Exactamente el día de hoy se cumple un año de que la selección argentina se consagre campeona del mundo en Qatar, y vamos a celebrar tan glo...

A un año de la gloria: “Quiero ser campeón mundial”

Exactamente el día de hoy se cumple un año de que la selección argentina se consagre campeona del mundo en Qatar, y vamos a celebrar tan gloriosa efeméride comentando una lectura reciente de lo más pertinente. Porque Argentina consigue su tercera estrella el 18 de Diciembre del 2022 y Ovni Press, ni lerdo ni perezoso, publica a comienzos de Abril del corriente y crepuscular año, el libro “Quiero ser campeón mundial”, una historieta con guion de Luciano Saracino y Matts, mientras que los dibujos están a cargo de una verdadera legión de artistas para sacarla en tiempo récord. Teniendo en cuenta que se escribió, dibujó, diagramó, rotuló, imprimió y distribuyó en poco más de tres meses, queda clara la intención de la editorial de querer aprovechar la efervescencia exitista antes que la misma mengüe, o se vea eclipsada por otro acontecer (Y teniendo en cuenta las cosas que pasan en nuestro país, no estaba mal pensado la verdad…)

 

Los autores cuentan la historia de una familia conformada por un abuelo bastante entrado en años, su hijo cuarentón y su nieta de unos 8 años más o menos. Cada uno recuerda el éxito de la selección en un mundial distinto, el abuelo vivió la copa de Argentina 78 (Una notable muestra de lo corrupta que es la FIFA al traer el mundial a un país con una dictadura sangrienta y condenada internacionalmente), el hijo que gozó del Diegote en México 86, y la nieta que espera con ansias ver campeona a la selección en el nuevo torneo organizado en Qatar (La más reciente muestra de la FIFA corrupta…).

A través de los mayores se recuerdan las hazañas, logros y fracasos de la selección en su historia, al tiempo que se repasan cada uno de los partidos de Qatar 2022 y todo lo que rodeó a la copa, los periodistas mala onda, las canciones de la hinchada, las cábalas, las declaraciones de los jugadores, la locura de las figuritas del mundial, las celebraciones y un repaso por todo el plantel, con el historial de los jugadores más importantes.




 

El objetivo de este libro fue sumarse a la celebración de la copa obtenida y homenajear o recordar el suceso. En ese sentido, cumple lo que promete. Sin embargo, aunque soy fan de Saracino (Hemos comentado varias de sus obras por acá), en esta oportunidad no me gustó tanto su desempeño ni el de Matts (A quien no conocía previamente). A mi parecer, el relato es algo soso, bastante sensiblero y cayendo en lugares comunes con bastante frecuencia. En defensa de los guionistas, es algo que deben haber hecho en poco tiempo por la velocidad que habrá impuesto la editorial… Pero casi todos los hechos importantes están reflejados en las páginas, aunque se dejaron afuera uno de los más importantes y que será recordado por toda la eternidad. Este mundial tuvo tres momentos que quedarán grabados para siempre en el inconsciente colectivo argentino; el tercero en importancia es la obtención de la copa el que, obviamente, está plasmado en el libro; el segundo en importancia y que fue negligentemente ignorado, es el dibu Martínez recibiendo el premio a mejor arquero y poniéndoselo sobre la entrepierna, a esa instantánea eterna no le dedican ni una viñeta; y el más célebre de todos es el “Qué mirás bobo? Andá palla bobo”, que está muy bien exhibido…




Y el resto es un muestrario de muchos Historietistas locales que dibujan o colorean pocas páginas cada uno, entre los que se cuentan los talentos de Nico Di Mattia, Franco Viglino, Exequiel Fernández Roel, Fernando Baldó, Damián Connelly, El Bruno, Diego Garibaldi, Alejandro Burdisio, Juan Massa, Tomás Aira, Diego Greco, Soy Mora, Rafael Ortíz, Tute, Lauri Fernández, Lucas Romero, Gabriel Kikot, Alvaro Papagiani, Ana Oly, Max Aguirre, Carlos Barocelli, Aleta Vidal, Martín Casanova, Agustín Graham Nakamura, Garlos Baragli, Noelia Sequeida, Pablo Rey, Julio Azamor, Germán Nobile, Bruno Baigorria, Lea Caballero, Jok, Emiliano Urdinola, Emiliano Correa, Germán Peralta, Ariel Olivetti, Roccío Zucchi y Paula Andrade. A algunos los conocía de antemano, otros me resultaron una novedad y, como siempre que hay tantas manos en un plato, el resultado es dispar pero casi todo de aceptable para arriba.






 

Por supuesto que sabemos de los negociados de la FIFA, del poder de los petrodólares del mundo árabe, de la mano de obra esclava que construyó esos estadios, de la muerte de muchas de esas personas, del enorme negocio que significa el fútbol, del concepto de “pan y circo” que persiste y funciona y todo lo demás… Pero, al menos por un ratito, suspendemos el descreimiento y somos felices al revivir los partidos del último mundial de Messi, en el que se coronó campeón del mundo!

 

A tu salud, capitán!! Y aguante el Rojo!!!

 

 


 

“Gracias, Leo. Gracias, muchachos. Los voy a querer para siempre, ¿saben?”

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