Nuevamente nos entregamos al placer de la relectura y en esta oportunidad, y de modo fortuito, fueron dos obras de nuestro adorado John Byrn...

Doble dosis de Byrne: “The man of Steel” & “Aliens: Earth Angel”

Nuevamente nos entregamos al placer de la relectura y en esta oportunidad, y de modo fortuito, fueron dos obras de nuestro adorado John Byrne las afortunadas, a las que pasamos sin perder más tiempo.

 





The Man of Steel:


Comentar esta miniserie es caer en una obviedad del todo innecesaria. Es una obra inmensamente popular, un recontra best seller y no queda nadie en el planeta que no la conozca. Pero si lo hemos hecho con “Batman: Año Uno”, (Por aquí: https://www.facebook.com/Historiasenvinetas/posts/pfbid0qK9Wx7y8FR9j9RKxsJ3DBEb42wwujiejZdAvnDSDhQgYZpgNhFpVYSL2fcbW6AjMl), qué razón nos impide hacer lo propio con Superman. Resulta que estaba limpiando y ordenando las Historietas del Hombre de Acero y, en un merecido descanso, me puse a hojear el tomo recopilatorio publicado por Grupo Editorial Vid en 1999 y, antes que me diera cuenta, ya la estaba releyendo por vez número mil. Es que esas páginas de Byrne me resultan tan atrapantes que me es imposible evitarlo, además de que no quiero hacerlo. La cuestión es que tras las célebre “Crisis en Tierras infinitas”, DC se propuso relanzar desde cero a su personaje insignia. En varias oportunidades en los años precedentes, mientras trabajaba en Marvel Cómics, Byrne había declarado que los autores actuales de Superman no tenían idea de cómo tratar al personaje, que le habían sacado todo aquello que lo hacía especial y que solamente él era capaz de encausarlo en el rumbo correcto (Modesto como siempre). A Dick Giordano, que además de entintar estas páginas cumplía el rol de editor ejecutivo, no le hacían mucha gracia este tipo de declaraciones y quería darle la oportunidad a Byrne de que demuestre con acciones lo que tan livianamente enunciaba, pero tenía por regla no ofrecerle trabajo a personas que estén empleadas en otras compañías. Pero los planetas se alinearon y John se fue de Marvel enojado con Shooter y ahí fue cuando recibió el llamado de Dick que le ofrecía la posibilidad de relanzar Superman y probar que podía sostener en viñetas lo declarado. John Byrne amaba a Superman desde que, siendo niño, lo vio en pantalla interpretado por George Reeves, a lo que le siguieron sus primeros cómics y la fascinación fue inevitable. Obviamente aceptó la propuesta con la única condición de que le dieran un número uno (Y finalmente tuvo dos, The Man of Steel #1 y Superman Vol. 2 #1). Se resolvió recontar el origen del personaje en una miniserie de seis partes publicada con cadencia quincenal, que estableciera los primeros años de actividad de Superman, para luego pasar a las series regulares con el héroe ya establecido como defensor de Metrópolis. 


Ya en la primera página se notan cambios, el Kryptón de Byrne es un planeta completamente yermo, con una arquitectura nunca vista y cuyos habitantes, seres fríos y cerebrales, renunciaron al contacto físico tiempo atrás. En pocas páginas Jor-El establece la situación del planeta y la decisión de enviar a su hijo nonato a la Tierra para que sobreviva a la destrucción que se avecina. La intención del autor era utilizar el diseño de Kryptón visto en “Superman: The movie”, pero no se lo permitieron. Por otra parte, su idea original era que sea Lara embarazada la que viaje a la Tierra, que Kal-El nazca aquí y que Lara muera por la radiación de la kryptonita, para dejar constancia de que efectivamente es letal para los krytonianos. Creo que fue Jenette Kahn quien le dijo que ese cambio era demasiado radical, que se perdería aquello de “último hijo de Kryptón” si naciera en la Tierra y que, en cambio, podrían morir por radiación los Kryptonianos en su planeta para demostrar la letalidad de la kryptnonita. Saltamos a la adolescencia de Clark, donde lo vemos abusar de sus poderes para ser una estrella deportiva en Smallville ante la decepcionada mirada de Jonathan Kent. Decide entonces que es momento de revelarle la verdad a su hijo y lo lleva al campo donde escondió la nave en que arribó al planeta, al tiempo que repasan la evolución de los poderes de Clark desde niño y su amistad con Lana Lang. La verdad abruma al muchacho quien, tras pensarlo, decide salir al mundo. En el tercer acto del primer número, Clark le cuenta a sus padres cómo estuvo ayudando con sus poderes en distintos lugares, pero que se vio forzado a salir a la luz para evitar que un avión experimental, en el que viajaba Lois Lane, se estrelle y, tras salvarlo, se vio abordado por una turba de personas. El número cierra con Martha, Jonathan y Clark diseñando el traje de Superman para que pueda ayudar a la gente sin perder la vida privada de Clark Kent.

En el segundo número Superman se asienta en Metrópolis y sus apariciones revolucionan la ciudad. Perry le encarga a Lois que consiga una entrevista exclusiva, pero Superman resulta elusivo. La dama resuelve entonces arrojarse al rio en auto para que el héroe la rescate y así poder charlar con él, cosa que consigue con éxito. Tras llevarla a la casa y concederle algunas respuetas, Superman parte advirtiéndole que esta charla no le servirá de mucho. Lois redacta la nota y vuela al Daily Planet con la exclusiva, solo para llevarse la decepción más grande de su carrera, la nota del siglo ya fue entregada por la nueva incorporación del Planet, el reportero Clark Kent.



En el tercer capítulo Superman decide acabar con la carrera del vigilante conocido como Batman, por lo que viaja a Gotham para apresarlo. El hombre murciélago está lleno de recursos y ya había ideado un plan para mantener a raya a la maravilla de Metrópolis. Terminan uniendo fuerzas para acabar con un raid criminal y asesino que estaba realizando la villana Magpie, para terminar reconociendo la actividad de Batman como necesaria.


La cuarta parte transcurre 18 meses después de la primera aparición de Superman. Lex Luthor vuelve a la ciudad tras varios meses en Sudamérica y organiza una fiesta en su barco a la que están invitadas las personalidades más destacadas de Metrópolis, incluyendo a Lois que lleva a Clark como invitado. Luthor es otro de los grandes cambios introducidos por Byrne, recreado en colaboración con Marv Wolfman. Ya no es el científico en armadura que buscaba acabar con Superman físicamente, sino que ahora es un empresario multimillonario, el hombre más poderoso y principal benefactor de la ciudad, dueño de casi toda Metrópolis y un hábil estratega capaz de cometer cualquier ilícito con total impunidad… Prueba los poderes de Superman enfrentándolo con un ataque a su barco en medio de la fiesta y luego quiere comprarlo. No solo fracasa, sino que termina encarcelado, lo que resulta inadmisible para Lex y le genera un odio mayúsculo hacia el hombre de acero a quien le promete venganza.

Esto conduce a la quinta parte que transcurre dos años y varios ataques de Luthor después del capítulo anterior, cuando Luthor intenta clonar a Superman, pero el clon sale defectuoso. Descubre así que Superman es alienígena y el clon, se vuelve completamente blanco y vuela a Metrópolis convencido de que es el verdadero Superman. Esta nueva versión de Bizarro se enfrenta al hombre del mañana sacrificando su vida, pero devolviendo la visión a Lucy Lane en el proceso.

En el sexto y último capítulo, Clark vuele a Smallville a visitar a sus padres y empieza a recibir mensajes de Jor-El a través de la nave que lo trajo a la tierra, al tiempo que vuelve a encontrarse con su amiga de la infancia Lana Lang, quien le cuenta lo difícil que fue su vida estos años en que estuvo alejada de él sabiendo su secreto. Finalmente, una proyección holográfica de Jor-El descarga en el cerebro de Superman toda la información de su origen y su planeta natal. Conociendo ahora su pasado, Superman analiza su vida y resuelve que, si bien es su herencia Kryptoniana la que lo convierte en Superman, gracias a haber sido criado en la Tierra, se siente humano.

 


Además de los cambios ya mencionados, Byrne le baja el nivel a los poderes de Superman, tanto físicos como intelectuales. Ya no es todopoderoso, ni un brillante científico capaz de crear cualquier ingenio, ni tampoco tiene superventriloquía, ni mirada reconstructora de la muralla China, ni ninguno de esos atajos argumentales. Por otra parte, en esta versión es la personalidad de Clark la dominante y Superman es solo un disfraz que le permite mantener una vida privada normal. El Daily Planet se vuelve parte vital de la serie, como también la profesión de Clark, que además de periodista se volvería un premiado novelista. El triángulo amoroso entre Clark, Lois y Superman persiste, pero Lois no es una dama en peligro, sino que es un brillante profesional, una mujer arriesgada, valiente y extremadamente competitiva, que no perdona el hecho de haber perdido “la historia del siglo” en manos de un principiante. Nunca existió Superboy y ahora Superman es verdaderamente el último hijo de Kryptón, porque no hay Supergirl, ni Krypto, ni Cometa, ni Kandor, ni ningún otro sobreviviente. Robustece el elenco de secundarios manteniendo vivos a Má y Pá Kent, que se vuelven unos personajes indispensables para Clark, que los considera su brújula moral y apoyo incondicional. En esta miniserie queda muy reducida la participación de Jimmy Olsen, pero es algo que Byrne corregiría en las colecciones que la siguieron.

El nivel de dibujo de Byrne es muy bueno, sin embargo, no es lo mejor a lo que este autor puede llagar. Byrne es, ante todo, un obrero de la Historieta que absorbe la cantidad de trabajo con la que puede cumplir. Si tiene que dibujar un número mensual, lo hace con todo detalle, si tiene que dibujar dos, baja la cantidad de detalles en página, utiliza viñetas más grandes, etc. Tiene un montón de recursos y atajos para lograr cumplir con lo solicitado y sabe dónde escatimar recursos y donde no, para que se note menos. Me llamó la atención en esta nueva lectura, la gran cantidad de viñetas sin ningún fondo, y otras tantas donde el fondo es apenas la silueta de una serie de edificios o algo similar. Sin embargo, está todo tan bien plantado que solo se nota prestando mucha atención, porque lo que sí pone en página atrae la atención del lector. Y también note en esta relectura muchos errores de color, responsabilidad de Tom Ziuko, que falla en detalles menores pero que me molestan sobremanera, como por ejemplo en el pedazo de capa que sale del puño de Superman en la última página del capítulo seis… Como ese, hay muchos fallos similares.




Todos estos cambios introducidos por Byrne, más la desaparición del Superman pre-Crisis, cayeron mal al grueso de los lectores del momento que seguían desde hace años al personaje, y lo manifestaron en montones de cartas enviadas a la editorial. Esto hizo que DC empieza a limitar los cambios de Byrne colmando su limitada paciencia y precipitando la partida del autor. Para los que nos enganchamos a leer Superman asiduamente después de la Crisis, la versión de John es la mejor y definitiva, nos impactó profundamente y nos enamoró del autor incondicionalmente. Gracias por tanto John querido!!!

La presente edición, que es igual al recopilatorio yanqui, tiene un intrascendente prólogo de Ray Bradbury y un texto de Byrne en el que cuenta sus primeros contactos con el personaje, las influencias que delinearon su Superman y su amor por el Hombre de Acero.

 

Aliens: Earth Angel:


Tengo por costumbre leer todas las noches antes de dormir. Por muy cansado que esté, no puedo conciliar el sueño si no leo, por lo menos, un par de páginas de Historieta. Una noche que estaba realmente fundido y no quería comenzar una lectura nueva, agarré un tomito al azar de la repisa que tengo frente a la cama, y el agraciado fue el tomo de Norma Editorial que recopila el “Aliens: Earth Angel” con “Critical Error” de complemento. Esta incursión de Byrne en el mundo de los xenomorfos fue publicada originalmente en trece entregas de dos páginas cada una, dentro de la revista Previews de la distribuidora Diamond (Obviamente, en colaboración con Dark Horse).

En un pueblo perdido en lo profundo de Norteamérica, una pareja de adolescentes encuentra una nave espacial estrellada. Del interior sacan el cuerpo de un alienígena humanoide con algo extraño aferrado a su rostro (Un facehugger, claro), y no tienen mejor idea que llevárselo al médico del pueblo. El doctor Daniel extrae el facehugger y comienza a estudiar el espécimen cuando, de repente, el pecho del alien estalla y de su interior sale un xenomorfo.

La escena cambia a un bar en las afueras del pueblo el que frecuenta una banda de motoqueros, los que son atacados por el alien ya crecido. El doctor, desesperado, va a su casa en busca de su hija y esposa embarazada, para llevarlas a la casa de su suegra en otro pueblo y así, alejarlas del peligro. Sin embargo, para salir a la ruta deben pasar por las cercanías del bar y terminan impactando con el alien. Logran escapar del auto que se prende fuego, incinerando al extraterrestre en el proceso. Desesperados, se internan en el bosque donde encuentran a muchos de los motoqueros con facehuggers y muchísimos huevos de aliens… El resto de la banda responsabiliza al Doc, cuando se empiezan a romper los pechos de los prisioneros… Dan reacciona rápido y comienza a prenderlos fuego, obligando a los motoqueros sobrevivientes a que hagan lo mismo. Al día siguiente la milicia encuentra el enorme incendio extinguido con muchos restos incinerados, mientras que el Doc llega a la casa de la suegra y pide una ambulancia para asistir a su esposa. Cuando le preguntan el nombre completo, dice Daniel Ripley!

 


Historia breve, sin muchas pretensiones, que expande de forma anecdótica el árbol genealógico de Ellen Ripley, pero que está muy bien dibujada. Byrne se luce con escenas de terror de alto impacto, con los xenomorfos apareciendo en medio del bosque, causando pavor en los protagonistas de la historia. Acción a toda velocidad en 22 páginas que no dan respiro. Una vez concluida la edición en el Previews, Dark Horse recopiló la historia en revista, para la que Byrne ilustró una impactante portada doble que es la que ilustra la presente edición.


Como dijimos, el tomo se complementa con “Critical Error”, una historia que Byrne había planeado como Historieta breve y muda, de unas 8 páginas, pero que terminó extendiéndose a 25. Se publicó originalmente en el libro “The art of John Byrne” y Dark Horse le reeditó en revista, a todo color y censurando la desnudez de la protagonista con un taparrabos. Hace un tiempo compartimos de esta Historieta de forma íntegra (Por acá: https://www.facebook.com/Historiasenvinetas/posts/pfbid0fhJZtbhdf1XePJ5NMg9peE9EdveqDUgecF1Cx7QiQQnsqtyVc9ZDD2ZUyX6rvVXZl), en la que un astronauta cae en un planeta lejano donde encuentra, en una suerte de oasis, a una hermosa mujer con la que estrecha relación, pero termina huyendo de ella al creerla un robot. Una historia muy buena en la que, ahora sí, Byrne está al máximo de su potencial, poniendo todo en cada viñeta y logrando un resultado excelente. Por lejos, lo mejor del libro.

 

 


 

“Lo que fue Kryptón me hizo Superman… ¡Pero en la Tierra me he hecho humano!”

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