo, más algunas de las ilustraciones y fotos que acompañan la edición.
“Alguien que no hace reír más que a sí mismo o bien es un imbécil, o bien un precursor. Alguien que hace reír a un pequeño grupo es un señor agradable para tener como invitado. Alguien que tiene la suerte de hacer reír a mucha gente es un profesional. ¿y puede haber acaso profesión más agradable?”
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