No les puedo decir la cantidad de veces que leí ese puñado de números que, en los 70´s, Steve Englehart y Marshall Rogers hicieron para Detective Comics. Pero como hace poco me regalaron el tomo recopilatorio que hizo ECC, la tentación de volver a leer esta maravilla fue inevitable y, en consecuencia, llegan los comentarios de rigor con mucha perorata aburrida y spoilers a más no poder.
Durante la década del 70 la batalla entre Marvel y DC por las ventas venía teniendo un claro vencedor que le sacaba varios cuerpos de ventaja al segundo, Marvel aplastaba a DC. Cansados de la lucha leal, en DC mandan al tacho los códigos y deciden afanarle a Marvel todos los autores que puedan. Se acercan a John Buscema y Steve Englehart y le ofrecen más guita de la que ganaban en Marvel. Cuando se enteran en la casa de las ideas, le aumentan el precio de las páginas a Buscema para que no se vaya y saludan con un caluroso abrazo a Englehart al tiempo que le piden que no golpee la puerta al salir…
Englehart tenía decidido retirarse del medio, pero acepta trabajar brevemente para DC y luego partir hacia Europa con su esposa. Su idea era implementar el “Marvel Way” en sus guiones (Pasarle el argumento al dibujante y que este dibuje las 22 páginas que luego le vuelven para poner los diálogos finales), por lo que además de Detective Cómics, se compromete a escribir Justice League y algunas cosas sueltas (Mr. Miracle, Weird War Tales, Kamandi, etc). Comienza a trabajar “a la Marvel” en Detective con el Maestro Walter Simonson (Que ya había tenido un paso previo en la cabecera con el back up de Manhunter que comentamos por acá: https://www.facebook.com/Historiasenvinetas/posts/186878838599659), pero al cabo de dos entregas Simonson se aleja de título y DC no sabe quien será su reemplazo. Con la fecha de partida en ciernes, Englehart se ve obligado a escribir los seis guiones restantes de forma íntegra y entregarlos para que caiga en las manos del dibujante que DC disponga… Con la satisfacción del deber cumplido, parte a Europa dejando atrás su carrera en los cómics (Postura que mantendría por casi una década entera, antes de volver a la actividad). Lo cierto es que sus guiones no pudieron correr mejor suerte, porque cayeron en manos de un muy joven y extremadamente talentoso Marshall Rogers, que también venía de Marvel, donde hizo sus primeros trabajos profesionales.
Para empezar, Batman debe enfrentar la sed de venganza del letal Dr. Phosporus, que planea envenenar a toda Gotham a través del suministro de agua potable, en esta aventura se introducen tanto la velada amenaza del funcionario público Rupert Thorne, como al nuevo amor de Bruce, Silver St. Cloud. Silver es una empresaria exitosa que se enamora de Bruce y, con el correr de los números, llegará a descubrir la doble identidad de su amado.
Mientras Thorne comienza una campaña para desprestigiar a Batman ante los ojos del público, Bruce se interna en un complejo médico para sanar de las heridas que le ocasionara Phosporus, con la mala suerte de que es la clínica del Dr. Hugo Strange, que la usaba como tapadera para dominar mentalmente a personas influyentes de Gotham. Strange secuestra a Bruce, descubre su doble identidad y ofrece venderla al mejor postor a un grupo de selectos clientes entre los que se encontraban el Joker, el Pingüino y Rupert Thorne. Preocupada por lo incomunicado que estaba Bruce, Silver se acerca a la clínica donde solo obtiene respuestas ambiguas. Decide entonces contactar con el pupilo de Bruce, Dick Grayson, quien estaba cursando sus estudios en Nueva York (Además de liderar a los Teen Titans). Dick vuelve a Gotham y, como Robin, ayuda a Batman a escapar.
Thorne decide que no quiere participar de la subasta y secuestra a Hugo Strange. Lo hace torturar para que revele el secreto de Batman, pero Strange se resiste hasta morir llevándose el secreto a la tumba…
Robin, que ya no es un niño y mantiene con Batman una relación de pares, se queda un tiempo al lado de su amigo y juntos vencen al Pingüino. Pero su responsabilidad como líder de los Titans hace que tenga que partir, justo cuando Deadshot aparece en escena para vengarse de Batman. El enfrentamiento entre ambos se lleva a cabo en un salón donde Silver organizaba un evento. Ver a Batman en acción confirma las sospechas que tenía sobre la doble identidad de Bruce, al tiempo que Bruce comienza a sospechar que Silver sabe sobre su vida nocturna… Va a visitarla a su departamento vestido de Batman para intentar confirmar sus sospechas, pero ninguno de los dos revela lo que sabe. Esta situación es la gota que colma el vaso para Silver, que se marcha de Gotham a pensar sobre como seguir adelante con la relación.
Rupert Thorne comienza a ser asediado por el fantasma de Hugo Strange, que lo amenaza constantemente. Para el lector, esto puede ser interpretado como el remordimiento que sufre Thorne por haber hecho asesinar al doctor… Superado por la situación, decide escapar de la ciudad y se topa en la ruta con Silver, que estaba haciendo autostop por que su vehículo se rompió… Pero discuten por sus distintos puntos de vista sobre la actividad de Batman y Rupert baja a la mujer del auto… Silver comienza el largo camino de vuelta a Gotham… Thorne sigue viaje, pero es atacado nuevamente por Strange, más salvaje que nunca.
Los siguientes dos números son realmente legendarios. En ellos, el Joker envenena el agua de los ríos y los peces adoptan su tenebrosa sonrisa. Se presenta en la oficina de derechos de autor y exige cobrar un porcentaje de cada pescado que se venda por “derechos de imagen”. Por supuesto se lo niegan y el Joker anuncia matar a distintos funcionarios hasta que le paguen lo que le corresponde… Batman y la policía custodian a cada amenazado intentando evitar que el Joker cumpla su promesa, pero fallan en las primeras dos oportunidades. Para matar a su tercera víctima, el Joker se infiltra entre el cuerpo de policías, pero es descubierto por Batman mediante un artilugio que le deja en el camino… el fantasma de Hugo Strange!!! (Con esto, se hecha por tierra la teoría de que las apariciones del fantasma eran producto de la culpa de Rupert Thorne)
Batman y el Joker se enfrentan por las azoteas de Gotham, pero el payaso cae al rio y desaparece… Silver se encuentra con Batman y le dice que conoce su secreto, pero que no está dispuesta a seguir adelante con una relación que involucra tanto peligro, por lo que lo abandona… Gordon le informa a Batman que el Joker no aparece, pero que Rupert Thorne se presentó en la comisaría a confesar todos los crímenes que cometió desde su puesto público…
Estos números se recopilan siempre con las entregas 478 y 479 de Detective Cómics que, si bien están dibujadas por Rogers, tienen guiones de Len Wein. En esta historia se introduce la tercera versión de Clayface, también conocido como Preston Payne. Batman empieza a investigar una serie de asesinatos en que los cuerpos quedan reducidos a una masa informe de carne. El criminal es el ya mencionado Clayface que, urgido por una fuerte fibre, se ve obligado a consumir cuerpos vivos para recomponerse. En su locura, vive un idilio romántico con un maniquí llamado Helena. Batman lo descubrirá, pero el enfrentamiento quedará en tablas cuando, aparentemente, Clayface se sacrifica para salvar la vida de Helena.
Para cuando Steve Englehart llega a Batman, el personaje ya había sido revitalizado por Denny O´Neil y Neal Adams, quienes lo devolvieron a sus raíces alejándolo de la influencia que ejerciera la serie de Adam West. Englehart toma la posta, pero les añade cierta frescura a los guiones que no se había visto anteriormente. Mientras cuentas buenas aventuras que se resuelven en uno o dos números, va cociendo subtramas que se entretejen a lo largo de sus escasos números al frente del títutlo, pero que están tan perfectamente dosificadas que pareciera que duraron más. Tanto los personajes que co-crea, como los que rescata del olvido están muy bien delineados y se vuelven interesantes para el lector desde sus primeras apariciones, del mismo modo que hace un excelente uso de personajes ya establecidos como Robin, Joker o el Pingüino. Silver es un acierto en todo momento, una mujer independiente, desinhibida e inteligente que toma las riendas de la relación y en nunca se vuelve víctima. Capaz de atar cabos y deducir porqué su novio desaparece constantemente, y de tener el suficiente amor propio como para decidir poner un alto a una relación enfermiza y mentirosa como la que propone la doble vida de Bruce.
Mantiene cierto nivel de realismo, pero también se permite emplear elementos fantásticos, e incluso no dar mayores informaciones al respecto. Cómo o porqué el espíritu de Hugo Strange acosa a Thorne hasta obligarlo a confesar o ayuda a Batman a detener al Joker queda a criterio del lector. Es algo que sucede y arreglate como puedas… La relación entre Batman y Hugo Strange también resultó novedosa en su momento, porque si bien son enemigos, hay un gran respeto mutuo y cierta fascinación de parte de Strange para con Batman, al punto de sacrificarse antes de revelar su identidad secreta (Algo que se solía ver bastante por la Marvel de entonces). Por su parte, Len Wein no desentona en los dos números que escribe, con una aventura que mantiene un planteo similar a lo realizado por Englehart anteriormente, pero que se resuelve en sí misma.
El arte de Marshall Rogers en estas páginas es excelente. No me parece que Rogers sea un virtuoso del dibujo, de hecho, muchas imperfecciones quedan expuestas en su trabajo, pero todo lo bueno que hace acá supera con creces esos detalles. Para empezar, dibuja un Batman oscuro e imponente, una versión personal que no se parece a ninguna de las vistas anteriormente. Tiene una narrativa sólida, con muy buen manejo de los cuerpos sobre todo en las escenas de acción y unas puestas en páginas fantásticas, donde varía la cantidad de paneles usados, y crea unas composiciones soberbias. Muy buen manejo de las perspectivas y los ángulos desde donde el lector ve las escenas, con sucesivos cambios de enfoque que llaman constantemente la atención. Y a pesar de todas estas variaciones, cada página esta ensamblada de forma tan precisa, que el ojo se desplaza por la misma del modo en que él lo pensó. Sólido en las expresiones y hábil para la reinterpretación tanto de los personajes que rodean a Batman, como de la propia Gotham, a la que dibuja asfixiante, oscura, tenebrosa e inundada de niebla.
Como mencionamos anteriormente, los dos primeros números están dibujados por Walter Simonson, con un estilo muy distinto al de Marshall e incluso al suyo propio, tanto al incipiente que había mostrado en Manhunter como al que definiría algún tiempo más adelante en Marvel. Me animaría a decir que emula el estilo de Gene Colan, tal vez probando hacer algo distinto, trabajando con menos paneles por páginas para poder hacer dibujos más grandes y darle mayor plasticidad a la narrativa. El trabajo me gusta, pero no lo relaciono tanto con Simonson… Cosas que pasan.
En definitiva, si bien el libro incluye diez números de Detective Cómics, solo seis de ellos están realizados por la dupla Englehart/Rogers. Pero esa media docena de entregas bastaron para que la dupla sea recordada por los lectores como una de las mejores en la ilustre historia de Batman y este puñado de cómics, como una de las más gloriosas etapas de la cabecera.
La presente edición tiene todo el lujo de la colección “Grandes autores de…” que publicó ECC, pero la calidad de reproducción es bastante mediocre, las páginas parecen mal escaneadas y la definición de las imágenes varía cada tanto. Es mejor la reproducción que hizo Ediciones Zinco en los primeros números de su colección “Clásicos DC”. Por otra parte, no incluye ninguna de las portadas, ni las originales ni aquellas fantásticas portadas dobles dibunadas por Marshall Roger para la reedición que se hiciera a mediados de los 80´s con el nombre “Shadow of the Batman”… Una lástima que la edición no este a la altura de un clásico de esta talla.
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