Esta historia transcurre en 1992, durante la presidencia de George Bush Padre. Bogie, que es un detective exactamente igual a Humphrey Bogart, se encuentra en el aeropuerto de Glasgow en Escocia. Aparece un hombre de talla similar que la suya al cual lleva hasta un lugar apartado, lo noquea y lo suplanta en su vuelo hacia New York. Una vez en el avión, abre y revisa el maletín de aquel hombre y descubre que es un dentista que se dirige a “La convención anual de la Asociación Dental” que se llevará a cabo en el Hotel Plaza de Manhattan. Encuentra también una revista en la que está marcado un artículo que habla de esta convención y de la asistencia del Vice presidente Dan Quayle al evento. Pero Bogie descubre también un mensaje escondido dentro del artículo, donde se habla de un atentado contra la vida del vicepresidente. La agenda del dentista confirma las sospechas de Bogie, tratarán de matar a Quayle y la C.I.A está involucrada, por lo que no puede confiar en nadie.
Se infiltra en la convención y por la noche, se descuelga desde la azotea en el balcón de la suite presidencial, noqueando a los agentes de inteligencia y llegando hasta el vicepresidente. Le comenta el atentado que está por sufrir, pero Quayle no confía mucho en él y quiere llamar a sus agentes. Bogie se opone y a la fuerza lo saca por la ventana de la habitación hasta el piso inferior y desde allí a la calle.
La noticia del secuestro del vicepresidente se propaga rápidamente, y Bogie empieza a escapar mientras intenta proteger la vida del gobernante.
Llega al despacho oval una comunicación urgente desde Escocia informando que un paciente mental ha huido de su país con destino a Manhattan, este tiene delirios de creerse Bogart en sus películas de detectives y puede incluir a otros en sus locuras a veces hasta con violencia…
Toda la seguridad nacional se pone en movimiento para dar con el lunático y rescatar al vicepresidente. Bogie sin embargo, convencido de su accionar, redoblara sus esfuerzos para salvaguardar la vida de Dan Quayle….
La historia que escriben Grant y Wagner es muy ingeniosa con ráfagas de absurdo que resultan muy divertidas. Los escritores no dejan pasar la oportunidad de dejar en ridículo tanto a los funcionarios yanquis como a los agentes de la C.I.A. De a poco van forzando la credibilidad de la situación hasta la llegada del comunicado desde Escocia que aclara todo el panorama para luego, dar rienda suelta a las escenas más graciosas y ridículas de la obra.
Por su parte, Robin Smith hace un trabajo correcto pero sin descollar nunca. Si bien los rostros de los personajes están bien logrados (Sobre todo el de Bogart), tanto las expresiones como los cuerpos están faltos de dinámica y resultan forzados en líneas generales. De todos modos, le da un aire retro que se complementa bien con la idea de una película de detectives de los años 50´s...
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