La aparición de Jim Lee agarró al público lector desprevenido y rápidamente quedaron rendidos ante su novedosa estética. De forma meteórica, el artista originario de Corea del Sur fue ganando notoriedad hasta que la casa editora que le abrió las puertas, Marvel Comics, le dio un lugar preponderante, con título estreno y cediendo a algunas solicitudes del autor, gracias a lo que recolectó bastante dinero (El X-MEN #1 de 1991 se mantiene como una de las revistas más vendidas de la historia). Pero el inquieto Jim Lee decidió alejarse de Marvel junto a otros colegas para formar su propia editorial, donde pudiera crear sus personajes sobre los que mantener la propiedad intelectual y las regalías que generaran, a lo que más tarde sumó su propio sello, Wildstorm. En este punto de la carrera de Jim Lee, cuando todo lo que tocaba facturaba mucho, es que Planeta DeAgostini decide homenajearlo y, de paso, facturar ellos también todo lo posible, con un libro dedicado a, la hasta entonces, corta carrera del artista. Había visto este libro en su momento en los 90´s, pero lo dejé pasar vaya uno a saber en favor de qué… Pero hace un tiempo lo conseguí y dimos paso a su lectura, con el consabido comentario que se viene…
El libro hace un recorrido por los trabajos de Jim Lee, pero
comenzando con X-MEN, no incluye nada de sus primeros pasos en Alpha Flight o
Punisher, ni siquiera algún número de Uncanny X-MEN, en cambio, arranca con la reproducción
integral de las primeras cuatro entregas del título X-MEN. Los primeros tres
números son la despedida (Momentánea) del Maestro Chris Claremont de los
mutantes (Y que hace bastante comentamos acá: https://www.facebook.com/Historiasenvinetas/posts/pfbid02QGTcxMc1rqLqUET43UV6wVwADr1gMDupHFcvajj4U2ESUfxyPh5UGLJGhsnDbt9Bl)
y se conocen como la saga “Rubicon”. El cuarto número, con diálogos de John
Byrne, es la primera parte de la saga en que debuta Red Omega, en el que se ve
a los mutantes distendidos, conviniendo entre ellos con un partido de básquet y
organizando un paseo a la ciudad, que se ve impedido por la aparición de La Mano.
Dejamos Marvel para pasar a Image y lo primero es un
extracto del “Image #0”, las únicas tres páginas dibujadas por Lee y dedicadas
a Stormwatch, en las que el grupo rescata gente de un derrumbe en Los Ángeles.
Sigue con otro número 0, pero ahora centrado en Deathblow, el
soldado creado junto a Brandon Choi (Quien además co-guioniza ambas historias).
En este título y muy influenciado por el trabajo de Frank Miller en Sin City,
Jim Lee explora nuevos caminos expresivos en sus páginas, pero al ser tan cercano
en publicación a Sin City y tan evidente el intento de hacer propia una estética
que no le es tan “manejable” digamos, termina luciendo como una copia gráfica
que, a mi entender, no lo favoreció.
El libro cierra con los números 5, 8 y 9 de WildC.A.T.S., también
co-guionizados por Brandon Choi y con las infaltables tintas de Scott Williams.
En este título, al igual que en X-MEN, Jim Lee hace lo que le sale mejor y está
en su salsa. Páginas espectaculares, grandilocuentes, con mucha dinámica,
plagadas de acción, con puestas vertiginosas e innovadoras, personajes muy
deudores de sus rediseños para los mutantes pero que acabaron teniendo valor
propio, dientes apretados, mucha línea cinética para acentuar la velocidad, splash
pages, páginas dobles, una espectacular página cuádruple y algún que otro
momento en que baja el ritmo para dar lugar a profundizar la relación entre los
personajes, introducir algo de melodrama y convivencia entre héroes.
El libro tiene el buen criterio de incluir números completo,
a diferencia de otros similares que solo presentan fragmentos. Reproduce las
portadas y se complementa con algún pin-up, varias notas y una entrevista
exclusiva que la editorial consiguió hacerle a Jim Lee, en la que siempre encuentra
la vuelta para hablar de lo nuevo que se venía en Wildstorm, haciendo énfasis
en Gen-13 que la estaba rompiendo en ese momento al parecer.
Es claro que la decisión en aquel momento de dedicarle un
libro a Jim Lee estaba vinculada con las ganancias que el mismo podía generar.
Se nos pueden ocurrir otros muchos artistas más fundacionales y con mayor
trayectoria que hubiesen merecido un tratamiento similar antes que el bueno de
Jim. Sin embargo, una nueva generación lectora se acercaba a los cómics en los
90´s (De la que formo parte), y para ellos Jim Lee fue un artista
imprescindible, a quien siguieron incondicionalmente. Por otra parte, la
irrupción de Lee en el medio también quedó grabada en la historia, impuso una nueva
forma de narrativa, con mayor énfasis en la espectacularidad y la emoción, que
generó legiones de seguidores, aún más imitadores y no solo en el mercado yanqui.
Tuvieron que pasar muchos años para que esa ola fomentada por Jim Lee y compañía
decantara, las aguas volvieran a tomar distintos cursos y todo dejara de ser
una reversión de la que ya se había hecho…
La carrera de Jim Lee siguió, volvió brevemente a Marvel
para hacer los Fantastic Four de Heroes Reborn, continuó con Wildstorm hasta
que lo vendió a DC y, de ahí en más, se vinculó a DC donde realizó varias
Historietas, portadas y se encargó de otras actividades hasta ocupar el cargo
de presidente… Pavada de carrera!!!
Donde quiera que estes, gracias por tanto querido Jim!!!
“Soy un ser sintético, una forma de vida artificial. No tengo problemas con mi autoestima…”
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